viernes, 21 de marzo de 2014

Keith Hernández tiene bien merecida su consideración al Salón de la Fama de los Cardenales de San Luis.

Él fue ganador del premio al Jugador Más Valioso en 1979 y ayudó a los Cardenales a ganar la Serie Mundial de 1982. Chad Thornburg. MLB.com. 19-03-2014. En la vitrina más grande del beisbol, uno de los momentos más felices de la carrera de Keith Hernandez pasó desapercibido. Sus Cardenales estaban arriba 5-0, sobre los visitantes Cerveceros de Milwaukee, estaban en camino de igualar la Serie Mundial de 1982 a tres juegos por lado. La lluvia empezaba a caer en Busch Stadium, Hernández entró a la caja de bateo para lo que el recuerda sería el lanzamiento 13 o 14 que veía del futuro inquilino del Salón de la Fama Don Sutton. El bigotudo primera base de los Cardenales descargó un jonrón de dos carreras, sólo que quienes veían el juego en casa nunca lo vieron. La cadena NBC cortó brevemente el enfoque del juego para mostrar en la distancia, la lluvia cayendo sobre el Arco de entrada de la ciudad, antes de regresar rápidamente luego del batazo, dijo Hernández. Hasta este día, Hernández todavía busca cualquier video de la secuencia completa. Menos mal, que el resto de sus logros con San Luis estan bien documentados. Su placa del premio de jugador más valioso de la Liga nacional en 1979, y su premio del bate de plata están orgullosamente instalados en su casa. Y el dos veces participante del Juego de Estrellas y cinco veces ganardor del premio guante de oro siempre tendrá un lugar en la historia de los Cardenales por su papel clave en el equipo campeón de la Serie Mundial de 1982. Y ahora, Hernández, de 60 años, está a punto de añadir su presencia en el Salón de la Fama de los Cardenales a los premios de su carrera. El antiguo primera base es uno de ocho leyendas modernas de San Luis quienes tienen la oportunidad de estar entre los primeros inducidos a la nueva galería del Salón de la Fama de los Cardenales ubicada en la próxima a inaugurar Ballpark Village. Desde ahora hasta el 22 de abril, los aficionados pueden votar por hasta dos de los ocho candidatos, Hernández, Jim Edmonds, Bob Forsch, Willie McGee, Mark McGwire, Matt Morris, Ted Simmons y Joe Torre. Los dos que reciban más votos serán inducidos durante la ceremonia del 16 de agosto en Ballpark Village, para unirse a los 22 Cardenales que han recibido inducción automática porque o ya están en el Salón de la Fama del béisbol nacional o la organización ha retirado sus números. Seleccionado por los Cardenales en la ronda 42 del primer draft de 1971, Hernández debutó en las Grandes Ligas en 1974 a la edad de 20 años. Al principio de su carrera era más conocido por su defensiva, en esa etapa el bate de Herrnández dejaba algo que desear. No fue sino hasta 1977 que Hernández explotó como bateador, conectó para .291 con 15 jonrones y 91 carreras empujadas. Luego tuvo dificultades el año siguiente, solo bateó para .255 en 1978. Cuando su slump se extendió hasta abril de 1979, unas pocas palabras de ánimo de su manager Ken Boyer, fueron todo lo que Hernández necesitó para terminar sus momentos duros a la ofensiva. "Viajábamos en avión luego de un juego donde me había ido en blanco con el madero", recordó Hernández. "Y Boyer se sentó a mi lado y dijo. 'Keith, tú eres mi primera base. Me ahogaré o nadaré contigó en primera base. Estás en la alineación. Cuento contigo. Eres mi tercer bate. Te he visto jugar. Se que tienes las herramientas'. Eso me quitó el peso del mundo de mis hombros". El comienzo lento de Hernández, bateó .232 en abril, fue olvidado rápidamente, debido a que bateó .362 desde mayo hasta septiembre, con lo cual subió su promedio de la temporada a un .344 que lideró la liga, anotó 105 carreras, bateó 11 jonrones y 48 dobles. Esa extraordinaria recuperación le ganó compartir el premio del jugador más valioso de la Liga Nacional en 1979 con Willie Stargell de Pittsburgh. "Estaba totalmente impactado", dijo Hernández por el honor. "¿Cuantos pueden ser jugador mas valioso? Y yo soy uno de ellos, y en gran compañía. Estoy orgulloso de eso. Nunca en mis sueños más locos imaginé que sería jugador mas valioso, mucho menos campeón de bateo". Hernández batearía .297 o más en nueve de sus próximas 10 temporadas con los Cardenales y Mets, y ganó su primer campeonato con San Luis en 1982 dentro de un equipo que cataloga como el mejor grupo de jugadores con el que haya jugado. "Nos llevábamos muy bien. En ese equipo no había ningún tipo de egoísmo, absolutamente ninguno", dijo. "Cada quién daba lo mejor de sí, estaban comprometidos y sabían lo que tenían que hacer. Nadie se creía delante de los demás. Eramos 25 tipos juntos, fue una gran experiencia jugar con esos muchachos". Hernández fue cambiado a los Mets en 1983. Jugó siete temporadas con Nueva York y ganó otro título de Serie Mundial en 1986. Hernández jugó los últimos dos años de su carrera en Cleveland, pero pasó toda la temporada de 1991 en la lista de incapacitados. Hernández, ahora en su novena temporada como analista de los juegos para SportsNet la cadena televisiva que transmite los encuentros de los Mets de Nueva York, esta muy relacionado en la actualidad con su segunda franquicia. Sin embargo, los Cardenales y sus aficionados siempre tendrán un lugar importante en su vida. "(Los aficionados) fueron maravillosos. Tuve momentos dificiles en mis primeros tres años en las Grandes Ligas, y esos aficionados fueron fantásticos", dijo Hernández. "Como un joven de 20 años, si hubiese tenido que lidiar con la carga de las grandes expectativas de las Grandes Ligas mientras tenía eso terribles tres años, pienso que hubiese sido mucho más dificil en otro lugar diferente a San Luis". Traducción: Alfonso L. Tusa C.

