lunes, 29 de junio de 2015
Fin de semana en el Salón de la Fama 2013: Una mirada a Jerry Koosman.
27-07-2013. Bruce Markusen.
Si a usted le piden que nombre al mejor pitcher derecho de la historia de los Mets de Nueva York, la respuesta aparece fácilmente y de inmediato: Tom Seaver. Si le preguntan por el mejor zurdo, de pronto le toma un segundo más, pero está casi seguro de responder Jerry Koosman.
Junto a su compañero de los Mets en mucho tiempo Jerry Grote, Koosman estará en Cooperstown este fin de semana para participar en la sesión de firmas que se ha convertido en uno de los atractivos del fin de semana del Salón de la Fama. Aún cuando Koosman no era un completo inquilino del Salón de la Fama, estuvo muy cerca de serlo, fue un pitcher muy bueno quién ganó 222 juegos en una carrera de 19 años. Si Seaver se convirtió en el as de los Mets desde finales de los años ’60 hasta mediados de los ’70, Koosman se acreditó como el indiscutible número 2. Con una recta que se movía mucho alrededor de las 90 millas y una buena curva, Kooz habría sido el as de muchos cuerpos de lanzadores que carecieran de un talento del Salón de la Fama como Seaver.
Sin embargo, por un momento, no parecía que Koosman llegaría alguna vez a las Grandes Ligas. Primero, él pasó una temporada en la armada durante la guerra de Vietnam, lo cual retrasó su carrera profesional. Y luego que terminara su intervención en Vietnam, tuvo dificultades en las menores. Durante una famosa reunión, los evaluadores de talento de los Mets estaban listos para despedir a Koosman, entonces alguien se dio cuenta de que él le debía algún dinero a la oficina principal. Eso tenía su origen a que Koosman estuvo involucrado en un accidente automovilístico y necesitó un préstamo de 75 dólares para comprar otro vehículo. Los Mets, notoriamente austeros en ese momento, no querían dejarlo ir hasta que devolviera el dinero.
Koosman se aprovechó de esa deuda. Luego de una buena temporada con el Auburn Clase A, Koosman saltó dos niveles hasta el Jacksonville AAA, donde completó 14 de 25 aperturas y mantuvo a raya a los rivales con una efectividad de 2.45. En el camino, hizo un ajuste, agregó una curva a su repertorio.
Los Mets subieron a Koosman a las Grandes Ligas en 1967 y lo vieron fallar en una prueba de nueve juegos. Pero entonces llegó 1968, el Año del Pitcher. Koosman lanzó siete blanqueos, ganó 19 juegos, y consiguió una efectividad que fue mejor que la de Seaver, 2.08 por 2.20. Por sus esfuerzos, Kooz fue llamado al equipo del Juego de las Estrellas, recibió votos para jugador más valioso, y llegó segundo en la votación del Novato del Año que lo ganó un tal Johnny Bench.
Como nota de menos importancia, Koosman casi no mostró habilidad como bateador. Fue a batear 91 veces, se ponchó en 62 ocasiones.
Mientras su bateo era una comedia no deseada, Koosman impresionaba a los scouts desde varios frentes, no solo con dos pitcheos altamente efectivos, sino también con un efectivo movimiento para sorprender a los corredores y su voluntad para trabajar con rapidez. Siempre estaba dispuesto a lanzar su recta en strike, eso le permitía ponerse adelante en la cuenta.
Con Koosman y “Tom Terrific” como piedras angulares del cuerpo de lanzadores, los Mets ganaron 73 juegos, una mejora de 12 juegos respecto al desastre de 1967. Para 1969, los Mets estaban listos para ganar. También Koosman, quién alcanzó 17 victorias, ugó su segundo Juego de Estrellas seguido, y de nuevo recibió algunos votos para el premio al jugador más valioso.
También en esa temporada de 1969, Koosman se vio involucrado en un famoso incidente. Luego que el manager de los Cachorros de Chicago ordenara a Bill Hands golpear al jadinero Tommie Agee de los Mets con un lanzamiento, Koosman no necesitó indicación alguna de su manager, Gil Hodges. Kooz le recostó la pelota a Ron Santo hasta que este debió lanzarse al suelo, así le enviaba un mensaje a Durocher de que los Mets no se dejarían intimidar. Los Mets terminaron ganado la serie para acercarse a medio juego de los punteros Cachorros.
Luego de sorprender a los Cachorros en la carrera por el banderín y barrer a los Bravos en la primera serie de campeonato de la Liga Nacional, los Mets vencieron a los Orioles en la Serie Mundial. Fue Koosman quien lanzó el decisivo quinto juego y ganó 5-3 ante una alineación de los Orioles que presentaba una pléyade de complicados bateadores derechos como Frank Robinson, Brooks Robinson y Dave Johnson.
La actuación de Koosman parece aun mejor en retrospectiva al considerar que él lanzó la mayor parte de la temporada con dolor, tenía molestias de contracturas musculares en su hombro y por un espolón en su talón.
