lunes, 19 de septiembre de 2016
Pisar el Montículo desde la Adolescencia hasta la Mediana Edad.
Fran Jackson. The HardBall Times. 27-07-2016.
Si tu meta es tener una carrera longeva, una clasificación de trabajo a evitar es la de pitcher de ligas mayores. Debido al desgaste de sus brazos, las barbas grises en el montículo inspiran admiración y curiosidad. Son especialmente raros los pitchers quienes llegan a las mayores como adolescentes y todavía están ahí lanzando cuando llegan a los 40 años, en otras palabras, más de 20 en ese trabajo.
En la historia de las ligas mayores, hay solo tres pitchers quienes ganaron un juego antes de los 20 años y permanecieron en el trabajo el tiempo suficiente para conseguir una victoria a los 40 años o después. Este es un material ideal para una pregunta de trivia.
De los tres hombres quienes entran en la categoría mencionada arriba, dos están en el Salón de la Fama. Herb Pennock fue el primero en ser inducido.
Nació el 10 de febrero de 1984 en Kennet Square, Pa., de padres cuáqueros cuyos ancestros llegaban hasta los días de William Penn, Pennock fue una estrella de la escuela preparatoria quien llamó la atención de Connie Mack en la cercana Filadelfia. Luego de firmar con los A’s en mayo de 1912, hizo su primera aparición con el equipo a la edad de 18 años el 14 de mayo de 1912, en una derrota 7-0 ante los Medias Blancas. Terminó la temporada de 1912 con marca de 1-2 y 4.50 de efectividad en 50 innings. Esa no fue una temporada de novato estelar, pero para alguien recién llegado de la escuela secundaria, era ciertamente adecuada.
Pennock fue afortunado al jugar para tres dinastías: el Infield de 100,000 dólares de los A’s de Connie Mack, los Medias Rojas de la era de Babe Ruth, y los Yanquis de la era de Babe Ruth. Un zurdo espigado, Pennock fue bateador ambidextro con promedio de bateo vitalicio de .191, muy respetable para un pitcher.
Tuvo marca de 11-4 y 2.79 de efectividad en 151.2 innings para los A`s de Connie Mack ganadores del banderín en 1914 y lanzó tres inníngs en blanco en la Serie Mundial. Desafortunadamente, Mack desmanteló el equipo después que los A`s perdieron la Serie Mundial ante los milagrosos Bravos.
Pennock se preparó para la temporada de 1915 y empezó con un blanqueo de un imparable contra los Medias Rojas. Desde ahí su temporada fue en descenso y rápidamente perdió la confianza de Mack, quien lo puso en waivers el 6 de junio. Los Medias Rojas estuvieron muy felices de tomarlo. Como resultó, Pennock aun tenía 19 temporadas por delante y Mack lamentaría su decisión.
Inicialmente, Pennock fue utilizado de manera complementaria por unos Medias Rojas ricos en pitcheo y osciló entre ellos y las ligas menores, pero en 1917 (el todavía tenía 23 años de edad) subió, lanzó 100.2 innings y tuvo marca de 5-5 con efectividad de 3.31.
Despues de un año fuera por la primera guerra mundial, Pennock jugó con los Medias Rojas desde 1919 hasta 1922, dándoles más de 200 innings cada temporada. Los resultados, sin embargo, fueron poco impresionantes (59-52). Despues de 1922, su peor temporada en ese período, los Medias Rojas lo cambiaron a los Yanquis por tres peloteros desconocidos y 50.000 dólares. Como los A’s en 1914, los Medias Rojas de la era post-Ruth estaban vendiendo peloteros a diestra y siniestra. Pennock fue una de un número de peloteros quienes fueron cambiados o vendidos a los Yanquis, pero él no hizo la transición hasta después de la temporada de 1922 cuando los Medias Rojas terminaron últimos.
Cuando Pennock llegó a los Yanquis en 1923 tenía 29 años de edad. Sus mejores años estaban por llegar. Llegó a tiempo para la apertura de Yankee Stadium y el primer título de Serie Mundial de la franquicia, lideró la Liga Americana en porcentaje de victorias (.760) con marca de 19-6. Desde 1923 hasta 1928, fue miembro clave del equipo, al ganar 115 juegos y perder solo 51. Su marca de Serie Mundial fue también destacada: ganó los cinco juegos que abrió (dos en 1923, dos en 1926, y uno en 1927) y lanzó cuatro innings en relevo en 1932, permitiendo solo una carrera limpia. Su efectividad combinada de Serie Mundial es 1.95 en 55.1 innings.
