lunes, 15 de febrero de 2016

Carson Smith podría ser el arma secreta del bullpen de los Medias Rojas.

Jueves, 11-02-2016. John Tomase. Weei.com. Carson Smith viene del mismo pueblo de Texas que el antíguo relevista de los Medias Rojas, Mike Timlin. Ambos derechos espigados crecieron en Midland, pero Smith es un poco dócil para admitir que no sabe mucho de su predecesor. “¿Mike Timlin?” preguntó él en una entrevista telefónica reciente. “Nunca lo conocí, de seguro. No podría decir que lo conozco. El nombre suena familiar pero no podría decirle mucho acerca de él”. Es muestra cuan rápidamente puede pasar una generación en el beisbol que Smith solo recuerda de manera nublada a su coterráneo tejano, y tiene sentido. Cuando Timlin ganó la Srie Mundial con los Medias Rojas en 2004, Smith apenas había cumplido 15 años hacía una semana. Ahora de 26, él tiene mucho tiempo para aprender la historia de los Medias Rojas. De lo que realmente está interesado, y la razón por la cual lo adquirieron los Medias Rojas, es de lo que él puede significar para el presente y futuro de la franquicia. De todos los movimientos que los Medias Rojas hicieron este invierno, adquirir a Smith para fortalecer su bullpen probablemente califica como el de más por debajo del radar. En su primera temporada completa, Smith emergió como uno de los mejores setup del juego, manejando una slider viciosa hacia una efectividad de 2.31 en 70 apariciones. Cuando Fernando Rodney tuvo dificultades, Smith hasta tuvo un período como cerrador, logró 13 salvados. Al promediar más de 11 ponches por cada nueve innings, se convirtió en un objetivo del gerente general Dave Dombrowski, quien tomó el poco ortodoxo paso de ofrecer a un abridor de 200 innings (Wade Miley) para adquirir al setup. Resultó ser el tiempo perfecto para los Medias Rojas, quienes adquirieron a Smith en las reuniones invernales de Nashville un día después que los Dodgers alcanzaran un acuerdo de tres años con el derecho de los Marineros, Hisashi Iwakuma. Esa negociación se caería un par de semanas después debido al examen físico de Iwakuma, antes que él firmara un contrato de un año para regresar a Seattle, pero entretanto, los Marineros se encontraron en necesidad de apoyo para la rotación. “Me parece que Seattle estaba buscando un abridor”, dijo Smith. “Después de la firma de Iwakuma, me dijeron que necesitaban otro abridor confiable, y eso fue lo qu buscaron. Boston necesitaba mejorar su relevo, esa es la forma como ocurrió todo y estoy emocionado de estar en Boston”. Smith le da un nuevo semblante al bullpen de Boston. Debido a su alto número de ponches, 92 en 70 innings el año pasado, es natural asumir que es un lanzallamas. En realidad, sin embargo, el poncha a los bateadores con un envío de tres cuartos de brazo y una slider brutal. Su recta promedió las 93 mph el año pasado de acuerdo a Brooks Baseball. Eso ciertamente es respetable, pero no superpoderoso. “Siempre he valorado la ubicación sobre la velocidad”, dijo Smith. “Y muchas veces, valoro el movimiento sobre ambas. Dependo especialmente del movimiento, y después de la ubicación. La velocidad, es lo que es. Algunos días la tienes, algunos días no. “Es duro salir allí afuera a lanzar cada cuatro de cinco días. Por eso es que tu velocidad siempre puede variar, pero mientras mantengo mi precisión y movimiento consistentes, soy muy positivo acerca de mis oportunidades. Si estoy apenas por encima de las 90, soy muy feliz. Si estoy por debajo de 90, podría estar pasando algo”. Parecía como si podría estar pasando algo en agosto, cuando la recta de Smith cayó desde un tope de 97 en mayo a un promedio