martes, 6 de febrero de 2018
¿Por qué hay tan pocos terceras base en el Salón de la Fama?
Tyler Kepner. The New York Times. 25 de enero de 2018.
Se dice esto de la tercera base: Tiene el mejor apodo de cualquier posición del beisbol. La verdad sin embargo es, que la esquina caliente puede ser muy fría.
“No dejes que el concepto de la esquina caliente te confunda”, dijo por teléfono Mike Schmidt, el tercera base más grande de la historia del beisbol. “El tercera base tiene una pequeña esquina que proteger, algunos elevados sobre la raya de cal, un par de toques aquí y allá, pero la mayor parte del juego, un tercera base puede estar sin ver ninguna acción defensiva. El campocorto se mueve por todo el terreno. Si juegas campocorto, puedes jugar en cualquier parte del campo. Pasar del campocorto a la tercera es un paseo en el parque”.
Schmidt hizo ese cambio de posición en las menores, ganó 10 guantes de oro con los Filis de Filadelfia y llegó al Salón de la Fama en su primer intento, en 1995. Su posición es la de menor presencia en la nómina de Cooperstown, y nadie sabe del todo porqué. Chipper Jones, elegido este miércoles, es solo el décimoséptimo inquilino del Salón de la Fama cuya posición principal era la tercera base. Solo ocho de esos peloteros debutaron en las grandes ligas después que Jackie Robinson rompió la barrera racial de las mayores en 1947.
“No lo sé, tal vez la vida de un tercera base no es lo que debería ser”, dijo Jones este jueves, en una conferencia de prensa en Midtown Manhattan. “Somos conocidos como porteros de hockey, porque atrapamos de todo. Esa es una buena pregunta. Estoy orgulloso de ser parte de esa pequeña fraternidad”.
De los otros inducidos de esta semana, Vladimir Guerrero, Jim Thome y Trevor Hoffman, otros dos también jugaron tercera base. Thome pasó casi 500 juegos ahí en sus primeros años con los Indios de Cleveland, y Hoffman participó en 41 juegos en tercera base en 1990 con los Wheelers de Charleston (W. Va.), un afiliado Clase A de los Rojos de Cincinnati. Ambos hallaron mejores destinos en otras posiciones. Thome en primera base. Hoffman en el montículo.
Thome jugó tercera base en la Serie Mundial de 1995 contra Jones y los Bravos de Atlanta, pero cuando los Indios regresaron a esa instancia dos años despues, se había establecido en primera base. Los Indios habían perdido a su jardinero izquierdo Albert Belle, como agente libre, y reemplazaron su poder con Matt Williams, un tercera base. Thome, de quien habían despotricado durante su temporada de novato mientras tenía dificultades para aprender a jugar tercera base en el Municipal Stadium, finalmente estaba progresando cuando hizo la transición.
“Había empezado a sentirme cómodo cuando me pidieron que fuera a primera base”, dijo él. “Ahora, con la sabiduría de la longevidad, ¿pude haberme establecido allí? Probablemente no. Pero estoy orgulloso de haber jugado tercera base a nivel de grandes ligas, y para mí es especial ver a Chipper Jones ingresar, porque sé cuan ruda es esa posición”.
Hoffman no pitcheó desde su día final en las pequeñas ligas en Delco Field, Anaheim, Calif., hasta su primera sesión de bullpen en Charleston. Bateó solo .225 en las menores y se consideraba un tercera base “terrible”, pero su hermano, Glenn, había jugado la posición en las mayores. Cuando Hoffman salió de la University of Arizona, asumió que también jugaría esa posición.
“Al salir de la U of A como jugador del cuadro, pensé, ‘Bien, voy a trabajar duro, como lo hizo Glenn; este es el camino a seguir’”, dijo Hoffman. “Pero mis padres tuvieron la precaución de que no pitchearamos después de las pequeñas ligas. Así que no tuvimos que forzar el brazo en la escuela secundaria ni la universidad. Tendríamos el brazo fresco en caso de tener que regresar a lanzar. Glenn nunca tuvo que hacerlo. Yo, tuve que volver a lanzar rápido en mi carrera”.
Thome y Hoffman no son los únicos jugadores prominentes que han abandonado la tercera base. Harmon Killebrew y Tany Pérez jugaron más de 700 encuentros en tercera base, pero se desempeñaron más en primera base. Jeff Bagwell jugó allí en las menores.. Varios toleteros destacados de las últimas décadas, desde Mark McGwire, Gary Sheffield y Jason Giambi hasta Albert Pujols, Miguel Cabrera y Chris Davis, también pasaron un tiempo en tercera base.