jueves, 20 de marzo de 2014

Frank Jobe, pionero de la medicina deportiva, fallece a los 88 años.

Beth Harris. AP. Los Angeles.- El doctor Frank Jobe, un pionero de la cirugía ortopédica, quien fuera el primero en ejecutar un procedimiento para el codo conocido como operación Tommy John y salvara las carreras de incontables pitchers de Grandes Ligas, falleció este jueves 06 de marzo de 2014, tenía 88 años. Jobe murió en Santa Mónica, luego de haber sido hospitalizado recientemente con una enfermedad no identificada, de acuerdo con un vocero de los Dodgers de Los Angeles. Jobe realizó una operación sin precedentes en el codo de John, un pitcher de los Dodgers quién se había roto el ligamento medio colateral de su codo izquierdo. Este tipo de lesión no tenía solución hasta que Jobe removió un tendón del antebrazo de John y reparó su codo. John lanzó por 14 años luego de la operación del 25 de septiembre de 1974, logró 164 victorias más sin nunca perder una apertura debido a algún problema en el codo. "Hoy perdí a un gran amigo", tuiteó John. El año pasado, la operación inicial y la relación entre John y Jobe fue el tema de un documental de ESPN. "Cuando él regresó al beisbol, pensé que tal vez podíamos hacer la operación con otra persona", le dijo Jobe a The Associated Press en 2010. "Esperé dos años para hacerle la operación a otra persona, pero no teníamos idea de que la pudiésemos hacer de nuevo". En principio Jobe estimó la oportunidad de John de regresar a las mayores en menos del 5 por ciento. Luego dijo que de 92 a 95 por ciento de sus pacientes regresaron tan bien si no mejor, que antes de la operación. Desde entonces la operación se ha convertido en una práctica común para pitchers y jugadores de cualquier nivel del beisbol, incluyendo al pitcher de los Mets de Nueva York, Matt Harvey, la estrella de Washington, Stephen Strasburg, Tim Huson de los Gigantes cuando estaba en Atlanta y Francisco Liriano de Pittsburgh cuando estaba en Minnesota. Algunos pitchers han firmado contratos multianuales solo meses después de haberse sometido a la cirugía con la esperanza de un regreso de alto nivel. Por lo general, la rehabilitación completa toma un año para los pitchers y alrededor de seis meses para los jugadores de posición. El procedimiento requería cuatro horas al principio; ahora se hace en alrededor de una hora. "No tenía idea que se llegaría a esto", le dijo Jobe a AP. "Aún hoy me sorprende que se haya llegado a esto. Los doctores están reconociendo la condición lo suficientemente temprano para repararla y están aprendiendo a hacer la cirugía muy bien. Ellos rehabilitan no solo el brazo, el cuerpo completo mejora". Jobe creía que los avances continuarían. "En medicina nunca quieres decir este es el fin. Siempre vienes con algo un poco diferente", dijo. "Aún con la Tommy John, hay personas haciendo las cosas un poco diferente. En sus mentes están mejorando". Jobe había trabajado con la organización de los Dodgers por 50 años, más recientemente como consejero especial del director. El educado sureño asistió a los juegos del equipo la temporada pasada, con algún escolta a su lado. Dieciseis años despues de salvar la carrera de John, Jobe reconstruyó el hombro derecho del antíguo ganador del premio Cy Young, Orel Hershiser, otro procedimiento que nunca había sido realizado exitosamente en un pitcher de Grandes Ligas. "¡Él cambió mi vida! ¡Me regresó mi carrera! tuiteó Hershiser, un antíguo as de los Dodgers. "¡Lo extrañaré y estoy agradecido eternamente!!!" El comisionado del béisbol, Bud Selig, reconoció a Jobe el haber revolucionado la medicina deportiva. "Su sabiduría favoreció no sólo a los Dodgers, la franquicia a la cual sirvió orgullosamente por medio siglo, sino a todos los equipos", dijo Selig en una declaración. "La experticia del Dr. Jobe, así como su entusiasmo para instruir a sus pares, hizo más fuerte al pasatiempo nacional". Desde 1974, Jobe había realizado cientos de cirugía Tommy John en pitchers. Jobe co-fundó la clínica Kerlan-Jobe Orthopedic con el difunto Dr. Robert Kerlan en 1965. Ellos supervisaban los tratamientos médicos para los Dodgers y Angelinos, los Lakers de Los Angeles, los Rams de Los Angeles, los Kings de Los Angeles, los Ducks de Anaheim, así como para otros atletas profesionales y amateur a lo largo del país. "Su dedicación y profesionalismo no solo en ayudar a los Dodgers, sino a muchos atletas alrededor del mundo no tiene comparación", dijo Stan Kasten, presidente de los Dodgers. "Era un gigante