sábado, 16 de julio de 2016
Justin Dunn, Prospecto de Pitcheo de los Mets, Crece y se muda cerca de Casa,
Wayne Epps Jr. The New York Times. 14-07-2016.
Justin Dunn solía domir con su guante. Y había sabido desde la edad de siete años, a donde quería llegar desde donde estaba ahora, al montículo, para lanzar en un juego de beisbol profesional.
Dunn había sido seleccionado por los Mets como su escogencia en la primera ronda del draft el mes pasado y ahora se encontraba en el uniforme del equipo de ligas menores Cyclones de Brooklyn para su debut en casa en el séptimo inning. En la tribuna había cerca de 20 miembros de la familia.
“Era bueno será capaz de pitchear frente a ellos”, dijo Dunn, la escogencia 19 y producto de Boston College, quién se apuntó la victoria 4-3 sobre los Renegades de Hudson Valley. “Muchas personas de mi familia no me han visto lanzar desde que era pequeño”.
Ellos se han perdido de mucho.
Aunque él es de Freeport, NY., a menos de 30 millas del montículo donde estaba parado, Dunn ha recorrido un largo camino.
Jeff Trundy, su entrenador de beisbol en Gunnery en Connecticut, la academia preparatoria privada donde Dunn fue a la escuela secundaria, recordó cuando había visto por primera vez al ahora espigado derecho jugando en una presentación de octavo grado. Dunn, recordó él, era probablemente el jugador más pequeño.
Trundy sin embargo, podia decir que el brazo de Dunn funcionaba bien y que tenía buena mecánica para un muchacho de su edad. Pero lo que más le gustaba a Trundy era que Dunn asimilara todo lo que decían los entrenadores que lo rodeaban.
Aún como jugador de primer año, Dunn mostró su velocidad.
“Era asunto de que Justin se hiciera grande y fuerte, porque tenía la sed de conocimientos y la pasión por lo que hacía”, dijo Trundy.
Ese primer año, Dunn ingresó al equipo regular de Gunnery pero jugó poco. Jugó regularmente en segundo año, como pitcher e infielder central. Al comienzo, Dunn lanzaba a más de 80 millas por hora, y en su último año llegó a las 90 mph.
Fue seleccionado por los Dodgers de Los Angeles en 2013 pero optó por asistir a Boston College. Dunn empezó esa temporada pasada, su primer año, como cerrador del equipo antes de regresar a abrir juegos en la que se convirtió en su mejor temporada. Terminó el año con 2.06 de efectividad en 65, 2 innings lanzados, y 72 ponches.
Dunn creció física y mentalmente en BC. Su entrenador allí, Mike Gambino, había llegado a reconocer como lanzar, como cambiar velocidades y estilo, y a controlar el juego.
Dunn aprendió “lo que significaba convertirse en pitcher, no solo un buen muchacho con un buen brazo”, dijo Gambino.
Gambino y el resto del equipo de BC estaban con Dunn en un restaurant de Florida la noche del draft, el 9 de junio. El equipo se preparaba para abrir su torneo super regional NCAA contra Miami el día siguiente.
Cuando el nombre de Dunn fue anunciado, el grupo estalló en celebración.
“Ese día, yo no estaba buscando un equipo, buscaba una organización que me diera la oportunidad”, dijo Dunn. “Y había esperado que los Mets fuera uno de esos equipos, porque al ver lo que hacen con su cuerpo de pitcheo, no se puede pedir otra cosa”.
Ahora, las actuaciones de Dunn son limitadas, está programado para lanzar dos innings cada seis días y hará su tercera aparición el sábado 16 de julio contra los Spinners de Lowell. En cuatro innings de trabajo, Dunn ha permitido dos imparables sin carreras, ha caminado a dos y ponchado tres. Quiere ajustar su comando pero está feliz.
“La pelota está saliendo bien, todo se siente bien en mi mano, y me siento fuerte y sano, eso siempre es bueno, y es todo lo que se puede pedir”, dijo él.
La salida de Dunn el domingo tuvo un comienzo espinoso pero terminó con un zumbido.
Con los Cyclones arriba 4-3, en la apertura del octavo inning, Dunn se metió en problemas al golpear al primer bateador y caminar al siguiente. Pero el tercero levantó un elevadito al catcher en intento de toque, y los Cyclones encontraron fuera de base a los corredores para ejecutar un tripleplay 2-6-3.
Billy Bryk Jr. el coach de pitcheo de los Cyclones, dijo que Dunn tenía “condiciones eléctricas” y se mantenía cómodamente entre las 94 y 96 mph con un repertorio de cuatro pitcheos: recta, slider, cambio y curva.
Dunn tiene unos lanzamientos pulidos y sonoros, dijo Bryk. En el reporte de su primer juego, Bryk catalogó a Dunn como alguien quien, en las Grandes Ligas, podría see un tercer abridor o pitchear hacia el final de los juegos viniendo del bullpen.
El manager de los Cyclones, Tom Gamboa, al citar el atleticismo de Dunn, la soltura de su brazo y sus condiciones, dijo que le recordaba a un joven Dwight Gooden.
“Y tan bueno como es en el montículo, él es todavía un mejor tipo fuera del terreno”, dijo Gamboa.
Dunn podía un día encontrarse lanzando en un montículo aún más cercano a casa, en Citi Field. Si lo hace, se agregará al pequeño número de pitchers negros de las Grandes Ligas. De acuerdo a USAToday, de los 449 pitchers que había en las mayores el día inaugural, solo 14 eran negros.
Los Mets ya tienen una rotación llena de pitchers talentosos quienes podrían ser modelos para Dunn y Anthony Kay, la otra escogencia de primera ronda de los Mets y otro pitcher criado en Long Island quien firmó el miércoles.