El heroísmo de Koosman en la Serie Mundial lo convirtió en nombre de marca de la casa, y lo ayudó ganar un espacio en la portada del ejemplar de Sports Illustrated previo a la temporada de beisbol de 1970. A excepción de un 1971 recortado por las lesiones y un pobre 1972, Koosman siguió siendo un abridor duradero y efectivo. Ayudó a los Mets a ganar el título divisonal en 1973, antes de coleccionar dos victorias durante la postemporada contra los Rojos y los campeones mundiales Atléticos.
Kooz continuó pitcheando bien hasta 1976, cuando ganó su tope personal de 21 juegos y terminó segundo en la votación del premio Cy Young, tras el lanzador de envíos suaves Randy Jones. Hizo todo eso a pesar de tener que asumir la muerte de su padre en marzo.
Entonces vinieron las dificultades de 1977 y 1978. El cambio de Seaver en 1977 puso a Koosman en la íncómoda posición de convertirse en el as de los Mets, para reemplazar a “La Franquicia”. Koosman no lanzó particularmente bien en esas temporadas, además tuvo una suerte horrible, tuvo poco apoyo ofensivo, la defensiva detrás de él dejaba que desear. Tuvo una marca combinada de 11-35 aquellos dos veranos miserables. También cumplió 35 años.
Convencido de que los Mets no estaban interesados en ganar, Koosman pidió que lo cambiaran. Dijo que si los Mets no lo negociaban, se retiraría. En realidad bromeaba, pero los Mets decidieron no arriesgarse. Lo enviaron a los Mellizos por el pitcher de ligas menores Greg Field y un jugador a ser nombrado después, quien resultó ser Jesse Orosco.
A corto plazo, el cambio resultó un robo para los Mellizos. Rejuvenecido por el cambio de liga y organización, Koosman emergió como ganador de 20 juegos y candidato al Cy Young mientras lanzaba 263 innings. Al dejar de ser un lanzador de poder, compensó con la curva y el control. El año siguiente, su actuación desmejoró un poco, pero aún ganó 16 juegos.
No fue hasta la temporada de 1981 cuando Koosman perdió su puesto en la rotación de Minnesota. Fue movido hacia el bull pen, se convirtió en el preparador de Doug Corbett y cerrador ocasional. Fuera del campo, sin embargo, los Mellizos estaban cada vez más irritados con Koosman, el representante de los peloteros en el equipo y miembro activo de la Asociación de Peloteros. Las quejas a viva voz en asuntos laborales no le agradaban a un dueño como Calvin Griffith. Los Mellizos dijeron que Koosman era una mala influencia para sus jugadores jóvenes.
De manera que en agosto los Mellizos quienes eran contendores por el banderín, ofrecieron a Koosman a varios equipos, incluyendo los Yanquis, antes de enviarlo a uno de sus rivales divisionales, los Medias Blancas. Los Mellizos recibieron poco a cambio: el prospecto de jardinero Randy Stuart Johnson (no confundir con el pitcher) y dos jugadores de liga menor sin ninguna incidencia.
El cambio enfureció a los peloteros de los Mellizos. “No me gusta…es un movimiento tonto”, declaró el derecho Roger Erickson a The Sporting News. El cátcher Butch Wynegar fue menos diplomático. “Ese cambio hiede”, dijo Wynegar. “Junto a Doug Corbett, él es nuestro bull pen. No obtuvimos ningun pelotero que podamos usar este año. Eso fue lo peor”.
Pero resultó lo mejor para los Medias Blancas. Por más de las próximas dos temporadas, Koosman se convirtió en una efectiva combinación de pitcher abridor y relevista de innings finales. Altamente inteligente, sirvió como una clase de coach de pitcheo no oficial, le daba consejos a los pitchers jóvenes del grupo. También contribuyó de formas más tangibles, ganó 11 juegos para Chicago en 1983 y ayudó a los Medias Blancas a ganar el título de la división oeste.
Resultó ser la despedida de Kooz’ en Chicago. En febrero de 1985, los Medias Blancas lo enviaron a los Filis como el jugador a ser nombrado después en el cambio que llevó a Ron Reed a Chicago. El dueño de los Medias Blancas Jerry Reinsdorf califacaría su aprobación del cambio de Koosman como una de sus peores decisiones. Al devolverlo a tiempo completo a la rotación, lo Filis vieron a Koosman agenciar 3.25 de efectividad y 14 triunfos. El año siguiente, se recuperó lentamente de una operación de rodilla y lanzó solo 19 juegos. Despues de esa temporada, los Filis lo dejaron libre, asi terminó su carrera, a los 42 años.
Koosman ha permanecido fuera del beisbol desde su retiro, pero no fuera de las dificultades. En 2009, fue sentenciado a una corta estadía en prisión por cargos de evasión de impuestos federales. Influenciado por un movimiento anti-impuestos, Koosman se convenció de que los impuestos federales no aplicaban para él. Esa decisión le costó seis meses de libertad.
Gracias a Dios, Koosman ha dejado atrás esos problemas. Está fuera de prisión, y en Coperstown para una reunión con Grote este fin de semana. Estarán firmando autógrafos en Paterno Brothers Sports y reviviendo aquellos años gloriosos de 1969 y 1973, cuando Koosman era el segundo de a bordo tras Tom Terrific.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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