Así que tal vez la tercera base simplemente es un lugar donde pocos peloteros duran mucho. Pero si eso es verdad, entonces ¿por qué 25 hombres han jugado 2000 encuentros en tercera base, comparados con 20 quienes han hecho lo propio en primera base, 12 en segunda base y 19 en el campocorto y cinco en la receptoría? Schmidt teorizó respecto a eso, antes del sublime defensor Brooks Robinson, la tercera base era principalmente un lugar para bateadores decentes quienes podían tumbar roletazos fuertes.
“Ahí se coloca a un buen pelotero, un tipo de 20 jonrones y 75 carreras empujadas, pero la mayoría de de aquellos no eran tipos de 35 y 110”, dijo Schmidt. “Solo eran peloteros buenos. Ron Santo es un ejemplo perfecto de alguien que llegó al Salón de la Fama, pero estuvo en la frontera por muchos años. Si se mira alrededor de todas las otras posiciones, parece que tienen muchos peloteros quienes realmente fueron grandes entre los grandes”.
Schmidt dice que varios terceras bases excelentes quienes se han quedado cortos en llegar a Cooperstown. Ken Boyer, Graig Nettles, Bill Madlock, Buddy Bell y Ron Cey. Y como hizo Jones este jueves, señaló al pelotero de la actualidad, Adrian Beltré, como un obvio inquilino del Salón de la Fama
“Ha sido considerado por encima de mí en términos de el más grande de todos los tiempos”, dijo Schmidt de Beltré, quien tiene cinco guantes de oro. “No sé cuantos se necesitan, si se es un tercera base guante de oro con 3000 imparables, y además él está cerca de los 500 jonrones, me rebasará”.
Solo Robinson ha participado en más juegos en tercera base que Beltré, quien nunca ha pasado un día en primera base, como George Brett, Wade Boggs y hasta Alex Rodríguez (quien actuó en la mayoría de sus juegos como campocoeto).
Schmidt jugó en primera base, en 1985, cuando los Filis probaron al novato Rick Schu en tercera base. Un primera base permanece más involucrado en la acción que un tercera base, dijo Schmidt, sin la demanda física de la mitad del cuadro.
“Hay que hablar con los bateadores rivales cuando estos llegan allí, hay que cuidar a los corredores, salirse de la base”, dijo él. “Era como si estuviera en tercera base, con más diversión, porque había mucha más responsabilidad con el beisbol. Así que eso fue fácil. Me gustó mucho esa posición”.
Sin embargo, su estadía en primera base fue breve, Schmidt regresó a la antesala en 1986 y ganó su tercer premio al jugador más valioso de la Liga Nacional. Tenía 36 años y acreditó a Pat Croce, un fisioterapeuta quien luego fue presidente de los 76ers de Filadelfia, por ayudarlo a permanecer ágil hasta casi los cuarenta años de edad, a pesar de los problemas con las rodillas.
Jones tuvo sus propios problemas de rodillas cerca del final de su carrera, pero aún sigue séptimo en juegos vitalicios como tercera base. Al preguntarle como lo hizo, Jones rió y dijo, “Fui bendecido”. A la cosecha actual de terceras base estrellas, Nolan Arenado, Kris Bryant, Josh Donaldson, Evan Longoria, Manny Machado, Anthony Rendon, solo le queda esperar ser tan afortunada.
“Tal vez”, dijo Schmidt, “los peloteros más grandes del juego en la actualidad son terceras base”.
Podría estar en lo correcto, y Schmidt, Jones y otros en su mayoría de edad podrían tener mucha compañía en la tercera base del equipo de Cooperstown. Pero por el momento es el grupo más pequeño, y la razón sigue siendo un misterio.
Para conseguir la mejor respuesta, quizás se debería consultar a Abbott y Costello. En su famosa rutina de “¿Quién juega en primera base?”, tenían un nombre fijo para el tercera base:
Yo no sé.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Oscar Gamble, Bateador de Poder con Cabello Prodigioso, fallece a los 68 años de edad
Richard Sandomir. The New York Times. 31-01-2018.
Oscar Gamble, un bateador de poder por casi dos décadas en las ligas mayores quien erea reconocido instantáneamente en la década de 1970 por su impresionante afro, el cual emergía como orejeras gigantes desde debajo de su gorra, falleció este miércoles en Birmingham, Ala.