y un pionero, muchos atletas del pasado y el futuro siempre agradecerán a Frank por encontrar la manera de continuar sus carreras". Jobe tambíen había sido consultor ortopédico para el Tour PGA por más de 25 años. El pasado julio, el Salón de la Fama del béisbol homenajeó a Jobe durante el fin de semana de la inducción en Cooperstown, N.Y., John estaba entre los asistentes. Jobe nació en Greensboro, N.C. en 1925 se unió a la armada a los 18 años, sirvió como sargento médico y trabajó en la división 101st Airborne durante la segunda guerra mundial. Después de la guerra, Jobe completó sus estudios de pre-grado en La Sierra University y asistió a la escuela de medicina en Loma Linda University. Luego de servir como residente en el hospital del condado de Los Angeles, Jobe se unió a Kerlan en el nuevo campo de la medicina deportiva. A Jobe le sobreviven su esposa Beverly, sus hijos Christopher, Meredith, Cameron y Blair, y ocho nietos. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Los largamente sufridos Reales de Kansa City recuperan la confianza

Tyler Kepner. 25-02-2014 Surprise, Ariz. Dayton Moore ha estado viniendo aquí por ocho años como gerente general de los Reales de Kansas City, rondando los campos de entrenamiento en las mañanas acariciadas por el sol de febrero, observando sus prospectos e imaginando un mañana mejor. Ahora, el cree, que ese mañana ha llegado. "Por primera vez", dijo Moore esta semana, "llegamos al campamento primaveral, asumiendo que nos mantendremos sanos, sin muchas preguntas de quién va a empezar la temporada". Esto es muy importante para los Reales, quienes experimentaron 17 temporadas perdedoras de 18 antes del último año, cuando terminaron con marca de 96-76 y fueron contendientes hasta bien entrado septiembre. Su doloroso y perpetuo plan de reconstrucción ha entrado a una nueva fase. Por primera vez en décadas, los Reales comienzan una temporada con oportunidad real de pasar a la postemporada, y toda la presión que viene con esto. "La confianza en este grupo está definitivamente en su punto más alto de todos los tiempos al llegar a este campamento", dijo Eric Hosmer, el joven primera base. "La oficina principal ha hecho lo que se necesita hacer para ponernos en posición de competir. Ahora es asunto de salir al campo y hacerlo". Los Reales agregaron a Norichika Aoki y Omar Infante para mejorar su porcentaje de embasado en la parte superior de la alineación. Reemplazaron un pitcher abridor veterano, Ervin Santana, con otro, Jason Vargas. Ellos esperan que varios jugadores clave mejoren, debido a sus edades y trayectorias. Y si todo eso ocurre, los Reales podrían terminar con una de las más infames seguidillas en los deportes profesionales. No han clasificado a los play offs desde 1985, la sequía más larga para cualquier equipo de las Grandes Ligas de béisbol, la NFL, la NBA o la NHL. "Nadie aquí probablemente sabe cual fue la última vez que fuimos a los play offs", dijo el abridor Jeremy Guthrie. "No es nada motivante decir, 'No lo hemos hecho en 29 años, tenemos que hacerlo este año'. Eso no te motiva más que decir, 'Queremos hacerlo este año porque tenemos buen talento y creemos en nosotros'". Un comentario popular alrededor de Kansas City es cuan bien jugó el equipo la temporada pasada a excepción de cierto período. Desde el 6 de mayo hasta el 4 de junio, los Reales jugaron para marca de 6-22. Luego de eso, estuvieron bien, su marca de 43-27 fue el mejor de la Liga Americana en la segunda parte, y tuvieron un balance positivo global ante los equipos que fueron a los play offs. Pero simplemente no pudieron alcanzarlos. George Brett, el tercera base del Salón de la Fama, pasó una parte de la temporada como coach de bateo de emergencia. Brett se enfocó en la parte mental, bromeaba que su trabajo era ridiculizar a bateadores frustrados haciéndolos pensar que estaban haciendo grandes swings. Otro coach, Pedro Grifol, manejaba los detalles. Cualesquiera que hayan sido los métodos, los Reales mejoraron a la ofensiva, y el corazón joven de su alineación, Hosmer, el tercera base Mike Moustakas y el catcher Salvador Pérez, todos de 25 o menos años, retiene su potencial. Brett, el motor de un equipo que llegó a los play offs 7 veces en 10 temporadas y ganó el título en 1985, reconoce una diferencia en actitud. "Antes, ellos salían al campo con la esperanza de que pudieran ganar, trataban de no perder", dijo Brett. "Ahora ellos salen ahí y tratan de ganar. Saben que pueden". Moore y varios peloteros