La edad empezó a pasarle factura en 1929, cuando Pennock tenía 35 años. Desde ese momento sus innings lanzados disminuyeron (hasta 65 en 1933) mientras su efectividad creció (4.28 fue su mejor muestra) desde 1929 hasta 1933. Los Yanquis lo despidieron, y regresó a los Medias Rojas.
Su año final con los Medias Rojas fue limitado (62 innings) pero como tuvo marca de 2-0 con efectividad de 3.05, eso no fue una desgracia para él. Como los Medias Rojas eran un equipo intermedio que terminaba cuarto a 24 juegos de los Tigres ganadores del banderín, la actuación de Pennock se ajustaba a la de su equipo. Su victoria final llegó el 1 de junio de 1934, cuando lanzó un blanqueo de nueve imparables contra los Senadores en Griffith Stadium.
La aparición final de Pennock, a los 40 años, fue contra los Indios el 27 de agosto de 1934 en Fenway Park. Aunque su primer y último juegos dejaron algo que desear, casi todo lo que ocurrió entre ellos fue notable, como lo refleja su marca vitalicia de 240-162.
Luego de retirarse como pelotero activo, Pennock fue coach de los Medias Rojas por tres temporadas antes de pasar a la oficina principal para involucrarse en las operaciones de ligas menores. En 1944 pasó a los Filis, para quienes sirvió como gerente general. El 30 de enero de 1948, falleció de hemorragia cerebral luego de pasar por una puerta giratoria en el Waldorf-Astoria Hotel y colapsar en los brazos de Bob Carpenter, el dueño de los Filis. En buena medida, los Whiz Kids (apodo del equipo de los Filis que ganó el banderín) de 1950 fueron el resultado de sus esfuerzos, pero Pennock nunca saboreó los frutos de su trabajo.
Su muerte llegó con un año de retraso para prevenir a su reputación de ser cuestionada. Supuestamente, él llamó a Branch Rickey en 1947 y le dijo que los Filis boicotearían el juego si Rickey llevaba a Jackie Robinson a Filadelfia. Fue una conducta errada, la única mancha de su legado.
El segundo miembro del triunvirato adolescencia hasta mediana edad es Rik Aalbert Blijleven mejor conocido como Bert Blyleven, nacido en Zeist, Holanda el 6 de abril de 1951.
Blyleven se mudó a Canadá con su familia cuando tenía 2 años de edad y después al Orange County, Calif. Los Mellizos lo seleccionaron de la escuela secundaria en el draft de 1969.Debutó en Grandes Ligas a la edad de 19 años con la experiencia de solo 21 aperturas en las ligas menores.
Blyleven fue llamado para tomar el lugar del lesionado Luis Tiant en la rotación de pitcheo de los Mellizos y debutó el 5 de junio de 1970 en el RFK Stadium de Washington. A pesar de permitirle un jonrón a Lee Maye, el primer bateador que enfrentó, lanzó siete innings y no permitió más carreras, logrando la victoria 2-1 con salvado para Ron Perranowski.
Desde ahí en adelante, Blyleven no volvió la vista atrás. Los Mellizos habían ganado el año anterior (y lo harían de nuevo en 1970) , por lo que no habían desperdiciado un puesto en la rotación con un pitcher joven tratando de encontrarse. Blyleven aterrizó corriendo y se mantuvo avanzando.
Aunque perdió el primer tercio de la temporada de 1970, terminó su año de novato con marca de 10-9 en 164 innings. The Sporting News lo nombró pitcher novato del año pero el pitcher derecho del todos estrellas de Topps fue Carl Morton de los Expos, quien tuvo una tempranera marca de 18-11 pero se retiró a los 32 años de edad con una marca de 87-92. Blyleven fue más duradero que Morton de varias formas, Morton falleció de un ataque cardíaco mientras trotaba en 1983, Blyleven permaneció activo hasta la temporada de 1992.
Aunque solo tuvo una temporada de 20 triunfos (1973), Blyleven tuvo registros de doble figura 10 años seguidos desde 1970 hasta 1979, mientras lanzaba para los Mellizos, Rangers y Piratas. En 1984 tuvo una de sus mejores temporadas, al dejar marca de 19-7 (2.87 de efectividad), con los Indios a la edad de 33 años.
