jueves, 8 de septiembre de 2016

Esquina de las Barajitas: El camino equivocado Wally.

Bruce Markusen. Los empleados del Salón de la Fama también son aficionados al beisbol y les gusta compartir sus memorias. Aquí está la perspectiva de un aficionado desde Cooperstown. ¿Qué tan prominentes eran las cejas de Wally Moon? Tan prominentes que a la distancia parecía que estaba usando anteojos enterizos. En realidad, las cejas de Moon se confundían en una sola línea. No había separación entre ellas. La ceja no solo era contínua, sino totalmente oscura y tupida. Era una característica distintiva, que fue capturada en muchas de las barajitas Topps de Moon, pero en ninguna mejor que en su barajita de 1963. Dejando a un lado el asunto de las cejas, Moon era un pelotero bien parecido. Tenía rasgos destacados, un rostro fino, y mantenía corto y arreglado su cabello. Al usar el digno uniforme de anfitriones de los Dodgers de Los Angeles, junto con esa siempre majestuosa gorra azul, Moon parece el muchacho del afiche de un pelotero de comienzos de los años ’60. La colección de 1963 también fue una de las mejores que Topps produjo. La mayoría de las barajitas de los peloteros mostraban dos fotografías en la cara frontal: la foto grande a color que ocupaba las cuatro quintas partes superiores de la barajita y una pequeña en blanco y negro contenida dentro de un círculo coloreado de azul, naranja, rojo o amarillo (como en el caso de Moon). El nombre del pelotero, posición y equipo están impresos contra un fondo de olor contrastante (verde, dorado, amarillo, azul o rojo, como en la barajita de Moon), para completar una barajita multicolor, de tres planos. Esta fue una colección clásica, una que sigue siendo muy popular entre los coleccionistas quienes valoran su barajitas antiguas. Wally Moon puede haber recibido algunas bromas de sus compañeros de equipo acerca de su barajita de 1963 y sus cejas ese verano, pero nadie le gastó bromas por su bateo. Eso fue algo que siempre hizo bien, desde el día de 1950 cuando los Cardenales de San Luis lo firmaron como agente libre amateur. Cuatro años después, apareció en el campo de entrenamiento primaveral de los Cardenales. Moon había decidido que si no entraba al roster inaugural de los pájaros rojos, regresaría a su nativa Arkansas y aceptaría un trabajo como profesor que le habían ofrecido. Graduado en Texas A & M, el bien estudiado Moon ya había obtenido su maestría en enseñanza. Estaba listo para ejercer su segunda carrera. Esa segunda carrera tendría que esperar. Moon no solo hizo el equipo en la primavera del ’54, sino que jugó tan bien en Florida que los Cardenales cambiaron al inquilino del Salón de la Fama, Enos Slaughter a los Yanquis de Nueva York y nombraron a Moon su jardinero central regular. Para Moon, ese fue un desenlace agridulce. “Firmé con (los Cardenales en primer lugar)”, le explicó Moon en su hablar pausado al St Louis Post-Dispatch, “porque era mi equipo favorito y Slaughter mi pelotero favorito. Admiraba la manera como él se fajaba y lo duro que jugaba”. También lo fue para los aficionados de los Cardenales. No reaccionaron bien a ese cambio; idolatraban a Slaughter y resentían de Moon por haber tomado su puesto. Completamente injusto, ellos abuchearon a Moon durante el desfile del equipo el día inaugural en Sportsman’s Park. Mientras Moon avanzaba hacia el plato para tomar su primer turno al bate en Grandes Ligas ese día, los fanáticos coreaban “We Want Enos”. Moon de inmediato silenció el coro al descargar un jonrón sobre el pabellón del jardín derecho. Aunque el nivel del poder de Moon decayó durante la temporada, terminó con un modesto total de 12 jonrones, por otro lado surgió como una amenaza a la ofensiva. Bateó .304, negoció 