lunes, 15 de febrero de 2016

Conversación acerca de Tony Conigliaro

Bruce Markusen. The Hard Ball Times. 17-02-2012. Ha habido pocas tragedias como la de Tony Conigliaro. A la edad de 22 años, él ya había bateado 104 jonrones y parecía en camino de convertirse en uno de los grandes toleteros de todos los tiempos. Pero el 18 de agosto de 1967, no pudo eludir una recta alta y adentro de Jack Hamilton. La pelota golpeó a Conigliaro de lleno en la cara, lesionó seriamente su ojo izquierdo y lo forzó a perder la parte final de la temporada de 1967 y la de 1968. Algunos escépticos pensaron que él nunca volvería a jugar, pero él los confundió con temporadas productivas en 1969 y 1970. Entonces los Medias Rojas lo cambiaron a los Angelinos, donde tuvo dificultades, quizás afectado por un equipo lleno de miseria y discordia. Al ser incapaz de ver por su ojo izquierdo, Conigliaro se retiró. Cuatro años después, intentó regresar con los Medias Rojas, pero su cuerpo lo traicionó, una vez más lo forzó a renunciar. En 1980, luego de una entrevista para un trabajo de narrador en TV, Conigliaro sufrió un ataque cardíaco y cayó en coma. Ante la discapacidad de recuperarse y llevar una vida normal, Conigliaro fue puesto al cuidado de su familia. Falleció ocho años después, a la edad de 45. Las angustias y tragedias de Tony Conigliaro son dramática diestramente contadas en el libro nuevo, The Tony Conigliaro Story, escrito por Bruce Fitzpatrick. Guionista y autor, Fitzpatrick traza la vida de Conigliaro con especial énfasis en su niñez y sus dificultades luego del incidente del pelotazo. A principios de esta semana, hablé con Fitzpatrick acerca de Tony C. Markusen: Bruce, he disfrutado leyendo su libro. No está escrito como la mayoría de las historias de beisbol, está presentado más como una novela, con muchos diálogos. Usted incluye largas conversaciones como si hubiese estado ahí escuchándolas. ¿Fue capaz de recrear esas conversaciones mediante entrevistas con la familia, o se tomó algunas libertades e hizo cálculos educados de lo que se dijo? Fitzpatrick: Como lo indican los reconocimientos del libro, realicé largas entrevistas con cada una de las personas nombradas ahí. Todo fue o filmado o grabado en audio. Al hacer eso, obtuve una visión íntima de Tony, su vida personal y familiar, de donde venía, el ambiente donde fue criado, y su vida como beisbolista profesional. No me tomé libertades ni licencia poética. Todo lo que está ahí fue registrado como ocurrió o tan cercano como lo pude conseguir, usando un formato dramático. Markusen: Luego que Conigliaro rompió con su novia Julie, ella empezó a salir con Hawk Harrelson. ¿Hubo tensión entre Tony y Harrelson debido a esto? Fitzpatrick: No hubo tensión directa entre Tony y Hawk porque ellos nunca jugaron en el mismo equipo. A Tony le dolió verlo con Julie, quien creo fue el amor de su vida, y él de ella, y quien también había heredado su trabajo con el equipo. Ni Tony ni Julie se casaron, y como amigo cercano de ella puedo decir que aún ahora ella todavía es la novia de Tony. Visitamos juntos las tumbas de Tony y sus padres. Esa fue una experiencia muy fuerte. Ella todavía tiene mas de 200 cartas que él le escribió, junto como mucha memorabilia personal y profesional de su vida juntos y sus días de beisbolista profesional. Me siento seguro al decir que ellos fueron de verdad compañeros de alma. Markusen: El pelotazo de Jack Hamilton es quizás la primera cosa que viene a la mente cuando se recuerda la historia de Conigliaro. ¿Piensa usted que el resultado pudo ser otro si Conigliaro hubiese usado un casco con orejera? Fitzpatrick: Tony usaba un casco la noche cuando fue golpeado. Pero al mirar la repetición desde una cámara superior ubicada en la cabina de