“Si puedo ser como cualquiera de ellos, pienso que todo estará bien”, dijo Dunn.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Dos Campocortos se Mantienen Cercanos, en el Orden del Draft y más allá
Tyler Kepner. The New York Times. 10-07-2016.
San Diego.- Los Astros de Houston seleccionaron primero en 2012, 2013 y 2014. Sus escogencias ilustran con nitidez las variaciones del proceso: Un pelotero se convirtió en estrella, otro fue cambiado, otro se lesionó.
En junio de 2015, los Astros escogieron en segundo lugar, después de los Diamondbacks de Arizona. Ambos equipos tomaron campocortos de la Southern Conference. Dansby Swanson de Vanderbilt fue primero, y Alex Bregman de Louisiana State segundo. Los peloteros siempre estarán vinculados.
“Absolutamente”, dijo Swanson el domingo 10 de julio, antes que ambos iniciaran por Estados Unidos en el All-Star Futures Game. “No fue solo uno-dos en el draft, es como si ambos jugamos shortstop en la secundaria para los dos mejores equipos, comparémoslos y creemos esta rivalidad. Como, ‘¿Se odian entre sí?’ No, en realidad nos estimamos. Somos buenos amigos. No hay resentimiento entre nosotros para nada”.
Bregman, al menos, puede no ser campocorto por mucho tiempo. La primera escogencia de los Astros en 2012 a Carlos Correa tiene esa posición asegurada en Houston, así que Bregman practica en tercera base cada día en las menores. Los Astros obtuvieron a Bregman como escogencia de compensación por firmar a su escogencia número 1 en 2014, el pitcher Brady Aiken, cuyo codo los llevó a perder su bono de oferta.
Aiken fue la segunda falla de los Astros en una primera escogencia, después del pìtcher Mark Appel en 2013. Appel tuvo dificultades en las menores y fue cambiado a Filadelfia el invierno pasado en un cambio por el relevista Ken Giles. El pelotero escogido después de Appel fue Kris Bryant de los Cachorros de Chicago, quien empezará en tercera base el martes 12 de julio el Juego de Estrellas.
El par Appel-Bryant podría ser el más desigual de la historia del draft, como en 1966, cuando los Mets Tomaron a Steve Chilcott y los Atléticos a Reggie Jackson, y en 2004 cuando los Padres tomaron a Matt Bush y los Tigres a Justin Verlander. El draft de 2015 podría resultar de la misma forma, aunque no por algo que Swanson pueda hacer.
Bregman está teniendo la mejor temporada. Luego de batear .297 con 14 jonrones en el Corpus Christi AA, ha bateado .389 con cinco jonrones en sus primeros ocho juegos en el Fresno AAA. Parece cercano un puesto en el roster de Houston.
“Siento que puedo ayudar a ganar juegos allí”, dijo Bregman. “Si ese día es mañana o dentro de unas semanas o cuando sea, estoy listo y emocionado”.
Bregman y Swanson jugaron juntos en el equipo de Estados Unidos después de su segundo año en la universidad y han estado cerca desde entonces, hablan por teléfono una vez al mes. Pero Bregman no ha olvidado sus posiciones del draft, usó el número 2 el domingo como recordatorio de que Swanson fue primero.
“Él es un buen tipo, lo hace de la mejor manera, practica el juego duro, solo tengo cosas buenas que decir de él”, dijo Bregman. “Lueggo de decir esto, por supuesto que hay competencia entre nosotros. Siempre tratamos de mejorar en el juego y ser los mejores peloteros en el campo. Eso nos motiva, y lo disfruto”.
Swanson también ha sido promovido sta temporada, desde el Carolina A donde bateó para .333 con un jonrón, hacia el Mississippi AA, donde está bateando .269 con cinco jonrones en 57 juegos. La gran noticia es que lo está haciendo con los Bravos de Atlanta.
Hasta el invierno pasado, los equipo no podían cambiar a un pelotero hasta que hubiese pasado un año de ser seleccionado en el draft. Swanson se convirtió en el primero en ser oficialmente negociado tan pronto después del draft. Los Diamondbacks, quienes habían firmado al as abridor Zack Greinke, querían un segundo abridor y usaron a Swanson para encabezar el paquete con el cual consiguieron a Shelby Miller.
El cambio parece un fiasco para los Diamondbacks, quienes están enterrados en el oeste de la Liga Nacional y han empezado a desprenderse de veteranos. Miller tiene marca de 2-9 con 7.14 de efectividad, la más alta entre los pitchers de la Liga Nacional con más de 65 innings. Y Swanson se fue, atravesó la espina del rechazo repentino.
“Me di cerca de semana y media para digerir todo eso, para dejarlo ser y dejarlo ir”, dijo Swanson. “Esa fue probablemente la mejor decisión que pude haber tomado, porque me dio la oportunidad de sentarme y ser capaz de mirar todo lo que ocurría desde un punto de vista realista y ver la gran oportunidad que se me presentaba”.
Mientras los Astros de Bregman son contendores, los Bravos de Swanson están en reconstrucción. Pero Swanson creció en Marietta Ga., aupando a los Bravos, quienes lo ven a él y a Ozzie Albies como su dupla de dobleplays del futuro. Albies, un campocorto natural, se está convirtiendo en segunda base en Mississippi.
“Él es fenomenal”, dijo Swanson de Albies. “Es como mi hermano menor. Puedo decirlo porque tiene 19 años y yo tengo 22. Me gusta tenerlo en la alineación”.
Albies empezó el Futures Game el julio pasado, el cual incluyó varios prospectos quienes desde entonces se han convertido en figuras de las ligas mayores, tales como Trevor Story de Colorado y Nomar Mazara de Texas.
El próximo podría ser Bregman, quien tuvo un triple y un doble entre sus tres imparables del domingo. Su actuación pudo haber sido merecedora de una distinción de jugador mas valioso, pero Estados Unidos perdió, 11-3, y Yoan Moncada de Boston la ganó.