de 92. Sus resultados desmejoraron un poco, también, y Tom Wilhelmsen lo reemplazó como cerrador. Pero Smith recuperó su forma en septiembre, al lanzar 12.2 innings en blanco con 20 ponches, conociendo algo acerca de él durante el proceso. “Yo estaba siendo usado muy a menudo en julio y agosto, y pienso que mi brazo se resintió por un momento”, dijo él. “Pero regresé al camino exitoso, aunque mi velocidad nunca volvió. No me preocupé mucho por eso, y mis números siguieron mejorando después de agosto”. “Por eso es que no le doy mucha importancia a la pistola de radar. Si sales allá afuera confiando en ti y tu habilidad, sabiendo que puedes hacer los outs y aprendes de tus experiencias y errores, y tratas de convertirlos en éxitos después, eso es lo que hice. Soy joven en este juego y aprendo todos los días. Hacia el final del año pasado, empecé a imaginar como usar mis pitcheos cuando no tengan la mejor fuerza”. El mejor pitcheo de Smith es una slider eléctrica que domina a los derechos, quienes solo batearon .189 contra él la temporada pasada (los zurdos le conectaron para .227). Él la suelta desde un ángulo que podría ser único de él, porque le cuesta nombrar otro pitcher en el cual se haya inspirado. “Nunca nadie ha dicho que yo lanzo como alguien más, no he tenido un ídolo o una imagen que replicar”, admitió él. Su slider ha tenido tremendos resultados contra algunos de los mejores bateadores del juego. Mike Trout y Albert Pujols de Anaheim, solo le baten de 15-1 combinados con siete ponches y cero carreras empujadas. El campeón de bateo de los Astros, José Altuve le batea de 7-0 con cuatro ponches. Adrián Beltré, Josh Donaldson y Prince fielder también permaneces sin imparables ante él. “Todos ellos forjaron sus reputaciones para ser algunos de los mejores bateadores del juego”, dijo Smith. “Siempre es divertido saber que puedes competir con esos tipos y hacerlos out. Tal vez me motivo más ante los grandes bateadores de la alineación, no sé. Muchos de esos tipos, como dijiste, son derechos, y definitivamente confío en esas sliders en los momentos grandes”. Él tendrá su oportunidad de brillar en muchos momentos grandes en Boston, donde se proyecta que él comparta el séptimo inning con Junichi Tazawa, frente al antíguo cerrador Koji Uehara en el octavo y el dominante Craig Kimbrel en el noveno. “Es raro que un equipo tenga dos cerradores establecidos, uno sin discusión el mejor del juego”, dijo Smith. “Va a ser divertido seguirles el paso y aprender lo más que pueda”. Smith pasó el invierno ejercitándose en Houston con, entre otros, el antiguo relevista de los Medias Rojas, Mark Melancon, cuyo período difícil en Boston precedió su aparición como cerrador estrella en Pittsburgh. Melancon le dio algunos consejos para manejar la transición desde un mercado pequeño hasta Fenway. “Él mencionó que los aficionados están metidos en el juego”, dijo Smith. “A diferencia de la mayoría de los aficionados del beisbol, ellos están ahí para ver el juego y lo hacen pitcheo a pitcheo. Él dijo que estuviera pendiente de eso. Disfrútalo, pero tenlo presente. Ellos están ahí para apoyarte. Si tienes un mal momento, no puedes decepcionarte de ti por eso. Voy a dar lo mejor que pueda por no dejar que eso ocurra”. Él podría querer considerar hacerle una llamada a Timlin, quien disfrutó seis temporadas llenas de presión en Boston y ganó dos Series Mundiales antes de retirarse en 2008. Después de todo, si el muchacho nuevo de Midland puede pitchear como lo hizo el viejo, los Medias Rojas no tendrán lamentos. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

Ellos estuvieron ahí: Lefty O’Doul.

