viernes, 7 de septiembre de 2018

Robert Marcano, el Salón de la Fama del Beisbol Venezolano y un jonrón infartante.

Hace poco anunciaron los elegidos del Salón de la Fama venezolano, Clase 2018. Además de la esperada escogencia de Omar Vizquel, apareció un nombre inesperado, no porque no tuviera méritos, sino porque el citado Salón tiene tantas deudas pendientes con otros tantos peloteros de suficientes pergaminos, que leer el nombre de Robert Marcano como nuevo inquilino sorprende gratamente. Quizás muchos aficionados del juego, principalmente de las nuevas generaciones, ignoren quien fue Marcano. Entre otras razones porque relativamente jugó poco en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Fue uno de los primeros o el primer venezolano que jugó en la liga de beisbol japonesa, donde fue a jugar desde muy joven luego de que los Angelinos de California negociaran su contrato a un equipo nipón cuando aun jugaba en la sucursal AAA. Marcano tuvo una destacada actuación en la liga japonesa, solo al final de su carrera vino a jugar con cierta regularidad con los Tiburones de La Guaira. Hay un episodio breve, indeleble, fantasmal, impactante en la carrera de Marcano en la LVBP, es probable que haya sido olvidado, sin embargo de seguro permanece en la memoria de los seguidores más apasionados del beisbol. Más adelante regresaremos para ilustrar dicho episodio. Ahora es pertinente imaginar el momento de la firma de Marcano al profesional. Tomando en cuenta las características del personaje, no cuesta mucho inferir que Pedro Padrón Panza, en sus funciones de gerente general, scout, consejero, asesor y dueño de los Tiburones de La Guaira, en uno de sus tantos viajes por el interior del país, recaló en la localidad de El Clavo, en la zona oriental del estado Miranda. Allí observó con interés el desempeño de un mozalbete que cubría la tercera almohadilla. Sin embargo, lo que más impresionó a Padrón fue el potencial que mostró al esgrimir el madero, por cuanto es bien sabido la carga ofensiva que se le exige a un tercera base para ganarse la regularidad en cualquier beisbol. Firmó para jugar en el beisbol organizado con la organizaci{on de los Indios de Cleveland, luego pasaría a los Angelinos de California. Marcano fue un jugador casi esporádico con los Tiburones de La Guaira, apenas si participó en más de 40 juegos en tres (1971-72, 1973-74 y 1974-75) de sus 12 temporadas con los Tiburones, todas antes de emigrar al beisbol japonés. La mejor fue la de 1973-74, cuando apareció en 52 desafíos, consumió 199 VB, anotó 28 carreras, empujó 17, 61 imparables, 12 dobles, 5 triples, 2 jonrones, 14 boletos, 30 ponches, 4 bases robadas, su promedio de bateo fue .307. En 13 temporadas y 378 juegos bateó para .251, con 308 imparables, 49 dobles, 14 triples, 16 jonrones, 133 carreras empujadas y 143 anotadas. A medida que pasaron los años desde su establecimiento en el beisbol japonés, cada vez se enfundó menos en el uniforme de La Guaira Su última temporada en LVBP, coincidió con el penúltimo título alcanzado por los Tiburones en la temporada 1984-85, al vencer a los Tigres de Aragua por barrida en la serie final. Entonces apenas jugó en 15 encuentros, prácticamente un jugador de reserva o bateador emergente ocasional, en medio de la ebullición de aquella pléyade de peloteros llamada “La Guerrilla”. Participó como segunda base en la serie final de la temporada 1976-77 que La Guaira perdió en seis juegos ante Magallanes. Entonces bateó para .182 con 4 sencillos y un doble. Cuando La Guaira parecía destinado a ser un eterno perdedor de la semifinal, luego de perder tres veces seguidas en esa instancia (1979-80, 1980-81 y 1981-82) logró acceder a la final 1982-83 para vencer a los Leones del Caracas en seis encuentros. En esa serie, Marcano actuó en cuatro juegos como antesalista y bateó para .250, 3 sencillos, doble, jonrón, 2 carreras anotadas, 3 empujadas, 1 boleto. Su actuación en semifinales fue mucho más extensa, desde 1971 hasta 1985 apareció al menos en diez series, sin incluir la de la temporada 1973-74 cuando se suspendió la temporada luego de la ronda