Aún así, Bregman estaba emocionado al saber que Kyle Schwarber de los Cachorros fue el más valioso el verano pasado. Para el otoño, Schwarber estaba largando jonrones en los playoffs. Bregman, 22, espera seguir su camino.
“Eso sería grandioso”, dijo él. “Sería un sueño hecho realidad”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 13 de julio de 2016
Toby Harrah, Parte 2
David Laurila. Prospectus Q&A. 20-05-2009.
Esta es la segunda parte de una entrevista con el coordinador de bateo de los Tigres y antiguo infielder de Grandes Ligas, Toby Harrah.
David Laurila: Su primer manager en las Grandes Ligas fue Ted Williams. ¿Qué aprendió usted del hombre a menudo conocido como “El Bateador más Grande que Haya Existido”?
Toby Harrah: Bien, el fue el mejor bateador que vi en mi vida, y me hizo un mejor bateador.Me habló acerca de, “¡Conseguir un buen pitcheo para batear! ¡ Conseguir un buen pitcheo para batear! Y siempre trabajabas la recta. En 0-0 estás buscando la recta. Una y nada, estas buscando una recta. Dos y nada, estás buscando una recta. Dos y uno, estas buscando una recta. Entonces te ajustabas a eso. Él hacía de batear algo simple. Fue uno de los primeros tipos que habló acerca de batear como un arte. Y batear es un arte, no una ciencia. Si lo fuera, todo el que tuviera una maestría sería un gran bateador, Pero eso no funciona de esa manera. Es un arte. En cuanto a Ted Williams, pienso que él fue el bateador más grande todos los tiempos. Todos pueden hablar de todos estos otros bateadores y que tan buenos fueron, pero no hubo nadie mejor que Ted Williams.
DL: A menudo se ha dicho que los grandes peloteros no son buenos managers, porque su conocimiento lo obtuvieron de manera natural. ¿Está usted de acuerdo con eso?
TH: Sabes, la gente dice eso, pero quienes fueron grandes bateadores, si ellos se tomaran el tiempo de aprender como ser buenos maestros, probablemente podrían serlo. Ellos probablemente no tuvieron la paciencia de tomarse el tiempo de aprender como enseñar. Piensa en eso, de verdad. Estos tipos fueron grandes bateadores, así que ellos pudieron tomarse el tiempo de empezar a leer un poco acerca de la mecánica de batear, pudieron convertirse en buenos maestros. Todas esas son patrañas. Tal vez ellos no tienen la paciencia para aprender a enseñar eso, eso es todo. Y los tipos quienes lo enseñan y pasan mucho tiempo en eso, debido a que fueron malos en eso, aprendieron a enseñarlo. ¿Entiendes lo que digo? Los tipos quienes son buenos maestros, pero no fueron buenos bateadores, ¿Cómo piensas que consiguieron se credibilidad. Ellos aprendieron a enseñar. Déjame darte un buen ejemplo. Para mi, uno de los mejores entrenadores de infield de todos los tiempos es Perry Hill. Perry Hill nunca jugó un día en el beisbol profesional, pero se tomó el tiempo para aprender como enseñar y ahora es uno de los mejores. Rudy Jaramillo. Rudy Jaramillo es probablemente el mejor instructor de bateo del beisbol hoy. ¿Jugó él un día en las Grandes Ligas? No que yo sepa, pero es un maestro fantástico de bateo.
DL: Charlie Lau jugó en las Grandes Ligas, pero obviamente tuvo más éxito como maestro que como bateador.
TH: Piensa en esto, muchos tipos pasan tanto tiempo en las Grandes Ligas que cuando se retiran, no quieren enseñar lo que hicieron. Solo quieren hacer una vida. Pero los tipos quienes no tienen credibilidad, que nunca han hecho nada, tienen que conseguir esa credibilidad de alguna manera, ¿Cómo lo hacen? Aprendiendo; leyendo; observando; estudiando la mecánica. Piensa en un tipo como Wade Boggs y el gran bateador que fue. Él fue a Tampa y fue coach de bateo allí por un año o dos. ¿Por qué no se convirtió en un gran instructor de bateo? Probablemente porque nunca le importó mucho eso. Probablemente quería hacer eso por un pequeño período pero no quería pasar cinco o seis años en las ligas menores perfeccionando el arte. Probablemente tenía suficiente dinero que no tenía que hacerlo. Se necesita pasión, pero muchas veces también tienes una vida que vivir. Así que tienes que invertir tiempo en eso, tienes que hacer eso. Asi es como es esto. Charlie Lau fue un coach de bateo muy bueno. Fue el coach de bateo de George Brett en Kanss City, y Charlie es el que hablaba de como avanzar los corredores e ganr en el beisbol. El equipo que usualmente lleva más corredores hasta tercera base es el que gana.
DL: Charlie Lau y Walt Hriniak cada uno tenía una filosofía específica de bateo. ¿Es esa una buena manera de enseñar?
TH: Bien, te diré que es mucho más fácil. Es mucho más fácil enseñar a todos como batear de una manera que tomar a cada individuo, con su propio cuerpo y su propio swing, y tratar de hacer que funcione de la mejor manera para él. Si tuviste que enseñar a todos como batear de una manera, eso es pan comido. Es tomar a cada individuo, con un cuerpo un poco diferente, un poco de fuego diferente en él, diferente visión, que haga swing un poco diferente, y sacar lo mejor de él. No puedes tomar un tipo pequeño…definitivamente no quieres que él tenga el mismo swing que un tipo que pese 120 o 125 kilogramos y pueda sacar la pelota del parque. El tipo grande quien puede sacar la pelota del parque, no te importa que él bateé un poco más la pelota por el aire un poco más. No quieres que el tipo pequeño tenga el mismo swing que el tipo grande. Quieres que batee la pelota por el suelo un poco más, especialmente si tiene algo de velocidad. Quieres que batee líneas. No quieres que el tipo grande batee mucho la pelota por el suelo, porque producirá muchos dobleplays. Lo más fácil sería enseñar a todos de la misma manera. Eso sería pan comido, porque todo lo que tendrías hacer es una grabación y repetirla una y otra vez.