Blyleven tuvo una segunda estadía con los Mellizos, luego se mudó a los Angelinos para las tres últimas temporadas de su carrera (1989-1992, estuvo inactivo toda la temporada de 1991 debido a dificultades con el manguito rotador). Fue al entrenamiento primaveral con los Mellizos en 1993 pero no le ofrecieron un puesto en el roster. Cuando se retiró, a punto de cumplir 42 años de edad, su total de 3.701 ponches lo ubicó como tercero en la lista de todos los tiempos (actualmente es quinto, al ser pasado por Randy Johnson y Roger Clemens). Sus 60 blanqueos vitalicios lo ubican noveno en la historia de las ligas mayores, solo uno detrás de Nolan Ryan y Tom Seaver.
Blyleven tenía 287 victorias cuando se retiró. Si se hubiese mantenido lo suficiente para alcanzar las 300 victorias, no hubiese tenido que esperar hasta 2011 (su primer año de elegibilidad fue 1998) para ingresar al Salón de la Fama. Dados los totales de triunfos de los pitchers abridores de la actualidad, un total de 287 victorias asegura un viaje más rápido hacia Cooperstown.
Al justificar porqué había jugado tanto tiempo, Blyleven explicó, “Yo quería mantenerme jugando por más tiempo que los pitchers quienes estaban en la palestra cuando llegué a las Grandes Ligas. No quería que cuando me retirase todos esos tipos viejos, Tom Seaver, Steve Carlton, Nolan Ryan y Don Sutton, aún estuviesen lanzando. Me había hecho cargo de Jim Palmer, ahora quería durar más que el resto de ellos”.
Y así lo hizo. Su victoria final llegó el 6 de septiembre de 1992, cuando los Angelinos vencieron a los Orioles 5-2 en Anaheim. Esa fue su victoria 287, y aunque tendría cinco aperturas más antes del fin de la temporada, no habría otras victorias. Tuvo marca de 8-7 luego de su victoria ante los Orioles, pero terminó su carrera con un seguidilla de cinco derrotas. Su aparición final coincidió con el juego final de la temporada de 1992 en Anaheim. Estuvo lejos de su mejor exhibición, al permitir 12 imparables y seis carreras limpias en 4.2 innings.
Como Pennock, Blyleven permaneció en el juego después de su retiro como pelotero, no como ejecutivo pero si como comentarista de los Mellizos, quienes retiraron su número (28) cuándo él finalmente llegó a Cooperstown. Aunque ha sido un comentarista pintoresco para los Mellizos por 20 años, eso todavía es tres años menos que su carrera como pelotero.
El tercer miembro del trío de la adolescencia hasta la mediana edad es el más desconocido de los tres. Él no está en el Salón de la Fama y nunca estará. De hecho, ni siquiera fue un pitcher de .500 en ganados y perdidos. Es uno de 29 peloteros en aparecer en las Grandes Ligas en cuatro décadas (desde finales de los años ’70 hasta comienzos del siglo 21), pero es mejor conocido por una vez tener la marca de ligas mayores de haber jugado con más equipos (12). Esa marca fue igualada después por Ron Villone y Matt Stairs, y superada (13) por Octavio Dotel. Pero cuando Mike Morgan se retiró despues de la temporada de 2002, él era el propietario absoluto de la marca.
Morgan fue una selección de primera ronda del draft de los Atléticos de Oakland el 6 de junio de 1978- Cinco días después debutó en Grandes Ligas. Podría parecer imprudente forzar a un pitcher a tan tierna edad a lanzar en las mayores, pero los Atléticos estaban pasando por su hibernación post-dinastía. El dueño Charlie Finley pudo haber usado el debut de Morgan para hacer ruido y atraer una gran multitud, dado lo que había hecho David Clyde a los 18 años en Texas el 27 de junio de 1973, cuando la franquicia registró su primera venta de todos los boletos.
Resultó ser, que el debut de Morgan una tarde dominical atrajo 17157 aficionados, muy lejos de ser un estadio repleto, pero fue la mejor asistencia de la serie. El éxodo post-1975 de los mejores peloteros de Finley había disminuido la asistencia a los juegos de los Atléticos, que nunca había sido masiva ni siquiera en los años de la dinastía del equipo, había caído en más del 50 por ciento, desde 1.075.518 aficionados en 1975 hasta 495.599 en 1977.
Curiosamente, Morgan no fue el único joven de 18 años de edad en pisar el montículo por los Atléticos esa temporada. Tim Conroy, otra escogencia de primera ronda, debutó el 23 de junio contra los Reales, Eso no funcionó y Conroy fue enviado a las ligas menores, no regresó hasta 1982.