regular por una huelga de peloteros. Ese año también fue el mejor tercera base defensivo de LVBP, donde también actuaron antesalistas como Dámaso Blanco, Doug DeCinces, César Gutiérrez. Su mejor actuación en una semifinal ocurrió en la temporada 1977-78, La Guaira enfrentó a las Águilas del Zulia y perdió en seis encuentros. Marcano bateó para .286, con 2 jonrones, 2 carreras empujadas y 4 anotadas. Durante un juego de la serie semifinal entre los Tigres de Aragua y los Tiburones de La Guaira en enero de 1975, el narrador de Venezolana de Televisión se atragantó al leer la noticia. El equipo de Salt Lake City, sucursal AAA de los Angelinos de California había negociado al tercera base Robert Marcano a un equipo japonés. Marcano venía de dos temporadas con 14 y 12 jonrones y 91 y 71 carreras empujadas ¿Por qué el gerente general de los Angelinos había decidido realizar aquel cambio? ¿Tenían tanta profundidad en el equipo grande para esa posición? ¿O en AA o en Clase A? ¿O simplemente no veían en Marcano a un pelotero que se estableciera en las mayores? Quizás se pudiese encontrar alguna explicación en los 25 errores cometidos en tercera base en la temporada de 1973, por lo cual jugó la mayor parte de los juegos en los jardines en 1974. Marcano viajó a Japón, se convirtió en el primer venezolano que participaba en el beisbol japonés y empezó a jugar con los Bravos de Hankyu, paulatinamente se adaptó a la cultura japonesa y a la manera como los nipones juegan el beisbol. Pronto empezó a destacar como segunda base y su madero se hizo respetar hasta el punto de ser clave en la conquista de los tres primeros títulos de la divisa en la Serie de Japón, también ganaron cuatro veces el título de la Liga del Pacífico. Ganó cuatro veces el guante de oro, otras cuatro veces fue elegido como el segunda base del equipo ideal de la temporada regular. En 1978 fue el primer pelotero latinoamericano en ganar un liderato de carreras empujadas con 94. Jugó 11 temporadas, 8 con Bravos de Hankyu y tres con Golondrinas de Yakult. Participó en 1.313 juegos, con promedio de .287 y 232 jonrones. De acuerdo a Wayne Graczyk, un veterano columnista del diario Japan Times que ha estado cubriendo la acción de la NPB desde que Marcano debutó en la liga, el nativo de El Clavo está entre los mejores 25 extranjeros que han jugado en Japón y entre los tres mejores camareros junto a Bobby Rose y John Sipin. El episodio breve y fantasmal está relacionado con el tercer juego de la serie semifinal entre los Leones del Caracas y los Tiburones de La Guaira de la temporada 1970-71. Aquel 23 de enero, los guairistas habían ganado los primeros dos juegos de una serie pautada a cinco desafíos. En el cierre del noveno episodio los Leones vencían a los Tiburones 10-9. Parecía que habría cuarto juego. Sin embargo los escualos embasaron dos corredores y el manager Graciano Ravelo trajo de emergente a Robert Marcano por el pitcher Hector Urbano. A continuación el novato de los Tiburones descifró un envío quebrado de Luis Tiant y desapareció la pelota en las gradas del jardín izquierdo para dejar en el terreno al Caracas y de paso clasificar para la serie final. Uno de los momentos más cardíacos de la Liga Venezolana de Beisbol profesional. Casi diez meses después, el 14 de noviembre de 1971, Tiant subía de nuevo al montículo del estadio de la UCV, esta vez enfundado en el uniforme de La Guaira, entonces consumó su dulce venganza al lanzar un juego sin hits ni carreras ante su antiguo equipo, los venció 3-0. En la tercera base jugaba Robert Marcano, en esta ocasión también voló la cerca, esta vez para respaldar la joya de pitcheo de Tiant. Robert Marcano Cherubini nació en El Clavo, estado Miranda, Venezuela, el 7 de junio de 1951. Luego de retirarse como jugador activo en Japón, se desempeñó como buscador de talento y traductor con los Gigantes de Yomiuri, donde fue traductor de su coterráneo Luis Mercedes Sanchez. Los Tiburones de La Guaira retiraron su número 15 en tributo a sus méritos deportivos. Falleció un 13 de noviembre de 1990 en Baruta, estado Miranda. Alfonso L. Tusa C. 27 de agosto de 2018. ©