DL: ¿Cómo describiría su propio enfoque?
TH: Todo depende de el individuo, y para mi, la mecánica es solo una parte de esto. Como dijo Ted Williams, se trata de conseguir un buen pitcheo para batear, de reconocer un buen pitcheo para batear y dejar pasar el mal pitcheo. Para mi, batear no es una ciencia. Como dije, es un arte, si fuera una ciencia, todo el que tuviera una maestría, y fuera muy inteligente, estuviera viviendo del beisbol. Piensa en esto: Si lees un libro de medicina, ¿Te convierte eso en doctor? No, significa que leiste un libro.
DL: Un número creciente de ejecutivos de oficinas principales son graduados de prestigiosas universidades y poseen fuertes destrezas analíticas. ¿Hay algo que aprender de ellos?
TH: Si. Hay algo que aprender. Es una pieza del rompecabezas. Es como un video, en lo que se refiere a batear. El video es bueno, pero es solo una pequeña parte del rompecabezas. Solo una pequeña parte. Los ejercicios son buenos, el trabajo de equipo es bueno, pero esas son solo pequeñas piezas del rompecabezas. Los lanzamientos suaves son buenos, la práctica de bateo es buena, pero esas son solo pequeñas piezas del rompecabezas. El hecho es que para la mayoría de los tipos que pueden batear, eso es como un sexto sentido. Tienen la habilidad de reconocer y ver bien la pelota y reaccionar. No puedo tomar a un tipo que no puede batear y hacerlo un buen bateador. Lo que puedo hacer es tomar a un tipo que puede batear y mejorarlo un poco. Lo puedo hacer un poco más consistente, lo cual para mi es mejorar. Si puedo tomar a un tipo que no puede batear, y enseñarle como batear, yo estaría haciendo mucho dinero.
DL: ¿Qué hacen igual los buenos bateadores?
TH: Esa es una pregunta difícil. Pienso que es reconocer un buen pitcheo para batear y batearlo, y reconocer un mal pitcheo para batear y dejarlo pasar. Los buenos bateadores conocen la zona de strike. No tienen miedo. Básicamente, no tienen miedo de hacer swing y fallar, no tienen miedo de ser out. Observas a los tipos tomar práctica de bateo y algunos lucen muy bien en la práctica de bateo, pero cuando el juego empieza y la pelota es un poco más rápida, ahí es cuando comienzas a separar a los tipos que tienen esa habilidad de sexto sentido para ver la pelota salir de la mano del pitcher y quedarse ahí sin pánico o sin petrificarse. Ellos disfrutan eso. Buscan esa confrontación con el pitcher. Es casi una batalla. Eso es muy metódico. Si los hacen out eso no los molesta. Observa a Manny Ramírez. Para mi, Manny Ramírez es probablemente el mejor bateador del beisbol, y probablemente no podría decirte quien es el pitcher que está en el montículo. Es casi un juego entre él y la pelota. Ver la pelota, batearla. Esa es una muy buena manera de ser consistente.
DL: ¿Es la simplicidad una clave para batear?
TH: Ponlo de esta manera, es mucho más fácil tener un enfoque simple donde puedes ser más consistente, antes que tratar de confundirte. Pensar parece entorpecer todo el proceso. Piensas en la práctica mientras trabajas en cosas pero una vez que entras en esa caja de bateo, tienes que competir. Tienen que mantenerte compitiendo, porque muchas veces, esa cuarta vez al bate puede ganar el juego para ti. Esa cuarta vez al bate, muchas veces enfrentas a un tipo que viene del bullpen, quien está fresco, y él está compitiendo, te lo aseguro. Asi que tienes que mantenerte compitiendo también, y eso es lo que hacen los buenos bateadores. Nunca oyes a los buenos bateadores regresar a la banca y decir, ‘Caramba, ¿’Por donde agarré el bate’ o Fue muy largo mi swing? Los buenos bateadores no piensan en esas cosas. Están más enfocados en lo que harán en su próximo turno al bate y lo que harán para conseguir un imparable. Los malos bateadores piensan en casi todo menos en ver la pelota y batearla.
DL: Como jugador, usted obtuvo más boletos que lo que se ponchó. ¿Qué tan importante fue eso para usted a través de su carrera?
TH: Bien, eso es importante para mi ahora. Los boletos son importantes en el beisbol ahora. Antes nadie hablaba de eso. Yo conseguía muchos boletos porque era un muy buen bateador de rectas, podía ver la pelota muy bien y si era un pitcheo que no me gustaba, no le hacía swing. Me sentía en cuenta de dos strikes. Les digo a muchos de los bateadores con los que trabajo que probablemente en más de un tercio de sus veces al bate van a tener dos strikes en la cuenta. Así que si ellos van a ser buenos bateadores, van a tener que ser buenos bateadores con dos strikes, justo como batean en cualquier otra cuenta. Tienes que sentirte confiado en que puedes chocar la pelota.