71 boletos, y registró un OPS de .806. Tales números le ayudaron a ganar el premio de Novato del Año de la Liga Nacional. Moon solo mejoraría en cada una de las tres temporadas siguientes. En 1957, empezó a resolver como batearle a los pitchers zurdos, subió su OPS hasta .875, y se ganó su primera selección al Juego de Estrellas. También alcanzó el tope de su carrera con 24 jonrones. Todo indicaba que Moon sería parte importante de los jardines de los Cardenales por muchos años. Entonces vino el descarrilamiento de 1958. En mayo, Moon chocó con Joe Cunningham (quien estaba jugando fuera de posición en el jardín izquierdo) mientras perseguían un elevado bateado por Orlando Cepeda. Moon sacó la peor parte, al salir con el codo lastimado. Perdió algun tiempo, y cuando regresó a la alineación, la lesión del codo le afectó su estilo de bateo. Moon terminó la temporada con números raquíticos: siete jonrones y .238 en promedio de bateo. La oficina principal de los Cardenales culpó a Moon y al toletero Del Ennis, quien estaba cerca del final de su carrera, por la mala temporada. Ese invierno, los Cardenales hicieron un cambio, enviaron a Moon a los Dodgers por el jardinero Gino Cimoli. El cambio afectó a Moon, a quien le gustaba mucho vivir en el area de San Luis con su esposa e hijos. También se sintió insultado de que los Cardenales hubiesen incluido otro pelotero en la transacción, lo que implicaba que ellos no lo consideraban de igual valor que Cimoli, Así como Moon se sentía rechazado, los Dodgers valoraban su nueva adquisición, lo elogiaban por el esfuerzo máximo con el que jugaba. Dejando de lado sus dificultades de 1958, los Dodgers convirtieron a Moon en su jardinero izquierdo regular en 1959. Moon tenía ahora que lidiar con el reto de jugar sus juegos como anfitrión en el Coliseo de Los Angeles, el hogar de los Dodgers desde su reciente mudanza desde Brooklyn. Con el callejón entre el jardín central y el derecho a 440 pies de distancia, Moon se preguntaba como podría batear jonrones en aquel parque. Siempre reflexivo como pelotero, Moon discutió la situación con Stan Musial, su antiguo compañero de equipo en San Luis. Musial sugirió que Moon alterara su estilo de bateo y tratara de empujar los pitcheos hacia el jardín izquierdo del Coliseo, el cual tenía una pantalla de 42 pies de altura, pero la distancia hasta el poste de foul era solo de 251 pies. Moon empezó a usar un swing de adentro hacia afuera nada convencional y comenzó a dirigir la pelota hacia el jardín izquierdo. El Sporting News se refería a él como “Wrong Way Wally” (“Camino Equivocado Wally”) debido a su inusual disposición para enviar la pelota hacia la banda opuesta. Algunos periodistas describían sus jonrones como “screenos” debido a la forma extraña como pasaban por encima de la enorme pantalla del jardín izquierdo. El término “screenos” nunca gano receptividad. Los jonrones de Moon por la banda opuesta pronto fueron conocidos como “moon shots” (“rayos de luna”). Moon recuerda a un legendario narrador como fuente del nuevo término beisbolero. “Nuestro narrador, Vin Scully, fue quien en realidad empezó eso”, recordó Moon en una entrevista con el Akron Beacon Journal. “Recuerdo que entonces todos estaban muy interesados en los lanzamientos espaciales (la carrera por conquistar el espacio), y cuando Scully empezó a llamar mis jonrones por la banda opuesta ‘moon shots’, eso pegó de verdad”. Los rayos de luna no eran batazos largos pero tenían suficiente altura. Por esa razón, Moon bateó 19 jonrones, 14 de ellos en el Coliseo. También coleccionó 11 triples para liderar la liga, bateó para -302, y terminó cuarto en la carrera por el premio del jugador más valioso. Adicionalmente, él ayudó a los Dodgers a ganar su