atribuyeron mucho de eso a James Shields, el abridor adquirido en un cambio con Tampa Bay el año pasado. Moore sacrificó al jardinero Wil Myers, quién se convertiría en el novato del año de la Liga Americana, y otros tres prospectos por el pitcher Wade Davis y Shields, a quién le restaban dos años para ir a la libre agencia. Shields hizo todo lo que los Reales querían en el año 1, lideró la liga en innings lanzados y aperturas de calidad mientras quedaba en el octavo lugar en efectividad con 3.15. Él dijo que no estaba pensando en su futuro más allá de esta temporada. "Nunca he sido ese tipo de pelotero", dijo Shields. "Mi trabajo este año es ganar unos cuantos juegos para este equipo y tratar de clasificar a los play offs para ir a la Serie Mundial". Dada la actuación de Shields, y la importancia que tiene en el clubhouse, es dificil no ver a los Reales como urgidos de ganar esta temporada, antes de su posible partida. Pero Moore dijo que no ha estado construyendo este equipo para competir solo dos años. "Pienso que estamos en las etapas iniciales de una ventana que tiene mucha oportunidad de ser muy buena para Kansas City por un período importante", dijo. "Pero la otra cosa es, que si vas a ganar consistentemente, especialmente en nuestro mercado, vamos a tener que continuar haciendo negocios como lo hicimos el pasado invierno. No es que haces un solo negocio y entonces todo está bien". Eso significa desarrollar más prospectos como Myers, quien puede ser el anzuelo de otro cambio, y Yordano Ventura, 22, un derecho de República Dominicana que podría ser un as en el futuro. Ventura lanzó 102.8 millas en su debut en septiembre pasado (fue el pitcheo más rápido en las Grandes Ligas en 2013) y se reportó aquí a principios de enero para ganarse un puesto en la rotación. “Él está en los planes”, dijo Dave Eiland, el coach de pitcheo. “Él está en los planes muy seriamente. Es un pitcher de 200 innings, de 190 a 200, con muchos recursos en sus lanzamientos. Lanzará a 97 millas por siete innings con una gran curva de Grandes Ligas, un excelente cambio de Grandes Ligas y una pequeña recta cortada que está trabajando. Tiene una oportunidad muy grande”. Eiland fue coach de pitcheo de los Yanquis en la temporada de 2009 cuando ganaron el campeonato. Él entiende las altas expectativas y sabe que no están limitados a ser ganadores tradicionales. Para los Reales, repetir la temporada pasada, buena pero no lo suficiente para ir a los play offs, sería una amarga desilusión. “Tenemos expectativas”, dijo Eiland. “Son ganar ahora”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 18 de marzo de 2014

Las estrellas vienen a rendir tributo al finado Jim Fregosi.

Amigos, familiares, colegas, celebran la vida del destacado beisbolista. Paul Hagen. MLB.com. 05-03-2014. Clearwater, Fla.- Ellos se reunieron para recordar a un hombre de béisbol, un tipo que dedicó 53 años al juego. Y para muchop más. Dejaron lo que estaban haciendo y viajaron a Bright House Field desde muy lejos para recordar a Jim Fregosi como amigo, colega y mentor. Él construyó las relaciones. Y ellos vinieron. Las emociones subieron muy alto. Hubo lágrimas de alegría y lágrimas de pérdida. Dave Hollins, el tercera base del sorpresivo equipo de los Filis en 1993 que Fregosi llevara a la Serie Mundial, ahora un buscador de talentos para los Filis, capturó la corriente cruzada de emociones. "Él fue más que un colega o un manager. Cuando observas lo que hizo en su carrera, no encontrarás ningún scout con su perfil", dijo Hollins. "Esa es la razón por la que hay tantos scouts aquí. El tenía ese tipo de personalidad y carisma. Él era el tipo a quien todo el mundo llamaba cuando tenían alguna dificultad y necesitaban algun consejo. Yo era muy allegado a él, y eso no tenía nada que ver con el trabajo". "Su hijo Jimmy me dijo hace pocas semanas que su papá nos regañaría si anduviéramos lamentándonos y quejándonos. Nos reclamaría y diría, 'Es hora de ir a trabajar'. Así era él. Oir eso de Junior me ayudó a ponerlo en perspectiva. Eso no elimina la pérdida". Joni, la esposa de Fregosi, y sus hijos, Nikki, Robby y Lexi fueron presentados junto con su hijo Jim Jr. y su esposa, Mary, su hija Jennifer y cuatro nietos. Robby hizo el primer pitcheo al segunda base de 1993 Mickey Morandini. Fregosi falleció el 14 de febrero, luego de sufrir un ataque cardíaco en un crucero. Tenía 71 años. La logística de las celebraciones memoriales antes del juego fue simbólica. Él dirigió a los Filis por seis años. Había