Hay algo en batear, y los tipos que batean bien en la práctica de bateo, pero luego en el juego no son el mismo bateador. Hay un poco de miedo para batear. Estás en esa caja de bateo y la bola viene a más de 90 millas por hora. O el tipo lanza una curva que empieza en tu cabeza y termina sobre el plato. Te digo, que todos lo tienen y si dicen que no, están mintiendo. Pero aprendes a manejarlo. De eso trata el beisbol… es el proceso completo del beisbol lo que lo hace tan divertido. No es solo batear; no es solo defender. Es correr las bases, lanzarse de cabeza y atrapar pelotas. Es romper dobles matanzas. Es un doble entre dos con corredor en primera y juegas en el medio del infield, y corres muy rápido al saber que va a haber jugada en el plato y esperas lograr un buen tiro de relevo de manera que puedas poner la pelota de un rebote sobre el plato y poner out al tipo al deslizarse. Ese es el proceso del juego. Por eso fue que empezaste a jugar cuando eras pequeño. No fue por las estadísticas. Si juegas el juego, necesitas algo por donde agarrarlo, y para muchas personas, especialmente en la actualidad, eso parece ser las estadísticas. Pero para de verdad disfrutar y amar el juego tienes que salir allá afuera y jugarlo, y entonces entenderás lo que hace al beisbol el juego que es. Como niño, nunca piensas en estadísticas. Yo nunca lo hice. Siempre pensé en jugar y en el proceso. La batalla entre el pitcher y el bateador, perseguir la pelota…todo eso. El amor por el juego, y la pasión por jugar el juego, es competir y salir allá afuera para vencer a los tipos del otro equipo de manera que puedas sacar el pecho un poco y sentirte bien con eso. Juegas no solo para tener el respeto de tus compañeros de equipo, sino de tus pares, los tipos del otro dugout. También quieres lucir bien frente a todas las personas quienes pagaron para verte jugar. Eso forma parte de esto. ¿Entiendes lo que digo?
DL: Eso a lo que suena es a que usted de verdad ama al juego.
TH: Bien, si. Piensa en esto. Salí de la escuela secundaria a los 17 años y jugué un par de temporadas en las ligas menores, entonces jugué mi primer juego de Grandes Ligas cuando tenía 19 o 20. He estado en eso desde entonces, y aun es el juego más grande del mundo.
DL: ¿Tiene algún pensamiento final?
TH: Ya sabes, sigues hablando de beisbol…el beisbol es un gran juego, hombre. Me refiero a que todos tenemos ese niño pequeño en nosotros y nunca se va. Tengo 60 años de edad y ese niño pequeño todavía está ahí. Si pudiera empezar todo de nuevo lo haría otra vez. Sería divertido hacer todo otra vez. Pienso que no cambiaría mucho de cualquier cosa. Solo lo apreciaría más, porque piensas que vas a jugar por siempre, pero no es así. Antes que te des cuenta, estás listo.
DL: Eso suela como si se va a quedar en el juego por tanto tiempo como pueda.
TH: No sé acerca de eso, pero de seguro es divertido. Honestamente siento que los peloteros jóvenes a los que estoy cerca hoy…no son diferentes de los peloteros jóvenes de los de cuando yo estaba creciendo. Tienen los mismos sueños y ambiciones. Quieren mejorar, practican duro, tienen buenos hábitos. Son hombres jóvenes sobresalientes. Si quieres estar alrededor de buenas personas, ven a las ligas menores. Ven a los estadios y observa a estos hombres jóvenes trabajar duro y perseguir sus sueños de convertirse en peloteros de Grandes Ligas. No son diferentes de cuando yo crecí. Te dan energía; cargan tu batería. Tienen los mismos sueños que yo tuve.
Sabes, siento que fui afortunado. Tuve buenos coaches, desde Nellie Fox hasta Wayne Terwilliger, y de estar alrededor de buenas personas de beisbol… y deseo que yo pudiera haber jugado en el pasado. Siempre me gustaron los estadios viejos y escuchar sus historias. Y la camaradería…de verdad extrañas a tus viejos compañeros de equipo. Podías hacer una atrapada de cabeza para salvar el juego, o batear un jonrón para ganar el juego, pero lo que más disfrutabas era estar alrededor de los peloteros cada día. Mi primer entrenamiento primaveral, viajé en tren, y nunca lo olvidaré… en ese tren estaba un pitcher llamado John Boozer. Él había estado en los Grandes Ligas con los Filis, pero estaba de vuelta en el campamento de las ligas menores como yo, y jugadores como ese, los de los viejos tiempos, era maravilloso estar alrededor de ellos. Sabes, el windup loco que tenía Luis Tiant. Tenías que haberlo visto. No hay nada como eso en el beisbol de hoy. Pero tienes a Paul Byrd…¿Lo has visto lanzar alguna vez?Él tiene el tipo de windup de los días de antaño, la manera como el bombea dos veces. Él me recuerda los días de antaño, y ese es el punto. Preguntaste sobre enseñar a todos a batear de la misma manera. Como aficionado, ¿te gustaría ver a cada bateador mostrar ahí el mismo swing y el mismo enfoque? Te gusta ver a todos ser un poco diferente. Eso es lo que hace al juego. Esa es la belleza del juego de beisbol. Windups diferentes, lanzadores del lado del brazo, tipos que lanzan por encima del brazo, bateadores con estilos diferentes…todas esas cosas. Batear todavía consiste en lo que decía Ted Williams: Busca un buen pitcheo para batear. Pero y ¿los windups diferentes y los estilos de bateo diferentes?. Ellos son divertidos. Ellos dicen “Play Ball”. No dicen “Work Ball”. El beisbol no es un trabajo. Es un juego.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Toby Harrah, Parte Uno.
David Laurila. Prospect Q&A. 19-05-2009.
Toby Harrah ha estado en el juego de beisbol por más de 40 años, y el infielder de mucho tiempo con los Rangers e Indios ha amado cada minuto de ese tiempo. Actualmente el coordinador de bateo de ligas menores de los Tigres, Harrah debutó con los Senadores de Washington en 1969 antes de ganar cuatro honores del todos estrellas y pasar todas menos una de sus 17 temporadas con los Senadores/Rangers y los Indios de Cleveland. Un campocorto y tercera base conocido por su paciencia en el cajón de bateo, Harrah terminó entre los líderes en boletos de la Liga Americana nueve veces, y en porcentaje de embasado seis veces. Un bateador derecho quien llegó alas Grandes Ligas bajo la tutela de Ted Williams, Harrah tuvo cinco temporadas de 20 jonrones o más y 238 bases robadas vitalicias para labrar un porcentaje de embasado de .365. Harrah habló de su amor por el juego, incluyendo que significó jugar para managers como como Williams, Yogi Berra y Billy Martin, y con compañeros como Joe Charboneau, Curt Flood y Denny McLain.