transmisión, esta muestra claramente que el casco de Tony estaba en la zona de strike sobre el plato cuando fue golpeado. Parte del juego de Tony como bateador de poder consistía en invadir el plato y forzar a los lanzadores a pitchearle, o caminarlo. Cualquier otro pelotero con un estilo de bateo normal habría dado uno o dos pasos detrás del plato, y no habría sido golpeado por el mismo pitcheo. Dos semanas antes del incidente, Ted Williams le había advertido acerca de su estilo de bateo, pero Tony escogió mantener su posición normal de bateo. Sin embargo, la adición de una orejera a los cascos de bateo fue un resultado directo de ese pelotazo y de la campaña personal de él para agregar la orejera. Markusen: ¿Por qué piensa usted que el manager de los Medias Rojas, Dick Williams, decidió no visitar a Conigliaro en el hospital después del pelotazo? Fitzpatrick: Eso nunca estuvo claro. Ellos tenían una pequeña hostilidad entre sí, en parte como un conflicto de personalidades, y en parte como resultado de un incidente de pelotazos mutuo durante el año de novato de Tony cuando él y Williams intercambiaron pelotazos. Williams falló; Tony no, y tumbó a Williams. Pienso que un elemento de resentimiento pudo haber existido. Markusen: Dada la seriedad de las lesiones que sufrió Conigliaro debido al pelotazo, ¿Es sorpresivo para usted que él regresara y disfrutara el tipo de temporada que tuvo con los Medias Rojas en 1970? Fitzpatrick: En realidad, él regresó en 1969 y ganó el premio Regreso del Año. Lo que la mayoría de las personas no sabe es que él regresó con visión dispareja. La visión de su ojo lesionado nunca regresó completamente. Él tenía que mirar levemente a la izquierda del pitcher para ver la pelota luego que fuese lanzada. Todo un logro. Markusen: A través de los años, hemos oido mucho acerca de la división que había en el clubhouse de los Medias Rojas, con Tony y su hermano Billy de un lado y carl Yastrzemski y Reggie Smith del otro lado. ¿Qué tan profunda era esa grieta, era irreparable? Fitzpatrick: Hice algo de investigación sobre la muy publicitada fricción entre ellos, y mi conclusión es que eso era más publicidad que realidad. Eso se hizo aparente cuando hice mi entrevista de una hora con Carl Yastrzemski. Él de inmediato reconoció la competitividad de ese equipo, y también reconoció que sin ella, ellos no habrían llegado a la Serie Mundial de 1967 al final del año del Sueño Imposible. Él también declaró enfáticamente que si Tony hubiera sido capaz de jugar en esa Serie Mundial ellos habrían descorchado las botellas de champaña en el clubhouse de los Medias Rojas y no San Luis. Cuando le pregunté que le diría a Tony si él viniera a la habitación por 60 segundos, él hizo una pausa para ganar control sobre sus emociones, y entonces procedió a dar uno de los grandes testimonios que le haya oído a un competidor. Carl es un tipo con clase, y lamenta con sinceridad lo que le ocurrió a Tony. Markusen: En 197, Tony formó parte de una situación de pesadilla con los Angelinos, un equipo que estaba afectado por la situación de Alex Johnson. ¿Cuánto afectó a Conigliaro esa atmósfera envenenada? Fitzpatrick: En realidad, el ambiente del equipo de los Angelinos tuvo poco que ver con la decisión de Tony. Simplemente, él extrañaba jugar frente a los aficionados de su ciudad en Fenway Park. En esencia, eso apagó el fuego. Lo que pocos saben, sin embargo, es que su pasión por el beisbol, y tal vez una reserva acerca de si estaba acabado o no, quedó demostrada cuando Al Ruddy le pidió que audicionara para un papel de una película que ellos tenían en mente para él. Él declinó graciosamente, dijo que su corazón aún estaba en el beisbol. Así que Ruddy se fue y consiguió a otro italiano para el trabajo. ¿De