“Sé que Lefty estaría tan orgulloso y feliz de ver a todos los grandes peloteros japoneses en las mayores ahora…Espero que las personas recuerden lo que Lefty hizo por ese país y su beisbol. Creo que ese es su legado”. Francis Joseph “Lefty” O’Doul (Marzo 4, 1897 – Deciembre 7, 1969) fue un beisbolista de Grandes Ligas quien se convirtió en un manager excepcionalmente exitoso en las ligas menores, y también fue una figura importante en el nacimiento del beisbol profesional en Japón. Nativo de San Francisco, O’Doul comenzó su carrera profesional como pitcher zurdo con el equipo de ligas menores Seals de San Francisco de la Pacific Coast League. Luego de algún éxito en las ligas mayores con los Yanquis de Nueva York y los Mdias Rojas de Boston desde 1919 hasta 1923, él emepzó a tener dolores en el brazo lo cual lo relegó a trabajos de relevo. De regreso a la PCL, se convirtió en un jardinero de poder al bate. Los Gigantes de Nueva York lo llevaron de vuelta a las mayores en 1928, donde bateó para .319 como jugador de medio tiempo. O’Doul fue cambiado a los Filis de Filadelfia en 1929 y, haciendo yunta con Chuck Klein, tuvo uno de los mejores años ofensivos en la historia del beisbol, lideró la Liga Nacional en bateo con .398 y 254 imparables, 32 jonrones, 122 carreras impulsadas y 152 anotadas. Siguió jugando bien para Filadelfia pero fue cambiado a los Dodgers de Brooklyn en 1932, donde bateó .368 para ganar otro título de bateo de la Liga Nacional antes de terminar su carrera de vuelta en Nueva York en 1934. Al regresar a la PCL, O’Doul se convirtió en manager de los Seals desde 1937 hasta 1951 y luego dirigió a otros equipos en el circuito para convertirse en el manager más exitoso de la historia de PCL. Uno de sus logros resaltantes mientras dirigía a los Seals fue desarrollar al joven Joe DioMaggio, quien tuvo una carrera de Salón de la Fama con los yanquis de Nueva York. O’Doul rechazaba reclamar crédito por el éxito de DiMaggio, decía “Fui lo suficientemente inteligente para dejarlo por su cuenta”. O’Doul fue clave en difundir la popularidad del beisbol en Japón, al servir como embajador deportivo de buena voluntad antes y después de la segunda guerra mundial. Los Giants de Tokyo, varias veces considerado “El equipo de beisbol de Japón”, fueron nombrados por él en 1935 en honor a su relación de mucho tiempo con los Giants de Nueva York. O’Doul fue inducido al San Francisco Bay Area Sports Hall of Fame en 1981 y al Salón de la Fama del beisbol japonés en 2002. La fama y popularidad de O’Doul vive en su ciudad natal de San Francisco. El popular bar-restaurant que él fundó todavía funciona como Lefty O’Doul’s Restaurant and Cocktail Lounge on Geary Boulevard, y aún sirve su receta original de Bloody Mary (aunque modificada en secreto en los años ’60 por el barman de O’Doul’s, Chuck Davis, quien permanece en el bar desde 2009). Un puente sobre McCovey Cove, cerca del estadio de los Gigantes AT&T Park, lleva el nombre Lefty O’Doul Bridge en su honor. En marzo de 2010 se cumplieron 113 años del nacimiento de O’Doul, era el momento de hacer un brindis en nombre de Lefty, porque en algún lugar del cielo el está bateando bien por encima de .300 y tiene un gran momento. Me senté en el restaurante O’Doul’s, ordené un O’Doul’s y me dipuse a entrevistar a Tom O’Doul, el primo de Lefty. ¿Es eso un triple dejà vu o qué? Como le fue contado a Ed Atanasio, This Great Game. Sobre los beneficios de ser un primo famoso: “No sabía quien era Lefty O’Doul hasta que empecé a jugar en las pequeñas ligas. Hasta entonces, él era solo mi primo. Cuando empecé a jugar pelota, él empezó a acercarse más. Una historia que me gusta contar es que Lefty siempre venía a los días inaugurales cuando yo jugaba en las pequeñas ligas. En 1954, cuando se acercaba el día inaugural mi papá me dijo, “El primo Frank viene para tu juego inaugural”. Pensé, eso está