Al enfrentar a Scott McGregor y los Orioles de Baltimore en su debut, Morgan cubrió la distancia luego de un primer inning tambaleante, permitió 10 imparables y tres carreras (dos limpias). Desafortunadamente para él, McGregor lanzó un blanqueo de seis imparables. Luego de una arrancada de 19-5, los Atléticos habían empezado a vivir las expectativas de pretemporada, y para el momento cuando Morgan debutó estaban en medio de una seguidilla de reveses que los dejaría con marca de 32-33.
Las próximas aperturas de Morgan fueron menos esperanzadoras y era obvio que necesitaba algo de preparación, así que lo enviaron al Vancouver AAA. Luego de una arrancada de 19-5, los Atléticos tuvieron marca de 50-88 el resto del camino, para terminar quintos en el oeste de la Liga Americana.
Las estadísticas de Morgan en Vancouver no fueron esperanzadoras (5-6, 5.58) pero al considerar que él venía de la escuela secundaria, no eran tan malas. La próxima temporada mejoró a 5-5 y 3.48 con el Ogden AAA, pero solo tuvo 2-10 y 5.94 con los Atléticos. Aún así, él había conseguido su primera victoria en Grandes Ligas a los 19 años de edad.
Los Atléticos se cansaron de esperar por Morgan después de la temporada de 1980, y fue cambiado a los Yanquis por Fred Stanley, quien bateó .193 en 1981 y 1982 con los Atléticos antes de retirarse. Obviamente los Atléticos tiraron la toalla muy rápido con Morgan, pero eso le dio la oportunidad de comenzar temprano la larga odisea de Grandes Ligas que lo llevaría desde los Atléticos a los Yanquis, Azulejos, Marineros, Orioles, Dodgers, Cachorros, Cardenales, Rojos, Mellizos, de vuelta a los Cachorros, Rangers y Cascabeles. Uno puede imaginarlo fácilmente en un hotel tratando de recordar para cual equipo estaba lanzando.
Mientras Morgan no pertenece a la misma liga de Pennock y Blyleven, en un sentido está en su propia liga: el hombre de los trabajos simples en apariencia. En realidad, hay algo de misterio en el porque sus servicios siempre estaban en demanda. Haber sido pitcher zurdo (siempre escasos) pudo haberlo explicado. Pero con tantos derechos disponibles, y otros nuevos que aparecían cada temporada ¿Cómo hizo Morgan para mantenerse tanto tiempo?
El registro vitalicio de Morgan fue 141-186 con 4.23 de efectividad. Tuvo doble figura en triunfos siete veces; doble figura en derrotas 11 veces. Su mejor año fue 1992 cuando tuvo marca de 16-8 con los Cachorros y efectividad de 2.55. Su año más inusual fue 1999, cuando de alguna manera se las arregló para tener marca de 13-10 con los Rangers a pesar de tener 6.24 de efectividad.
La mayor parte del tiempo, Morgan trabajó en la oscuridad, dado que no accedió a la postemporada hasta la edad de 38 años en 1998 cuando apareció en la serie divisional de la Liga Nacional con los Cachorros, quienes lo habían readquirido hacia l final de la temporada.
Tres años después, él no tuvo decisión en tres apariciones con los Cascabeles en la Serie Mundial de 2001. A la edad de 42 años finalmente tenía un anillo. Probablemente nadie en el dugout de los Cascabeles se sentía más feliz cuando Luis González soltó aquel sencillo ante Mariano Rivera en el cierre del noveno inning para ganar el séptimo juego.
Ese parecía ser un buen momento para el retiro, pero Morgan regresó en 2002 para una temporada más. Con marca de 1-1 y efectividad de 5.29 en 34 innings, eso fue poco más que un anticlímax. Su última aparición fue como parte de una cadena de relevistas en una paliza 19-1 a manos de los Dodgers el 2 de septiembre de 2002. Los Cascabeles regresaron a la postemporada en 2002 pero decidieron dejar a Morgan fuera del roster. Al tomar la seña, finalmente se retiró.
Nada de Salón de la Fama para Morgan, pero es miembro de una muy pequeña fraternidad de pitchers quienes llegaron temprano y se fueron tarde. Con esa distinción, más es el status de hombre viajero, ciertamente tuvo una carrera notable sino superlativa.