David Laurila: Usted llegó a las Grandes Ligas con los Senadores, pero fue firmado originalmente por los Filis. ¿Cómo terminó en Washington?
Toby Harrah: Yo estaba en la liga de novatos, y fui seleccionado para jugar en AAA. Así es como funcionaba esto en esa época. El año siguiente yo estaba jugando con los Bisons de Buffalo, que era un equipo AAA. La belleza de eso, para mí, es que teníamos a Gene Freese jugando tercera base, Héctor López estaba en el jardín izquierdo, y John Orsino era el catcher. Todos estos tres tipos habían jugado en las Grandes Ligas, y yo tenía 18 años en ese momento. Era como volar. Estoy viendo a estos tipos jugar, sabiendo que ellos habían estado en las mayores, y pienso, ‘Sabes, puedo jugar beisbol con estos tipos’. Eso es todo lo que sabía. Ahí fue que me di cuenta, ‘Hey, ¿sabes qué? Ellos no son mucho mejores que yo, y si me mantengo practicando duro y enfocado, tal vez uno de estos días pueda jugar en las Grandes Ligas’.
DL: Su primer manager en Grandes Ligas fue Ted Williams, pero antes de llegar a él, hablemos acer4ca de los otros tipos para los cuales jugó usted. ¿Cómo era Yogi Berra?
TH: No estuve mucho tiempo en Nueva York, así que honestamente no puedo decir que pueda darte una gran lectura de Yogi Berra. Solo estuve ahí un año, 1984, t todos deberían jugar para los Yanquis por un año, porque tienen una gran tradición, y la oficina principal de los Yanquis, y George Steinbrenner…hombre, no podrías pedir unas personas mejores. Ellos te tratan como su familia. Pero Yogi era un hombre de pocas palabras cuando yo estuve ahí. ¿Sabes cuantas reuniones tuvo el equipo ese año? Ninguna. Él nunca decía nada. Es probablemente el único manager que no le decía ni cinco palabras a todo el equipo. Pero teníamos un buen equipo y tal vez era por eso. Parece que los peores equipos para los que jugué eran los que tenían más reuniones.
DL: Dada la reputación de Berra de ser uno de los grandes personajes del juego y el número de citas memorables atribuidas a él, ¿le sorprende que él hablara tan poco?
TH: Él probablemente era de esa manera con la prensa; no sé lo que él necesariamente era para los peloteros. Pero ¿como puedes decir algo que no es positivo de un tipo quien tiene todos esos anillos de Serie Mundial y es querido por todos? ¿Quién soy yo para decir algo negativo de Yogi Berra? No quiero ser ese candidato. Yogi Berra fue un gran jugador y un gran manager, y todo eso.
DL: Usted jugó para Billy Martin en Texas. ¿Cómo era jugar para Billy?
TH: Yo quería mucho a Billy Martin. Él fue el mejor manager para el que jugué, porque hacía divertido el beisbol. Es el único manager para el que jugué que después del juego iba y se tomaba una cerveza contigo y hablaba de beisbol. . En el terreno, yo estaba emocionado, porque sabía que él me iba a convertir en un mejor pelotero, Recuerdo una vez que Jim Spencer bateó un jonrón y yo era el siguiente bateador. Stan Bahnsen estaba en el montíulo, y lanzó una curva afuera, strike uno. Luego una curva afuera, strike dos. Pensé, “Bueno, él no me va a golpear”. ¡Equivocado! El próximo envio, él me golpeó con una recta, en 0-2, y pensé que me había roto el codo. Me incliné en una rodilla, porque pensaba que me iba a desmayar. Billy sale y ni siquiera me pregunta como me siento. Él dice, “Cuando llegues a primera base, roba segunda con el primer pitcheo”. Entonces se fue. Pensé que me iba a sacar del juego, pero caramba, no. ¡Quería que yo fuera a primera y me robara segunda!
DL: ¿Robaste con éxito?
TH: No, fui sorprendido. Bahnsen me engañó con su movimiento de balk, la rodilla se movió así y me sorprendió. Así que el codo me estaba matando, había sido sorprendido en primera, y me siento al final de la banca cerca de la fuente de agua, y Billy viene a tomar agua. Entonces se va sin decir nada. Pero jugué 162 juegos para él ese año. El año siguiente me dijo, “Toby, dime si hay un pitcher que te de problemas, y te sentaré contra él, porque sé que te puse a jugar todos los juegos”. Le dije, “Hombre, Luis Tiant. No le puedo batear ni con un remo”. ¡Enfrentamos a Tiant como cinco veces ese año y jugué cada inning de cada juego! Le dije, “Manager, pensé que me iba a descansar”. Él dijo, “Oh, no, no, no. Te necesito ahí afuera por tu guante”. Billy hacía cosas como esa.
También es el único manager para el que jugué que me dijo que fuese al plato y me ponchara a propósito. Jugábamos en Baltimore, y era la apertura del quinto inning. Ganábamos algo así como 6-2 y empezó a llover. Él temía que no se completaran los cinco innings necesarios para tener el juego legal, nunca olvidaré eso. Me dijo, “Toby, ven acá”. Lo hice, y él dijo, “Sal ahí y pónchate”. Así que fui y me ponché con tres lanzamientos. Nadie supo eso. Despues del juego, él dijo, “Seguimos en camino”, porque suspendieron el juego despues de cinco innings y ganamos. Él simplemente quería ganar de cualquier manera. Empujé algo así como ocho carreras en jugadas de squeeze play; tuve como ocho carreras empujadas de esa manera. A él le gustaba practicar el squeeze conmigo.