bien. Era una oportunidad para caminar con él y estar orgulloso de mi primo, un antiguo grandeliga. Así que él vino en un Cadillac con Joe Dimaggio. Nunca olvidaré el momento, porque todos se quedaron con la boca abierta. Había un zumbido en el aire. Pero cinco minutos después ya se habían ido. Seguí viviendo ese momento por los próximos cinco años, por lo menos”. Sobre por qué Lefty quería tanto el beisbol japonés: “Probablemente debido a la forma como ellos jugaban el juego. Pienso que a él le gustaba la pureza de eso. Él apreciaba su dedicación al juego. Ellos son personas muy humildes; son muy amables y creo que él respetaba eso. Él fue maestro y un gran entrenador por encima de todo, y los japoneses necesitaban entrenamiento y conocimiento acerca de cómo jugar el juego. Él trajo entrenadores japoneses aquí a los Estados Unidos para enseñarles. Y ellos estuvieron extremadamente agradecidos por aprender del “Gran Americano”. Lefty fue quien llevó a Babe Ruth a Japón. Ellos se morían por ver a Babe y él se los llevó en 1934. Él hizo tres viajes a Japón en total, en el 31’, ’34 y ’49. Él ha influenciado al beisbol japonés de muchas formas. De hecho, los Giants de Tokyo son llamados Giants debido a su conexión con mi primo, quien por supuesto jugó con los Giants de Nueva York. En 2002, Lefty fu escogido para estar en el Salón de la Fama japonés. Fue elegido por un comité especial. Sé que Lefty estaría muy orgulloso y feliz de ver a todos esos grandes peloteros japoneses en las mayores ahora, como Ichiro y los otros. Lefty visualizaba un juego internacional. Espero que las personas recuerden lo que Lefty hizo por ese país y su beisbol. Creo que ese es su legado”. Sobre los primeros días de Lefty: “Él llegó hasta séptimo grado y siempre me presionaba para que terminara la escuela, el decía. ‘Por lo menos gradúate en la escuela secundaria’. Él tuvo que dejar la escuela para ir a trabajar como carnicero. Su padre, su abuelo y sus tíos, todos fueron carniceros. Si él no hubiese sido beisbolista, habría sido carnicero toda su vida. Las personas podían notar de lejos que Lefty tenía talento para el beisbol. Tenía la coordinación de manos, la gran visión y los instintos que se necesitan para ser un buen jugador. Él podía jugar cualquier posición. En el ’37, fue el jugador más valioso de la Pacific Coast League como pitcher. Dijeron que él se había lastimado el brazo luego de ese año por lanzar muy duro, pero yo creo que él se lesionó por levantar muchas cervezas. No había nada que él no pudiera hacer en el juego. Sobre las relaciones de Lefty con otros grandes peloteros: “O’Doul se llevaba bien con todos, incluyendo a Ty Cobb, quien no era muy fácil, por lo que escuché. Él estimaba mucho a Babe Ruth, pasaban mucho tiempo juntos. Ambos tenían un gran sentido del humor, esa es probablemente la razón de que se llevaran tan bien. Él era uno de esos tipos que no tenía muchos enemigos. No estaba enamorado de la mayoría de los árbitros y no tenía problema en reclamarles si pensaba que se habían equivocado en una sentencia. Fue expulsado de unos cuantos juegos. Pero entonces ellos se enfrentaban más a los árbitros de lo que lo hacen hoy”. Acerca de la mundialmente famosa Bloody Mary de Lefty O’Doul: “Eso viene de una receta original de la familia O’Doul y la han servido desde el primer día. Somos una familia bebedora, siempre hemos sido una sarta de bebedores. La escogencia de los O’Doul como droga fue el alcohol. Lefty bebía Borbón y agua y cerveza. Recuerdo que nos sentábamos en el patio con mi padre y mi tío y él estaba bebiendo cerveza. Pero le gustaba Borbón, recuredo eso. Bebió cerveza Acme en los años ’50. Era una cerveza de San Francisco y le gustaba. A mi tío le gustaba ir a bares y hablar con las personas en los bares, así que abrir su propio bar-restaurant en su ciudad fue una progresión lógica. Traducción: Alfonso L.Tusa C.