sido asistente especial de los Bravos durante los últimos 13 años- Filadelfia y Atlanta jugaron entre sí y fueron co-anfitriones del evento. John Schuerholz, presidente de los Bravos, dijo unas pocas palabras de parte de su organización: "Estamos aquí para rendir tributo a su vida de manera divertida porque su familia, sus amigos del beisbol y su amor por el juego condujeroin a este hombre a través de su vida. Y su amor por las personas. Jim amaba la vida, pero cuidaba más de la de todos nosotros. Llenó varias habitaciones con su presencia, pero muchas más con su amor. Me enseñó a escuchar". "De verdad no tenía alternativa cuando estaba con Jim", dijo, dibujando una sonrisa. Dave Montgomery, presidente de los Filis, fue el próximo en el podio. "Jim Fregosi amaba el juego de béisbol y amaba su asociación con cada cual en el juego", dijo Montgomery. "A la vez, cada uno de nosotros en el juego lo estimábamos y desarrollamos amistades de toda la vida con él. No importaba cuanto tiempo había pasado desde que habías jugado con él, él hubiese sido tu manager o hubieras trabajado con él. Siempre te alegrabas de verlo. Creo que Jim Fregosi fue un tesoro del beisbol, siempre lo recordaremos como tal". El Asiento 1, fila 8, sección 111 en la zona de los scouts fue dejado libre, solo estaba el sombrero de pajilla de Fregosi. "Era uno de esos tipos con lo que podías contar para hacer casi cualquier cosa", dijo Frank Wren, el gerente general de los Bravos. "Todos en la oficina principal lo llamábamos cariñosamente 'El Padrino', porque tenía esa gran personalidad que ayudaba a mantenernos juntos.Lo llamaba dos o tres veces a la semana cuando manejaba en la mañana y le preguntaba su opinión de lo que estábamos haciendo, su opinión de lo que estaba viendo, y recibía sus comentarios todo el tiempo. Es una gran, gran, pérdida". Fregosi hablaba con frecuencia sobre escribir su autobiografía. El título, bromeaba, sería "Las bases estaban llenas y yo también". Kent Tekulve fue compañero de equipo de Fregosi en los Piratas de 1977-78. Luego se convirtió en narrador de los juegos de los Filis cuando Fregosi dejó la cabina de transmisión en 1991 para reemplazar a Nick Leyva como manager. "No sé cuantas veces nos sentamos a conversar después de un juego en Chicago con una bebida o dos. HAblábamos de beisbol por un momento y entonces de repente notábamos que la cena se había terminado. Es hora de dormir", dijo Tekulve. "Él era una persona muy comprometida, un tipo que dominaba cualquier lugar donde estuviese. Una gran personalidad. La sonrisa, el entusiasmo y el amor por el juego. Esas son las cosas que de verdad destacan". En un juego promedio de los Filis en la liga de la toronja hay menos de 20 scouts. El doble de esos trabajaron en el juego del miércoles, y más de cuatro veces ese número aparecieron en la celebración post-encuentro realizada en el pequeño terreno detrás del estadio. Por todo, asistieron 300 personas. "Miles más pudieron estar aquí si pudiéramos haber invitado a la familia del beisbol que Jim tocó con su personalidad", dijo Schuerholz. La mesa del comedor de Bright House Field donde Fregosi tenía reuniones antes de los juegos ha sido sacada de servicio esta primavera. Las sillas se las llevaron.Sobre una carpeta negra hay una fotografía enmarcada de Fregosi y una rosa roja. "No me importa admitir que más me gustaba hacer como scout de Grandes Ligas era ir a los entrenamientos primaverales en Clearwater", dijo Will George, scout de los Rockies. "Llegaba al estadio a las 10 en punto para ver a Fregosi y reir por tres horas hasta que el juego empezara". Representantes de cada uno de los 10 equipos con los que Fregosi estuvo relacionado fueron presentados usando usando uniformes antíguos de esos equipos: Lee Thomas (Angelinos), Roger McDowell (Mets), Pete MacKanin (Rangers), Tekulve (Pirates), Bobby Knoop (Angelinos), Terry Pendleton (Louisville Redbirds), Greg Walker (White Sox), Darren Daulton (Filis), Gary Hughes (Gigantes) y Gord Ash (Azulejos). "Jim tenía una personalidad magnética", dijo el antíguo gerente general Joe McDonald, ahora scout de los Medias Rojas. "Todos se reunían a su alrededor. Era la estrella del local. El lo sabía. Y todos en la comunidad de los scouts vamos a extrañar eso. Solo hay unos pocos que pueden ser así de dinámicos. Él lo era". Antíguos peloteros como John Kruk, Randy Ready, Robert Person y Dave Cash, asistieron. A Milt Thompson quien ahora trabaja para Kansas City, los Reales le pagaron el boleto aereo desde