¿Recibirá el grupo de Pennock, Blyleven & Morgan otro integrante? Es difícil de decir, porque no hay muchos pitchers adolescentes en los montículos de Grandes Ligas. Edwin Jackson falló por poco, porque debutó el día de su cumpleaños número 20 en septiembre de 2003. Clayton Kershaw habría sido un candidato sólido, pero debutó dos meses después de cumplir 20 años. Así que convertir el mencionado trío en cuarteto es poco probable, al menos en el futuro cercano.
Mientras tanto, si usted ve a un adolescente subir al montículo en un juego de Grandes Ligas, revise su fecha de nacimiento y vea si puede programar su servicio de correo electrónico para que le envíe un recordatorio el cumpleaños 40 de ese pitcher. Nunca se sabe…puede ser que aún ambos estén por ahí a 20 años desde ahora.
Frank Jackson escribe de beisbol, películas e historia, algunas veces al mismo tiempo. Él ha visitado 47 estadios de Grandes Ligas, muchos de los cuales aún existen.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Esquina de las Barajitas: Larry Sorensen rie de nuevo.
Tom Schott
Para 1981, la compañía Topps ya no era la única productora de barajitas de peloteros de ligas mayores.
Donruss entró al mercado y Fleer Corporation regresó, para darle a Topps su primera competencia desde que Fleer se fue del negocio de las barajitas en 1963.
Sin que pasara desapercibida, luego de producir una colección tradicional de 726 barajitas, Topps sacó una serie de 132 barajitas “Traded” durante la temporada, para resaltar aquellos peloteros quienes habían cambiado de equipo así como a los novatos que debutaban en Grandes Ligas. Aunque Topps había producido un par de colecciones traded a mediados de los años ’70, la serie Traded de 1981 fue la primera de su tipo, producida exclusivamente como una colección completa.
Una de esa barajitas 1981 Topps Traded era la de Larry Sorensen, quien ayudaría a los Cardenales de San Luis y los Cerveceros de Milwaukee a llegar a la Serie Mundial de 1982, sin jugar para ninguno de esos equipos en esa temporada.
Expliquemos. El pitcher derecho fue involucrado en dos cambios que llevaron peloteros clave a ambas organizaciones.
Primero, en diciembre de 1980, durante la reunión invernal record que involucró a más de 70 peloteros, Sorensen fue negociado desde Milwaukee hacia San Luis en una transacción de siete peloteros que envió a los pitchers derechos, Rollie Fingers y Pete Vuckovich y al receptor veterano Ted Simmons a los Cerveceros. Ese trío fue esencial para que los Cerveceros ganaran el banderín de la Liga Americana en 1982.
Entonces, luego de pasar la temporada de 1981 en San Luis, Sorensen fue enviado a los Indios de Cleveland en un cambio de tres vías que llevó al jardinero Lonnie Smith a los Cardenales. Smith fue el catalizador de la escuadra de San Luis orientada hacia la velocidad que ganó el banderín de la Liga Nacional en 1982 y luego venció a los Cerveceros en una Serie Mundial memorable de siete juegos.
Sorensen a menudo ha comentado que sintió que él merecía algo de reconocimiento por los logros de postemporada de ambos equipos.
En la colección Topps básica de 1981, Sorensen aparece en la barajita Nro. 379, lanzando como miembro de los Cerveceros. En la serie Traded, él es el Nro. 831, y se muestra como un Cardenal en una fotografía tipo carnet mientras enseña su sonrisa característica.
Sorensen debutó en las Grandes Ligas con los Cerveceros en 1977. El año siguiente, participó en el Juegos de Estrellas con la Liga Americana y lanzó tres innings n blanco en el clásico de verano, solo permitió un infield-hit antes de retirar nueve bateadores en fila, incluyendo luminarias como Pete Rose, George Foster y Steve Garvey.
Sorensen ganó un tope para su carrera de 18 juegos y tuvo la efectividad más baja de su carrera, 3.21, con los Cerveceros en 1978. Clasificó quinto en la liga en juegos completos en 1978 (17) y 1979 (16). Mientras tanto, Milwaukee pasaba de ser un equipo de relleno a otro contendor en la difícil división este de la Liga Americana.
En su única temporada en San Luis en 1981, Sorensen tuvo efectividad de 3.27 y permitió solo 3 jonrones en poco más de 140 innings lanzados. Los Cardenales tuvieron el mejor balance general de la Liga Nacional con 59-43, pero terminaron en segundo lugar en ambas mitades de la temporada dividida como resultado de la huelga de 50 días de los peloteros desde el 12 de junio hasta el 31 de julio, y no accedieron a la postemporada. En ambas mitades, San Luis realizó menos juegos que el campeón (Filadelfia en la primera mitad y Montreal en la segunda) y de haber tenido la oportunidad de hacer el mismo número de juegos pudo haber alcanzado o rebasado al ganador.