Conversación acerca de Tony Conigliaro

Bruce Markusen. The Hard Ball Times. 17-02-2012. Ha habido pocas tragedias como la de Tony Conigliaro. A la edad de 22 años, él ya había bateado 104 jonrones y parecía en camino de convertirse en uno de los grandes toleteros de todos los tiempos. Pero el 18 de agosto de 1967, no pudo eludir una recta alta y adentro de Jack Hamilton. La pelota golpeó a Conigliaro de lleno en la cara, lesionó seriamente su ojo izquierdo y lo forzó a perder la parte final de la temporada de 1967 y la de 1968. Algunos escépticos pensaron que él nunca volvería a jugar, pero él los confundió con temporadas productivas en 1969 y 1970. Entonces los Medias Rojas lo cambiaron a los Angelinos, donde tuvo dificultades, quizás afectado por un equipo lleno de miseria y discordia. Al ser incapaz de ver por su ojo izquierdo, Conigliaro se retiró. Cuatro años después, intentó regresar con los Medias Rojas, pero su cuerpo lo traicionó, una vez más lo forzó a renunciar. En 1980, luego de una entrevista para un trabajo de narrador en TV, Conigliaro sufrió un ataque cardíaco y cayó en coma. Ante la discapacidad de recuperarse y llevar una vida normal, Conigliaro fue puesto al cuidado de su familia. Falleció ocho años después, a la edad de 45. Las angustias y tragedias de Tony Conigliaro son dramática diestramente contadas en el libro nuevo, The Tony Conigliaro Story, escrito por Bruce Fitzpatrick. Guionista y autor, Fitzpatrick traza la vida de Conigliaro con especial énfasis en su niñez y sus dificultades luego del incidente del pelotazo. A principios de esta semana, hablé con Fitzpatrick acerca de Tony C. Markusen: Bruce, he disfrutado leyendo su libro. No está escrito como la mayoría de las historias de beisbol, está presentado más como una novela, con muchos diálogos. Usted incluye largas conversaciones como si hubiese estado ahí escuchándolas. ¿Fue capaz de recrear esas conversaciones mediante entrevistas con la familia, o se tomó algunas libertades e hizo cálculos educados de lo que se dijo? Fitzpatrick: Como lo indican los reconocimientos del libro, realicé largas entrevistas con cada una de las personas nombradas ahí. Todo fue o filmado o grabado en audio. Al hacer eso, obtuve una visión íntima de Tony, su vida personal y familiar, de donde venía, el ambiente donde fue criado, y su vida como beisbolista profesional. No me tomé libertades ni licencia poética. Todo lo que está ahí fue registrado como ocurrió o tan cercano como lo pude conseguir, usando un formato dramático. Markusen: Luego que Conigliaro rompió con su novia Julie, ella empezó a salir con Hawk Harrelson. ¿Hubo tensión entre Tony y Harrelson debido a esto? Fitzpatrick: No hubo tensión directa entre Tony y Hawk porque ellos nunca jugaron en el mismo equipo. A Tony le dolió verlo con Julie, quien creo fue el amor de su vida, y él de ella, y quien también había heredado su trabajo con el equipo. Ni Tony ni Julie se casaron, y como amigo cercano de ella puedo decir que aún ahora ella todavía es la novia de Tony. Visitamos juntos las tumbas de Tony y sus padres. Esa fue una experiencia muy fuerte. Ella todavía tiene mas de 200 cartas que él le escribió, junto como mucha memorabilia personal y profesional de su vida juntos y sus días de beisbolista profesional. Me siento seguro al decir que ellos fueron de verdad compañeros de alma. Markusen: El pelotazo de Jack Hamilton es quizás la primera cosa que viene a la mente cuando se recuerda la historia de Conigliaro. ¿Piensa usted que el resultado pudo ser otro si Conigliaro hubiese usado un casco con orejera? Fitzpatrick: Tony usaba un casco la noche cuando fue golpeado. Pero al mirar la repetición desde una cámara superior ubicada en la cabina