viernes, 13 de mayo de 2016

Antíguo jugador estrella Ralph Garr dejó un legado innegable.

A menudo subestimado, el campeón de bateo de 1974 de la Liga Nacional, tuvo una carrera destacada. Ralph Garr es inducido en el National College Baseball Hall of Fame en la noche de campeones de Lubbock, Texas. Terence Moore. MLB.com. 19-02-2016. Aun si nos estuviéramos en el mes de la historia negra (Black History Month), hay muchas razones de porqué los aficionados del beisbol deberían conocer la carrera de Ralph Garr. ¿Nunca oyeron de él? Bien, empecemos con esto: ¿Quién tiene la marca de Grandes Ligas de más imparables antes del receso del Juego de las Estrellas? ¿Es Lou Gehrig, Ty Cobb, Joe DiMaggio, Ted Williams, Pete Rose, Rod Carew, Tony Gwynn, Ichiro Suzuki? o … si, es Garr, entre los peloteros afroamericanos olvidados del pasado, y él rió en el teléfono desde su casa en las afuera de Houston al recordar su logro de 1974. “Pienso que nadie me superará en eso, y muchos de ellos han tenido oportunidad e hacerlo”, dijo Garr, 70, quien consiguiera tantos imparables durante la mitad de su estadía de ocho años con los Bravos, su primer equipo en Grandes Ligas. Garr fue un jugador estrella de la Liga Nacional y ganó el título de bateo de la Liga Nacional ese año. También estuvo a punto de ganar el título de bateo de la Liga Nacional en 1971 y ’72, pero terminó segundo en ambas temporadas. ¿Mencioné que Garr terminó su carrera de 13 años en las mayores con un promedio de bateo de .306? Eso es más alto que el de George Brett, un bateador zurdo quien terminó sus 21 temporadas con .305. Lo sé, lo sé. Brett está en el Salón de la Fama. Garr no. Mientras Brett descargaba 317 jonrones, Garr tuvo 75. Brett también fue lo suficientemente sólido a la defensiva en tercera base para ganar un guante de oro en la Liga Americana, y Garr tuvo tantas dificultades defensivas como segunda base en las ligas menores con los Bravos que fue convertido en jardinero. Garr seguía teniendo dificultades defensivas en su nueva posición, y sus desplantes con el guante y el brazo se mantuvieron a través de su carrera, la cual incluyó paradas con los Medias Blancas y los Angelinos. El hombre concoido como “Road Runner” (“Correcaminos”) también tenía otros atributos. Todos empezaban y terminaban con sus piernas. Garr era tan rápido en las bases que los Bravos hicieron un trato con Warner Bros. Para usar las imágenes de la caricatura Road Runner de la compañía en la pantalla de video del viejo Atlanta-Fulton County Stadium cada vez que Garr entraba a la caja de bateo. Los Bravos también hacían sonar el pegajoso “beep, beep” del Road Runner cada vez que Garr llegaba a primera base. Eso porque él siempre amenazaba con robarse la segunda base. ¿Qué tan rápido era Garr? “Nunca fui cronometrado en las 60 yardas o las 40 yardas, pero si desde home a primera base”, dijo Garr. “Ponía 3.85 segundos o 3.9, y era consistente alrededor de ese tiempo. Pero Mickey Mantle ponía 3.2 o 3.3, y tenía las piernas malas, todas vendadas. Él corría tan rápido que no podías verlo. Era irreal. Y había algunos tipos cuando yo jugaba quienes eran rápidos de verdad, Mickey Rivers, Bake McBride, Lou Brock. Había unos pocos tipos que vi con velocidad, y también fue igual cuando estaba en Grambling. Había tres o cuatro tipos entonces quienes eran más rápidos que yo, en el mismo equipo”. Tal vez, pero ninguno de esos velocistas de Grambling podían batear como Garr. En 1967, el nativo de Monroe, La., lideró a los Tigers de Grambling y la National Association of Intercollegiate Athletics con un ridículo promedio de bateo de .585. Apareció en Sports Illustrated por ese hecho. Entonces, ese verano, Garr se convirtió en escogencia de la tercera ronda del draft de un equipo de los Bravos que eventualmente lo tuvo por años bateando delante de un ícono del beisbol. Garr aún se emociona al hablar de Hank Aaron. “Hank no era conversador, pero nunca he visto un tipo que se haya educado a si mismo a través de los años como lo hizo Henry”, dijo Garr. “Aunque él no fue a la universidad, podías pensar que lo había hecho a medida que lo conocías. Ahora habla como si tuviera una maestría o hasta un doctorado. Él es muy, muy, muy inteligente”. Aaron también era muy, muy, muy eficiente para batear jonrones. Así que a pesar de la velocidad de Garr, él terminó con solo 172 bases robadas vitalicias, y nunca robó másde 35 en una temporada. Si preguntas porqué, vamos de vuelta a Aaron y sus jonrones. “Cuando juegas en un equipo con Henry Aaron, y bateas delante de él, no era necesario que yo robara muchas bases, porque él podía impulsarte desde primera base como podía hacerlo desde segunda”, dijo Garr. “Luego del primer año o algo así, yo robaría algunas bases, pero nuestro equipo estaba centrado alrededor de uno de los peloteros más grandes del beisbol. Nadie tenía problemas con eso, porque él era tan buen jugador de equipo que siempre tenía el favor de Dios. Me refiero a que para lo grande que era, él nunca se quejó de nada”. Ahí está por ejemplo abril de 1974. En las sombras, lejos de las cámaras de una audiencia nacional televisiva, Aaron le dijo a Garr y a otros en el dugout de los Bravos en el Atlanta Fulton-County Stadium que era tiempo de terminar su legendaria persecución de la marca de jonrones de todos los tiempos de Babe Ruth. Aaron pensaba que esa cosa era una distracción para sus compañeros. Tenía 755 jonrones cuando se retiró, pero el más famoso ocurrió esa noche después que accionó sus rápidas muñecas para hacer los 714 de Ruth segundos de los 715 de Aaron. Hank el Martillo pasa al Babe. Hank Aaron, a los 39 años, bateó 40 jonrones en 1973, terminó a solo uno de los 714 de Babe Ruth y sirvió un invierno de anticipación y esta noche mágica. Garr observaba desde el dugout. “Yo estaba en el primer escalón, o algo así, y le decía a las personas a mi alrededor, ‘Hombre, aquí va a pasar algo, ¿sabes a lo que me refiero?’” dijo Garr. “Y entonces el bateó, y yo salté. Hank fue un gran compañero de equipo. Es un honor hablar de él. Ha habido pocas personas como él que he conocido en el beisbol. He sido bendecido, señor”. Garr ha sido así de bendecido: En 1984, cuatro años despues de su retiro, él quería un trabajo en el beisbol, y fue contratado como scout itinerante por el entonces director de desarrollo de peloteros de los Bravos, Hank Aaron. Treinta y dos años después, Garr tiene el mismo trabajo. Traducción: Alfonso L. Tusa C.