Sorensen lanzó para los Indios en 1982 y 1983 y entonces tuvo pasantías con los Atléticos de Oakland (1984), Cachorros de Chicago (1985), Expos de Montreal (1987) y Gigantes de San Francisco (1988). Las estadísticas de su carrera incluyen una marca de 93-103 y efectividad de 4.15 con 69 juegos completos y 10 blanqueos en 346 juegos (235 aperturas), acumulando 1736,1 innings lanzados. Conocido por su control, Sorensen promedió solo 2,084 boletos por cada nueve innings.
A la vez, Topps siguió produciendo la serie Traded de 132 barajitas, la cual se convirtió en un suceso anual de la compañía; Sorensen está incluido en la colecciones Traded de 1982 y 1984.
A lo largo de su carrera, la personalidad comprometida de Sorensen lo hizo popular entre los aficionados. Era bien hablado, al haber estudiado comunicación social en la University of Michigan, y siempre daba buenas declaraciones a los medios. También fue generoso con su tiempo en la comunidad.
A pesar de su cariñosa disposición y su gran corazón, Sorensen batallaba con demonios que eran generalmente ocultados a los medios. Sorensen tuvo problemas de uso del alcohol y drogas varias veces. (En 1986, fue uno de 10 peloteros grandeligas en recibir una suspensión por admitir consumir cocaína en los juicios de droga en Pittsburgh). Sus problemas de bebida persistieron después de sus días de pelotero, cuando hizo la transición a comentarista de radio y televisión. Él narró la College World Series y el beisbol de Grandes Ligas por ESPN desde 1990 hasta 1994, y entonces se mudó a los Tigres de Detroit, para transmitir los juegos por WJR Radio desde 1995 hasta 1998.
El alcoholismo le costó a Sorensen su carrera como comentarista, su matrimonio, y su dignidad. Tocó fondo en 2008. Sorensen manejaba en Roseville, Mich., cuando perdió el control de su carro y terminó encunetado. Poco después, fue encontrado detrás del volante, completamente inconsciente y con un nivel de alcohol sanguíneo de .48. En dos sentidos fue afortunado se estar vivo, no solo porque había sobrevivido el choque, sino también por el elevado nivel de alcohol en su organismo. Cualquier cosa por encima de .31 puede ser letal, pero Sorensen de alguna manera sobrevivió.
Despues de ser tratado en un hospital, Sorensen fue a prisión, al haber sido arrestado por séptima vez por manejar bajo la influencia del alcohol. Para Sorensen, fue su tercera pasantía detrás de las barras. En 2003, había pasado 3º días en la cárcel. Y luego en 2004, empezó una pasantía de 23 meses en prisión, de nuevo por manejar borracho.
La tercera salida de Sorensen de la cárcel llegó en 2009, pero en realidad él no empezó a cambiar su vida hasta 2011.Entonces fue cuando se mudó desde su casa de Michigan hacia Winston-Salem, N.C., donde su hermana, Lynn Sutton, vivía. Lynn le ofreció un tipo de sistema de apoyo que le había faltado en Michigan. Sorensen también conoció a su segunda esposa, Elaine, quien era miembro del coro de la iglesia en Calvary Baptist Church- Además de su relación con Elaine, Sorensen disfrutaba la música y los sermones que oía en Calvary Baptist Church.
Gracias a las nuevas amistades con miembros de la iglesia, junto a amistades mejoradas de su pasado, Sorensen hizo contactos para conseguir un trabajo de comentarista con Wake Forrest University. A partir de ahí encontró trabajo como narrador de los Dash de Winston-Salem, el equipo afiliado de los Medias Blancas de Chicago en Clase A. Gracias a su ética de trabajo y a su voluntad de prepararse para cada transmisión, creo que Sorensen se ha convertido en uno de los mejores narradores de ligas menores en la actualidad.
Lo más importante, es que Sorensen ha estado sobrio por casi dos años. Al haber celebrado su cumpleaños 60 el 4 de octubre de 2015, él está feliz de su vida posbeisbol y regularmente muestra la misma sonrisa de su barajita Topps Traded 1981.
Tom Schott es un historiador y coleccionista de beisbol.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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