DL: ¿Que tan bien se llevaban tus compañeros de equipo con Martin?
TH: Todo dependía de si jugabas duro. Si jugabas duro para Billy, el era grandioso. Pero si salías allá afuera y no dabas un esfuerzo máximo, o si no eras un buen jugador de equipo, él te lo hacía saber. No tenía miedo de avergonzarte delante de quien fuera.. La belleza de Billy era que no le temías al rival. Le temías más a Billy que al rival., así que salías y entregabas el alma, o él te estaría esperando en el dugout. Tenías que haber jugado para él para entender esto, y eso era especialmente verdad en Texas donde eramos un equipo joven, pero Billy se llevaba la atención de nosotros. Los periodistas siempre estaban pendientes de Billy, así que nos dejaban en paz. Todo lo que teníamos que hacer era salir a jugar beisbol. La mayoría de los managers se quedan un poco a un costado y la prensa siempre esta interactuando con los peloteros; ellos se enfocan en un pelotero u otro. Pero con Billy Martin, caramba, cada vez ibas al estadio y solo jugabas, porque la prensa se concentraba en Billy. Y a él le gustaba eso. Por eso usaba el número uno, él era el hombre. Bueno o malo, él buscaba esa atención. Le gustaba la dificultad, disfrutaba el caos. Así eran las cosas con Billy. Mantenía las cosas agitadas todo el tiempo, lo cual mantenía la atención alejada de nosotros. Eso hacía mucho más fácil jugar, porque ya había suficiente presión sobre nosotros como peloteros jóvenes. Él facilitaba que jugáramos beisbol.
DL: Los managers como Martin y Dick Williams tienden a desgastar su receptividad luego de un par de temporadas debido a sus personalidades. ¿Cierto?
TH: Bien, si puedes tener un buen año y ganar un banderín, eso es mejor que tener 10 años de mediocridad. ¿Entiendes mi razonamiento? Piensa en eso. Prefiero ser un jugador para…¿cuantos tipos nunca jugaron con un equipo de Serie Mundial pero fueron grandes jugadores? Ted Williams es un gran ejemplo de eso. Dame a Billy Martin por dos años, y después sacarlo, antes que 15 años con alguien mediocre con quien nunca llegas a nada.
DL: Usted nunca tuvo oportunidad de jugaren la postemporada durante sus 17 temporadas de Grandes Ligas. Cuando revisa su carrera, ¿es ese su lamento más grande?
TH: No realmente, porque no tengo lamentos. Eso es lo hermoso de todo eso. No hay lamentos para nada, hombre. Solo con haberme puesto ese uniforme de Grandes Ligas y salir a jugar a jugar en las Grandes Ligas, por solo un día…¿Cómo puedes tener lamentos? No tengo ninguno. Eso es la guinda de la torta. Probar la torta. Estuve muy feliz de hacer eso.
DL: ¿Como fue jugar para Dave García en Cleveland?
TH: El buen viejo Dave García. Un super, super individuo. Era un hombre maravilloso, un gran hombre de beisbol quien amaba el juego, y quería que tu papá fuera como él. Él y Billy Martin fueron de lejos mis managers favoritos.
DL: Usted llegó a Cleveland en un cambio por Buddy Bell. ¿Cuál fue su reacción cuando supo del cambio?
TH: Oh, estaba feliz, porque había jugado en Texas por algun tiempo, y tuve la oportunidad de ir a jugar para los Indios de Cleveland, quienes tenían una gran historia en el beisbol, más de 100 años, mientras Texas tenía una historia de alrededor de 10 años, lo cual es una gran diferencia. Y Buddy Bell era un jugador muy bueno, así que no debo haber sido tan malo para ser cambiado por Buddy Bell.
DL: ¿Cómo fue su experiencia en Cleveland, en general?
TH: Bien, me gusto porque crecí en Marion, Ohio, alrededor de 100 millas al sur de Cleveland. Solía escuchar los juegos de los Indios de Cleveland por radio. Ellos tenían a Dick Donovan y Leon Wagner, y ese grupo de peloteros. Yo solía escuchar los juegos por radio, y ya sabes como son los niños pequeños cuando estás escuchando juegos de MLB. Es algo con lo que sueñas, convertirte en pelotero de Grandes Ligas. DE verdad fue un sueño hecho realidad. Mi familia tuvo la oportunidad de ir al estadiko y verme jugar y siempre te gusta jugar en presencia de tu familia y amigos. Y, por supuesto, siempre sentí que durante mi estadía en Cleveland, fui un pelotero mucho más completo que en Texas.
DL: ¿Quién entre sus compañeros de equipo en Cleveland sobresale más?
TH: Tengo que decir Joe Charboneau. Cleveland era un poco como Texas en el sentido de que no había una gran nómina de pago; pienso que ellos solo trataban de pagar sus cuentas y llevar a algunos aficionados a ese estadio gigantesco. No tenían dinero, pero Joe Charboneau, aparece, y no sé donde jugó pelota AA, pero va al entrenamiento primaveral y nadie había oído de él, y el batea como siete jonrones. Lo próximo que sabes es que es tityular del jardín izquierdo y termina siendo Novato del Año. Entonces, el año siguiente, está fuera del beisbol. Ese fue Joe Charboneau…y Joe Charboneau era un gran tipo. Solo tenía algunos problemas de lesiones y por alguna razón nunca regresó a Grandes Ligas. Tenía un gran swing, buen poder, es una historia sorprendente. Salió de la nada para convertirse en novato del año. Él compartió el jardín izquierdo con Miguel Diloné, quien tuvo un buen año. Pienso que Miguel Diloné bateó .330 o .340.
DL: A diferencia de Charboneau, Diloné no podía beber cerveza por la nariz.