quién hablas? Que tal de Al Pacino para el papel de Michael en El Padrino. Historia real. Por su parte, Tony abrió un club nocturno para seguir una carrera como cantante. Markusen: ¿Por qué piensa usted que Conigliaro trató de regresar con los Medias Rojas en 1975? Fitzpatrick: Como lo declaró, Tony nunca abandonó su noción de volver a jugar. Cuando los Angelinos le dieron su libertad, los Medias Rojas le dieron su oportunidad. Para entonces, la Liga Americana había adoptado la nueva posición de bateador designado. Tony compitió por ella y ganó el puesto. ¿A quién venció por la posición? Alguien que se acababa de unir al equipo, un novato llamado Jim Rice. Markusen: Hubo muchos disgustos y dificultades para Conigliaro. ¿Qué tan grande fue el disgusto para él perderse el banderín de la Liga Americana de 1975 y esa histórica Serie Mundial que vino después? Fitzpatrick: A mediados de la temporada de 1975 el cuerpo de Tony había empezado a tener dificultades con su acostumbrado régimen de entrenamiento. Al sentir que no tenía lo que necesitaba (o quería), dejó el equipo y el beisbol profesional en julio de 1975 ¿Qué pudo haber pasado si hubiera jugado una carrera de 12-14 años? Además de convertirse en miembro del Salón de la Fama, habría sido una amenaza para la marca de jonrones de todos los tiempos. Él alcanzó la marca de los 100 jonrones seis años antes que Babe Ruth, cinco antes que Hank Aaron, y siete antes que Carl Yastrzemski. Lo que la mayoría de las personas no sabe es que él promediaba 25-30 juegos al año en la banca con lesiones debidas a su agresivo estilo de juego en el campo, chocaba contra las cercas mientras perseguía elevados, etc. Markusen: La historia de cómo Conigliaro sufrió un ataque cardíaco mientras iba a una entrevista de trabajo es muy trágica. Si él no hubiese sufrido el ataque cardíaco, si hubiese conseguido el trabajo, ¿Cómo piensa usted que él podía haber ejecutado como narrador en Boston? Fitzpatrick: Pienso que Tony habría hecho un gran trabajo. Además de sus conocimientos como pelotero, él había tenido experiencias de locución en Rhode Island y San Francisco. Añádele a eso la pasión que él tenía por el juego… En cuanto a su ataque cardíaco, en realidad ocurrió después que él había sido escogido para el trabajo por Joe Dimono, gerente general de la estación WSBK, la estación matriz del circuito de transmisiones de los Medias rojas. El ataque cardíaco de Tony ocurrió camino al aeropuerto cuando él se disponía a salir de la ciudad para completar un viaje de negocios, y cerrar sus asuntos en la costa oeste. Markusen: ¿Qué tanto es recordado Conigliaro en Boston en la actualidad? Fitzpatrick: Tony es un ícono en Boston, Nueva Inglaterra y puntos del sur y occidente donde las personas lo conocen. Y de esos hay muchos. A excepción de Babe Ruth, él fue, creo, el pelotero más carismático que se puso el uniforme de los Medias Rojas. Él fue, y aún lo es, un héroe de la ciudad. El querido “Tony C” será recordado y mencionado alrededor de Boston por tanto tiempo como haya beisbol en Boston. Y eso, esperamos, será por un largo, largo tiempo… Published by CreateSpace, The Tony Conigliaro Story can be obtained at http://www.createspace.com/3738481. It is highly recommended, particularly for members of Red Sox Nation. Acerca de Bruce Markusen Bruce Markusen es el gerente de Digital and Outreach Learning at the National Baseball Hall of Fame. Ha escrito siete libros de beisbol, incluyendo biografías de Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Ted Williams, y A Baseball Dynasty: Charlie Finley’s Swingin’ A`s, el cual fue premiado con la Seymour Medal de SABR. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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