primera Serie Mundial en Los Angeles. Pocos días después que los Dodgers ganaron el título en seis juegos ante los Medias Blancas, Moon coincidió con el Vice Presidente de Estados Unidos durante una escala en el aeropuerto de Dallas. Nixon, un gran aficionado del juego, entró al salón de celebridades del aeropuerto, felicitó a Moon por el campeonato mundial, y habló de beisbol con la estrella de los Dodgers por varios minutos. Moon siguió siendo productivo el siguiente par de temporadas, que fueron las últimas de los Dodgers en el Coliseo. Tuvo su mejor temporada en 1961, cuando bateó .328 y lideró la liga con un porcentaje de embasado de .434. El Coliseo ayudó a Moon, sin duda, pero él nunca se sintió completamente cómodo jugando en ese lugar. “El Coliseo fue bueno para mi”, le dijo Moon al periodista deportivo Melvin Durslag, “pero nunca me sentí normal ahí. Esto es comprensible, porque todo lo que hice en ese lugar fue anormal. Cambié mi estilo de bateo y mis hábitos de fildeo y nunca jugué de la manera como fui entrenado para jugar”. Moon hizo esos comentarios en marzo de 1962. Cuando la franquicia se mudó al nuevo estadio, amigable para los pitchers, Dodger Stadium en el transcurso de esa temporada, Moon tuvo dificultades. Al aparecer en 95 juegos, él solo bateó cuatro jonrones y bateó un magro .242. Moon jugó más en 1963, el año cuando salió esta barajita Topps, pero entonces tenía 33 años de edad y siguió teniendo dificultades en la caja de bateo. Jugaría dos temporadas más como jardinero de reserva, un papel que cumplió hasta la Serie Mundial de 1965. Los Dodgers ganaron esa serie ante los Mellizos en siete juegos, pero Moon solo tomó dos turnos al bate, lo cual lo llegó a la insatisfacción con su trabajo secundario. Despues de la serie, él pidió a los Dodgers que lo cambiaran. No encontraron quien estuviera interesado en él. Moon optó por retirarse. Aún después de su carrera como pelotero, Moon permaneció activo, dentro y fuera del juego. En 1969, el equipo de expansión, Padres de San Diego, lo empleó como parte del cuerpo técnico inaugural del manager Preston Gómez. Moon dejó el trabajo después de un año, para regresar a su antígua ocupación como director atlético en John Brown University. Lejos del beisbol, Moon también se involucró en la política. Como miembro del Arkansas Democratic Party, ayudó a realizar exitosas campañas por el senador John McClelland y el gobernador Dale Bumpers. Moon también sirvió en un comité de enmienda enfocado en repotenciar el gobierno del condado. Mediante varios intentos, Moon consiguió suficientes recursos económicos para hacerse propietario del equipo de ligas menores Dodgers de San Antonio, filial de Los Angeles en la Texas League. Él operó la franquicia por tres temporadas antes de vender el equipo. Claramente, la inteligencia de Moon y su pupila para los negocios le han reportado éxitos desde que se retiró como pelotero activo. Ahora que disfruta su retiro en Bryan, Texas, solo tiene que trabajar muy poco en su vestimenta y apariencia. Solo bromeaba, Wally. Acerca de Bruce Markusen Bruce Markusen es el gerente de Digital and Outreach Learning at the National Baseball Hall of Fame. Ha escrito siete libros de beisbol, incluyendo biografías de Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Ted Williams, y A Baseball Dynasty: Charlie Finley’s Swingin’ A`s, el cual fue premiado con la Seymour Medal de SABR. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Nota del Traductor: Wally Moon jugó con el Pastora en la temporada 1953-54 de LVBP. Estas fueron sus estadísticas: 70 J, 276 VB, 58 CA (marca de LVBP hasta que Antonio Armas la batió con 62 carreras anotadas en la temporada 1977-78), 89 H, 10 2H, 6 3H, 10 HR, 54 CI, 11 BR, .322 AVG.