Arizona para que estuviese presente. Hubo un homenaje mediante un video que tenía como fondo la canción "Winners", interpretada por Frank Sinatra, y un momento de silencio. Lee Elia es un asistente espeial de los Bravos, antíguo manager de los Filis y fue un constante compañero de pesca de Fregosi en las vacaciones. "Él era mi amigo. Fue mi confidente. Hablábamos de béisbol. Algunas veces nos salíamos de lo normal y tenía la manera de hacerme ver las cosas adecuadamente", dijo Elia. Shuerholz añadió: "El demostraba cada día que es mucho mejor ser apasionado que pasivo. Tenía opiniones muy fuertes, las cuales facil y confortablemente compartía con todos. Cuando alguién necesitaba motivación, Jim estaba ahí para motivarlo. Era un amigo muy querido para mí, muchos de nostros. Nos dejó muchas memorias que podemos atesorar el nresto de nuestras vidas". Entonces, finalmente, empezó el juego de beisbol. El cual puede haber sido el mejor homenaje de todos. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

lunes, 17 de marzo de 2014

Papá no puede dejar de pitchear adentro

Luego de años de entrenar y preocuparse, el padre de Buchholz aún estudia a cada bateador. Gordon Edes. ESPNBoston.com. 05-03-2014 Fort Myers, Fla. Era la tarde del cuarto juego de la Serie Mundial, y ellos estaban en Joe Buck's, el lugar de parrilladas de San Luis ubicado a pocos pasos del Busch Stadium, padre e hijo, se sentaron frente a frente en la mesa. El padre, canoso pero aún con apariencia juvenil, con manos que conocen el trabajo esforzado. El hijo, alto y flaco, con largos mechones de cabello alrededor de su cara barbuda. El padre, Gordon, "Skip" Buchholz, mecánico por 33 años en una refinería petrolera de Texas, habló primero. "¿Estás nervioso?", dijo "Caramba si, estoy nervioso", dijo el hijo de 29 años Clay Buchholz, el derecho de los Medias Rojas de Boston horas antes de lanzar el juego más importante de su vida, con un hombro derecho debilitado. "Escucha amigo", dijo el padre. "Sé que no estás al 100 por ciento, pero sé que los puedes vencer esta noche. Aún si estás lanzando a 85 millas por hora, solo corta y hunde la pelota, mantente fuera del medio del plato, evita el barril del bate. Los puedes vencer esta noche". Han pasado casi cinco meses, y Skip Buchholz está sentado en una mesa fuera del clubhouse de los Medias Rojas en el complejo de entrenamientos primaverales del equipo. Sus muchachos, Clay y Mason, están sentados unos metros más allá, esperando pacientemente mientras su padre le explicaba a un visitante de que trata criar a un beisbolista, moldearlo a su propia imagen, y la ocasión cuando pensó que Clay no pitchearía más debido a las fracturas de su espalda, y como Clay había sangrado hasta casi morir en su apartamento, y como los dos se habían sentado en el consultorio de un doctor de Florida el verano pasado y escucharon como James Andrews les dijo que Clay tenía el manguito rotador muy extenuado, sólo necesitaba algo de descanso y podría lanzar otra vez, todo eso había eventualmente desembocado en esa noche de San Luis. ¿Vencer a los Cardenales? "Muchacho, claro que lo hizo", dijo Skip Buchholz, al recordar como Clay batalló por cuatro innings en un juego que ganaron los Medias Rojas. “Estaba más orgulloso de él esa noche que en cualquier otra noche que haya lanzado”. El padre sabe, muy dentro de sí, que debe dejar pasar eso. Que será una derrota para él si no lo hace. Lo puede decir en voz alta. “Para mí es dificil”, dijo, “quiero ser capaz de disfrutarlo. Sentarme en la tribuna, comprar una cerveza, y ver el juego, y no lo puedo hacer”. “Lo deseo mucho porque sé que tarde o temprano se acabará, y entonces voy a reconocer lo que me perdí. Pero es muy duro. No se trata de que no lo sé”. Skip Buchholz no puede aceptar la vida de este lado de la baranda. Desde afuera, donde cada quien se tiene que sentar, mientras que adentro, donde él entrenó a su hijo, motivándolo, retándolo, exigiéndole más de lo que debería causando que su otro hijo, Mason renunciara al juego cuando el padre trató de hacer lo mismo con él. "Vivo cada lanzamiento de cada juego", dijo Skip luego que Clay lanzara un inning contra los Rays de Tampa Bay en un juego de exhibición efectuado la tarde de este martes. "Viví cada pitcheo hoy". "Y cada quinto día es muy duro para mí, muy duro. Mi estómago empieza a doler el día que hace bull pen. Eso es dos días antes que lance. Me pongo muy nervioso. Cuando lo entrenaba, era más fácil, pero no lo he entrenado desde que tenía 18 