de transmisión, esta muestra claramente que el casco de Tony estaba en la zona de strike sobre el plato cuando fue golpeado. Parte del juego de Tony como bateador de poder consistía en invadir el plato y forzar a los lanzadores a pitchearle, o caminarlo. Cualquier otro pelotero con un estilo de bateo normal habría dado uno o dos pasos detrás del plato, y no habría sido golpeado por el mismo pitcheo. Dos semanas antes del incidente, Ted Williams le había advertido acerca de su estilo de bateo, pero Tony escogió mantener su posición normal de bateo. Sin embargo, la adición de una orejera a los cascos de bateo fue un resultado directo de ese pelotazo y de la campaña personal de él para agregar la orejera. Markusen: ¿Por qué piensa usted que el manager de los Medias Rojas, Dick Williams, decidió no visitar a Conigliaro en el hospital después del pelotazo? Fitzpatrick: Eso nunca estuvo claro. Ellos tenían una pequeña hostilidad entre sí, en parte como un conflicto de personalidades, y en parte como resultado de un incidente de pelotazos mutuo durante el año de novato de Tony cuando él y Williams intercambiaron pelotazos. Williams falló; Tony no, y tumbó a Williams. Pienso que un elemento de resentimiento pudo haber existido. Markusen: Dada la seriedad de las lesiones que sufrió Conigliaro debido al pelotazo, ¿Es sorpresivo para usted que él regresara y disfrutara el tipo de temporada que tuvo con los Medias Rojas en 1970? Fitzpatrick: En realidad, él regresó en 1969 y ganó el premio Regreso del Año. Lo que la mayoría de las personas no sabe es que él regresó con visión dispareja. La visión de su ojo lesionado nunca regresó completamente. Él tenía que mirar levemente a la izquierda del pitcher para ver la pelota luego que fuese lanzada. Todo un logro. Markusen: A través de los años, hemos oido mucho acerca de la división que había en el clubhouse de los Medias Rojas, con Tony y su hermano Billy de un lado y carl Yastrzemski y Reggie Smith del otro lado. ¿Qué tan profunda era esa grieta, era irreparable? Fitzpatrick: Hice algo de investigación sobre la muy publicitada fricción entre ellos, y mi conclusión es que eso era más publicidad que realidad. Eso se hizo aparente cuando hice mi entrevista de una hora con Carl Yastrzemski. Él de inmediato reconoció la competitividad de ese equipo, y también reconoció que sin ella, ellos no habrían llegado a la Serie Mundial de 1967 al final del año del Sueño Imposible. Él también declaró enfáticamente que si Tony hubiera sido capaz de jugar en esa Serie Mundial ellos habrían descorchado las botellas de champaña en el clubhouse de los Medias Rojas y no San Luis. Cuando le pregunté que le diría a Tony si él viniera a la habitación por 60 segundos, él hizo una pausa para ganar control sobre sus emociones, y entonces procedió a dar uno de los grandes testimonios que le haya oído a un competidor. Carl es un tipo con clase, y lamenta con sinceridad lo que le ocurrió a Tony. Markusen: En 197, Tony formó parte de una situación de pesadilla con los Angelinos, un equipo que estaba afectado por la situación de Alex Johnson. ¿Cuánto afectó a Conigliaro esa atmósfera envenenada? Fitzpatrick: En realidad, el ambiente del equipo de los Angelinos tuvo poco que ver con la decisión de Tony. Simplemente, él extrañaba jugar frente a los aficionados de su ciudad en Fenway Park. En esencia, eso apagó el fuego. Lo que pocos saben, sin embargo, es que su pasión por el beisbol, y tal vez una reserva acerca de si estaba acabado o no, quedó demostrada cuando Al Ruddy le pidió que audicionara para un papel de una película que ellos tenían en mente para él. Él declinó graciosamente, dijo que su corazón aún estaba en el beisbol. Así que Ruddy se fue y