TH: No. Charboneau era sorprendente. Ese muchacho podia agarrar una manzana y partirla por la mitad. También podía tomar una botella de cerveza, y abrirla con la órbita de alguno de sus ojos. Esas eran algunas de las cosas locas que Joe podía hacer. Y pienso que nunca perdió una competencia de pulseadas. Él hacia del beisbol una diversión. Llevó interés a Cleveland como David Clyde lo hizo en Texas, o como Mark Fidrych hizo en Detroit. Él llevó algún interés hacia los Indios de Cleveland, lo cual ellos no tenían en aquel momento. Había muchos peloteros buenos, pero nadie tenía esa personalidad, alquien quien fuese diferente, y fuese bueno, como Joe Charboneau. Pero había habido algunos buenos peloteros allí, no me malinterpretes. Len Barker… Yo estuve detrás de él cuando lanzó el juego perfecto. Él tenía un brazo muy bueno. Bert Blyleven, siendo el pitcher que fue. Rick Manning fue un jardinero central muy bueno. Mike Hargrove era un primera base sólido. Hubo algunos buenos peloteros en mis cinco años allí, pero no eran del tipo de talento que subía a través del sistema de ligas menores y hacía impacto. Von Hayes estuvo allí por un pequeño momento y Pat Tabler llegó y era un buen pelotero joven, pero no hubo jugadores de impacto entonces.
DL: Uno de sus compañeros de equipo, cuando usted llegó a las Grandes Ligas con los Senadores, era Frank Howard. ¿Qué tipo de bateador era Hondo?
TH: Frank Howard bateaba la pelota lejos, muy lejos…él podía sacar la pelota en cualquier lugar. Y Frank Howard es uno de los hombres más buenos que haya estado asociado al beisbol. Fue mi primer compañero de cuarto, y que ejemplo de clase. Fui afortunado de compartir con él la primera vez que fui llamado a las Grandes Ligas…Fui afortunado de estar alrededor de él un poco. Que caballero; que profesional era ese hombre. Era un hombre maravilloso, y podía batear la pelota tan lejos como cualquiera. Pienso que no había un pelotero quien pudiese batear la pelota más lejos que Frank Howard. Fue un honor tenerlo como compañero.
DL: Denny McLain también estaba en ese equipo de los Senadores. ¿Cómo era él?
TH: Denny McLain…cuando fui compañero suyo, su brazo estaba muy desgastado, pero aún competía. Este tipo era un competidor. Sabes, era el último ganador de 30 juegos, y tienes que quitarte el sombrero ante él. Hacer eso fue un hecho sorprendente. Ser compañero suyo…sabes, estar alrededor de Frank Howard, quien podía batear la pelota más lejos que cualquiera en el beisbol, y Ted Williams, el bateador más grande que existió, y Denny McLain, el último ganador de 30 juegos…esa fue una compañía muy especial.
DL: Otro notable compañero de usted, aunque brevemente, fue Curt Flood.
TH: Ah, Curt Flood. Si. Cuando hice el equipo, con los Senadores de Washington, él era el abridor del orden al bate y yo era el segundo bateador. Eso fue como si un día él estaba ahí, y el siguiente se había ido. Pero por el corto tiempo que estuve con él en el entrenamiento primaveral, encontré otro individuo sobresaliente. Él tenía mucha clase y sabía como comportarse como grande liga. Querías ser como él, de la manera como se manejaba en su negocio. Él era un profesional, en toda la extensión de la palabra.
DL: Flood es indiscutiblemente uno de los peloteros más subestimados de la historia del beisbol debido a lo que hizo por el juego. ¿Está usted de acuerdo con eso?
TH: Si, en ese respecto porque pienso que muchos peloteros de la actualidad, si le preguntas por Curt Flod, ellos no podrían decirte lo que hizo en cuanto a la agencia libre y ese tipo de cosas donde el puso a rodar la pelota para todos. Y él fue un superpelotero, sobresaliente.
DL: Poco despues que la franquicia se mudó a Texas, David Clyde debutó en Grandes Ligas con 18 años de edad. ¿Cuáles son sus memorias de Clyde?
TH: Lo que permanece en mi mente acerca de David Clyde es que él realmente llamó la atención hacia el beisbol en el area de Dallas/Fort Worth. Al llegar como un pitcher de escuela secundaria desde Houston…era sorprendente lo duro que lanzaba la pelota y como se manejaba. Todos sabían que probablemente era prematuro para él hacerlo jugar en Grandes Ligas tan rápido como eso, pero eso de seguro llevó mucha atención por el beisbol en Dallas/Fort Worth. Si recuerdo bien, las bases estaban llenas y él terminó ponchando tres bateadores en fila, y para hacer eso contra los Mellizos de Minnesota, quienes tenían varios bateadores sobresalientes en esa época…fue un hecho sorprendente.
DL: Pete Broberg es otro pitcher que usted vio llegar a una joven edad.
TH: Lo que recuerdo de Pete Broberg es que estábamos jugando en Comiskey Park, y Richie Allen bateaba, Broberg era muy descontrolado, y lanzó una pelota que parecía iba a golpear a Richie Allen en la cabeza. Para ese momento, pienso que a él le gustaba que lo llamaran Dick. “No me llamen Richie, llámenme Dick”, De cualquier manera, parecía que la pelota iba a golpearlo justo en la cabeza, pero de alguna manera Dick Allen eludió la pelota. Su casco salió hacia arriba y su cabeza se inclinó hacia abajo, y la pelota pasó entre su casco y su cabeza. Dick se levantó, se puso los anteojos, y no hizo nada. Actuó como si no hubiese ocurrido nada. El próximo pitcheo de Broberg hizo, Allen bateó la pelota hacia las gradas del jardín central como si nada. Recorrió las bases y volvió al dugout, y me dije, “Ahí va un hombre”. Era sorprendente.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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