años. Cuando yo llamaba el juego y era coach de tercera base, era más fácil. Una vez que tuve que venir a este lado, donde está todo el mundo, ha sido muy, muy duro". Robin Buchholz, la madre de Clay, le dijo una vez al periódico de su pueblo de Beaumont, Texas, que su esposo deseaba haber sido beisbolista profesional. En el mismo artículo, ella dijo que cuando Clay tenía 8 años, lo encontró escribiendo varias veces en una hoja de papel. Que estás haciendo, le preguntó. Practicando mi autógrafo para cuando sea beisbolista, replicó el muchacho. El béisbol es un asunto de familia para los Buchholz, dice Skip. Robin Buchholz aún escribe sobre cada juego que Clay lanza, de la misma manera que lo ha hecho desde que jugaba en la categoría compota. Tienen una pila de esos reportes de este alto en la casa, dice Skip. "Mi esposa sabe más de beisbol que la mayoría de los hombres que conozco, eso es un hecho", dijo Skip. "Su hermano fue un gran beisbolista. Ella viene de una familia beisbolera". "Mason, mi hijo menor, pudo haber sido un gran pelotero, yo lo espanté del juego. Mi esposa siempre decía, 'Mason no es Clay', y yo le respondía, 'No estoy tratando de que sea como Clay, pero si va a jugar tiene que hacerlo de la manera correcta'". De la forma como lo hizo con Clay. "Fui muy duro con él", dice Skip Buchholz. "Lo formé para ser shortstop. Es uno de los mejores shortstops que he visto. Pueden preguntarle, tomaba 200 roletazos todos los días, siete días a la semana. Mi esposa jugaba primera base y yo tenía un balde pelotas en el plato, y el tomaba 200 roletazos cada día. Y podía batear. Lideró su equipo en la universidad en jonrones y carreras empujadas". "¿Que si venció a (Jacoby) Ellsbury en una carrera? Ellsbury no podía con él, hombre. Podía correr 4.25 en 40 yardas en futbol americano. Cuando lo veía correr las bases con una pelota entre dos, al pasar por segunda base parecía desarrollar una velocidad más intensa. Y Skip Buchholz dice que le enseñó a su hijo como pitchear. Sin lanzar curvas hasta que cumplió 16 años, para proteger su brazo. Solo rectas y bolas de nudillos. "Arriba y abajo, adentro y afuera, eso cambia el nivel de sus ojos", Skip le dijo eso en sus primeras lecciones. "Le dijo, 'Tienes que lanzar adentro, hombre. No me importa si lanzas 83 millas o 93 millas, tienes que pitchear adentro". Los días cuando Skip Buchholz solía recibir los pitcheos de su hijo pasaron hace tiempo. "No puedo recibirle", dijo. "Caramba, me hacia doler la palma de la mano cuando tenía 10 años, casi me rompió el tobillo en un juego de estrellas. Estaba calentando con él antes del juego. Creo que no le he recibido desde entonces". Los Medias Rojas han estado tratando por años de que Buchholz añada algo de peso a su contextura. Antes, dice Clay, esencialmente le pidieron que comiera lo que fuera que quisiera, con la esperanza de que engordara. Ahora, le han indicado intentar con una ruta más sana, que sustituya la pizza y otras comidas rápidas por opciones más nutritivas que el pueda preparar en casa. Skip Buchholz dice que Clay se parece a los hombres de la familia de su papá. Skip es medianamente alto de peso promedio, y el abuelo de Clay era igual. "Pero los hermanos de mi papá eran tipos altos y flacos". "Alimentamos a Clay con todo lo que podíamos darle. Miren a Mason. Alto y peso promedio. Pero cuando Clay era pequeño, y caminaba con su ropa interior, cuando se agachaba parecía un niño desnutrido, le sobresalían los hombros afilados. Era terrible". "Era tan enfermizo cuando niño, muy enfermizo. Tenía mangueritas en los oídos que le sobresalían porque los oidos le supuraban mucho. Y era alérgico. En aquellos días, tenían una almohadilla con 100 agujas, las ponían en tu espalda y examinaban todo. Era alérgico al aire, alérgico a la suciedad, a los huevos, salsa de tomate, chocolate, grama. Los médicos dijeron, 'El va a salir de esto' y lo hizo". A través de todos sus años escolares, en cada deporte que Clay practicó, futbol americano, pista y campo, futbol, beisbol, nunca salió lesionado, nunca tuvo un tirón muscular, según su padre. Eso ha hecho de las últimas cuatro temporadas con los Medias Rojas una gran prueba, dijo Skip. Él estaba ahí en 2010 cuando Buchholz tuvo una lesión en la pierna corriendo las bases en San Francisco. "Quería verlo batear", dijo Skip. "Entra en la caja de bateo, enfrenta a (Madison) Bumgarner, quién es zurdo. Soy zurdo, le lancé práctica de bateo toda su vida y el primer pitcheo que le hace Bumgarner, una recta