consiguió a otro italiano para el trabajo. ¿De quién hablas? Que tal de Al Pacino para el papel de Michael en El Padrino. Historia real. Por su parte, Tony abrió un club nocturno para seguir una carrera como cantante. Markusen: ¿Por qué piensa usted que Conigliaro trató de regresar con los Medias Rojas en 1975? Fitzpatrick: Como lo declaró, Tony nunca abandonó su noción de volver a jugar. Cuando los Angelinos le dieron su libertad, los Medias Rojas le dieron su oportunidad. Para entonces, la Liga Americana había adoptado la nueva posición de bateador designado. Tony compitió por ella y ganó el puesto. ¿A quién venció por la posición? Alguien que se acababa de unir al equipo, un novato llamado Jim Rice. Markusen: Hubo muchos disgustos y dificultades para Conigliaro. ¿Qué tan grande fue el disgusto para él perderse el banderín de la Liga Americana de 1975 y esa histórica Serie Mundial que vino después? Fitzpatrick: A mediados de la temporada de 1975 el cuerpo de Tony había empezado a tener dificultades con su acostumbrado régimen de entrenamiento. Al sentir que no tenía lo que necesitaba (o quería), dejó el equipo y el beisbol profesional en julio de 1975 ¿Qué pudo haber pasado si hubiera jugado una carrera de 12-14 años? Además de convertirse en miembro del Salón de la Fama, habría sido una amenaza para la marca de jonrones de todos los tiempos. Él alcanzó la marca de los 100 jonrones seis años antes que Babe Ruth, cinco antes que Hank Aaron, y siete antes que Carl Yastrzemski. Lo que la mayoría de las personas no sabe es que él promediaba 25-30 juegos al año en la banca con lesiones debidas a su agresivo estilo de juego en el campo, chocaba contra las cercas mientras perseguía elevados, etc. Markusen: La historia de cómo Conigliaro sufrió un ataque cardíaco mientras iba a una entrevista de trabajo es muy trágica. Si él no hubiese sufrido el ataque cardíaco, si hubiese conseguido el trabajo, ¿Cómo piensa usted que él podía haber ejecutado como narrador en Boston? Fitzpatrick: Pienso que Tony habría hecho un gran trabajo. Además de sus conocimientos como pelotero, él había tenido experiencias de locución en Rhode Island y San Francisco. Añádele a eso la pasión que él tenía por el juego… En cuanto a su ataque cardíaco, en realidad ocurrió después que él había sido escogido para el trabajo por Joe Dimono, gerente general de la estación WSBK, la estación matriz del circuito de transmisiones de los Medias rojas. El ataque cardíaco de Tony ocurrió camino al aeropuerto cuando él se disponía a salir de la ciudad para completar un viaje de negocios, y cerrar sus asuntos en la costa oeste. Markusen: ¿Qué tanto es recordado Conigliaro en Boston en la actualidad? Fitzpatrick: Tony es un ícono en Boston, Nueva Inglaterra y puntos del sur y occidente donde las personas lo conocen. Y de esos hay muchos. A excepción de Babe Ruth, él fue, creo, el pelotero más carismático que se puso el uniforme de los Medias Rojas. Él fue, y aún lo es, un héroe de la ciudad. El querido “Tony C” será recordado y mencionado alrededor de Boston por tanto tiempo como haya beisbol en Boston. Y eso, esperamos, será por un largo, largo tiempo… Published by CreateSpace, The Tony Conigliaro Story can be obtained at http://www.createspace.com/3738481. It is highly recommended, particularly for members of Red Sox Nation. Acerca de Bruce Markusen Bruce Markusen es el gerente de Digital and Outreach Learning at the National Baseball Hall of Fame. Ha escrito siete libros de beisbol, incluyendo biografías de Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Ted Williams, y A Baseball Dynasty: Charlie Finley’s Swingin’ A`s, el cual fue premiado con la Seymour Medal de SABR. Traducción: Alfonso L. Tusa C.