de 94 millas de un zurdo, el lo devuelve imparable hacia el jardín derecho. Yo estaba llorando". "Tres lanzamientos después, tambien lloraba porque él se lesionó la pierna". En 2011 hubo más calamidad, cuando Buchholz fue diagnosticado con fractura en la espalda en junio y perdió el resto de la temporada. Evidentemente, esto amenazó mucho la continuidad de su carrera, de acuerdo a Skip". "Pensamos que no lanzaría más, luego del asunto de la espalda, si señor", dijo. "Tenía dos fracturas en las vértebras. Una de ellas, los médicos dijeron que era vieja". Sin embargo Bucholz se recuperó completamente, y estaba pitcheando de nuevo en 2012, cuando tuvo un episodio asustante que su padre describió en detalle, luego que reaccionara negativamente a inyecciones de Toradol, un medicamento antiinflamatorio que él y otros pitchers de los Medias Rojas estaban tomando, Clay llegó a su departamento, excretando y vomitando sangre, se desmayó, dijo Skip Buchholz, se golpeó la cabeza con el lavaplatos. Luego se levantó y se fue a la cama", dijo Skip Buchholz. "No sé si todos saben de esto, él llamó a un amigo de Josh Beckett y le dijo, 'Hombre, necesito ayuda'. El amigo le respondió, 'Nos vemos abajo', y Clay dijo, 'No me entiendes. No puedo salir de la cama'. Lo llevaron a Fenway Park y de ahí lo trasladaron de urgencia al hospital". "Tuvo suerte de llegar con vida. El doctor le dijo que si la hemorragia no hubiera parado, habría muerto, se hubiese desangrado. Si tenemos siete unidades de sangre en el cuerpo el había perdido cuatro." Los médicos diagnosticaron esófago inflamado, pero Buchholz se recuperó y regresó en menos de un mes. Luego vino el inicio triunfal de 2013, cuando tenía marca de 9-0 en su primera docena de aperturas y lideraba las mayores con 1.74 de efectividad, demostrando la capacidad de dominio que se le había pronosticado por años, pero siempre lo acosaba una lesión. Ese patrón se volvió a repetir, los Medias Rojas reportaron que Buchholz tenía dificultades con su músculo trapecio y luego le hallaron una bursitis. Finalmente, Buchholz, buscó una segunda opinión, y fue a ver a Andrews con su padre. "No teníamos ni 30 minutos allí cuando Andrews miró la resonancia magnética y dijo, 'No hay nada malo en el hombro. El hombro de este muchacho está tan normal como el que mejor le haya visto a un tipo de 29 años. Es increible lo normal que está". El problema, dijo Andrews, era que el manguito rotador estaba extenuado. "Él dijo, 'En cuatro o cinco semanas estará listo para regresar a lanzar". En el intermedio, Buchholz y su padre, oyeron a mucha gente cuestionar su fortaleza y durabilidad. "Oí mucho de esto, 'Que va, ese tipo no quiere pitchear, es un cobarde, no tiene corazón, eso es lo que es", dijo Skip. "Él estaba tratando de lanzar, pero cada vez que lo hacía volvía la molestia, entonces fue que dijimos, 'Tenemos que buscar una segunda opinión. Algo no anda bien'" "Los últimos tres, cuatro años han sido una montaña rusa". "Hablo con Clay antes y después de cada apertura", dijo Skip Buchholz de 56 años. "Si señor, lo hago". Clay me llama la noche antes del juego. Si tuviera que llamarlo, probablemente no respondería. Pero él me llama y me llama despues que pitchea, y hablamos de todo". ¿Todavía es duro con su hijo? "No como antes", dijo, "porque ahora es todo un hombre. Cuando era joven, era fácil ser duro con él porque lo aceptaba. Ahora, me escucha, pero tiene 29 años. Las cosas que le digo son las mismas que le decía cuando tenía 12, 14 o 15 años. Es jugar beisbol al 101 porciento, pitchear al 101 porciento. Es arriba y abajo, adentro y afuera". "Todavía le cuestiono su selección de pitcheos en determinada situación. Como hoy, lo primero que le pregunté, porque no pude ver desde donde estaba sentado, fue si ellos habían hecho un ajuste del posicionamiento del infield con (Matt) Joyce, 'Le lanzaste una pelota afuera' y el la bateó hacia el hueco del short stop, donde no había nadie. El me dijo. ' No papá, le lancé la pelota a las manos y el la dirigió hacia ese lugar'". "Ese es el tipo de cosas que le cuestiono. Estás en cuenta de 0 y 2, llegas a 3 y 2. Si quieres gastar un lanzamiento contra el piso, haz lo que tengas que hacer. Eso es lo que le cuestiono, la selección de los pitcheos y la colocación, porque se lo enseñé". Dentro de tres días, Clay Buchholz está previsto para lanzar otro bull pen. Y el estómago de Skip Buchholz empezará a doler. Padre e hijo. Hijo y padre. Uno adentro y otro afuera. Traducción: Alfonso L. Tusa C.