Su esposa, Lovell Woods Gamble, dijo que la causa fue carcinoma ameloblástico, un tumor raro en la mandíbula. Gamble, quien falleció en un hospital, vivía en Montgomery, Ala.
Gamble jugó para siete equipos en 17 temporadas, empezando con los Cachorros de Chicago. Los Cachorros lo cambiaron a los Filis de Filadelfia, quienes lo enviaron a los Indios de Cleveland, donde empezó a mostrar el poder que lo convirtió en una amenaza ofensiva. Un bateador zurdo quien regularmente enfrentaba pitchers derechos, Gamble largó 54 jonrones en tres temporadas para Cleveland.
Llegó al campo de entrenamientos primaverales de los Indios en 1973, llevaba un afro, lo cual lo colocaba al lado de Julius Erving y Darnell Hillman, estrellas de grandes cabelleras de la American Basketball Asociation. Esa era una apariencia natural entre los negros de esa época, a veces asociada con el movimiento poder negro, pero inusual para el mundo conservador de Major League Baseball.
“Las personas miraban mi cabello y pensaban que era un tipo malo”, le dijo Gamble a The Sporting News en 1979. “Había algunos periodistas que no hablaban conmigo. Pensaban que yo era un militante por mi barba y mi cabello”.
Gamble se cortó el cabello antes de la temporada de 1973 (bromeó con que había rebajado un kilogramo y varias tallas de gorra), pero el cabello corto no duró mucho. Su afro de doce pulgadas de ancho, se convirtió en su marca personal.
“Mientras corría en los jardines del Municipal Stadium o apretaba el paso en las bases”, se escribió en un perfil de The Hardball Times en 2009, una página web de beisbol, “Gamble perdía frecuentemente su gorra y casco ante el viento; aun las tallas extra grandes de gorras no podían sostener la fricción del afro incontenible”.
Pero una persona fue capaz de pararlo: George Steinbrenner, el dueño principal de los Yanquis. Gamble fue cambiado a los Yanquis después de la temporada de 1975, y Mr. Steinbrenner demandaba que sus peloteros mantuvieran su cabello corto, una regla que se ajustaba a su afición por la disciplina militar. (Esa política continúa en los Yanquis de la actualidad).
“Fuia la oficina de Billy Martin el primer día del campamento y dije, ‘Disculpe, no hay uniforme en mi casillero’”, le dijo Gamble a The New York Times en 2005, refiriéndose al manager de los Yanquis. “Billy me miró y dijo: ’Hijo, tenemos reglas aquí. Necesitas un corte de cabello’”.
Le practicaron el corte una mañana dominical en un motel cercano a las instalaciones de entrenamiento primaveral de los Yanquis en Fort Lauderdale, Fla. El equipo le pagó 40 $ a un barbero para que fuese al motel en su día libre. Con ocho pulgadas menos de su afro, Gamble apenas se parecía a la fotografía de su barajita Topps de beisbol de 1976, la cual fue pintada para que pareciera que él aún tenía su gran afro.
Las barajitas se convirtieron en artículos de coleccionistas, y Gamble después las recibía por correo de los aficionados. “Firmaba esas barajitas todo el tiempo”, le dijo a The Daily News en 2008.
Gamble tuvo una temporada sin igual para los Yanquis en 1976 antes de ser cambiado a principios del año siguiente a los Medias Blancas de Chicago en una negociación que llevó al campocorto Bucky Dent al Bronx. Dent batearía un jonrón que ayudó a vencer a los Medias Rojas de Boston en un memorable juego de play off en Fenway Park en 1978.
Gamble tuvo su temporada más productiva en 1977, cuando bateó 31 jonrones y empujó 83 carreras con promedio de bateo de .297 con los Medias Blancas. Con su valor en alza, firmó un contrato de seis años por 2.85 millones de dólares con los Padres de San Diego (el equivalente a unos 12 millones de dólares en la actualidad).
Pero su poder se desvaneció hasta siete jonrones en 1978, los aficionados decepcionados lo abucheaban y lo llamaban “Ol’ 2.8”. Los Padres lo enviaron a los Rangers de Texas luego de una temporada.
A mediados de la temporada de 1979, los Rangers lo cambiaron de vuelta a los Yanquis. Aun, como jugador de reserva en Texas y luego en Nueva York, tuvo una gran temporada: En solo 274 turnos al bate, despachó 19 jonrones, empujó 64 carreras y bateó para .358.
Permaneció con los Yanquis hasta 1984. Un punto resaltante llegó durante la serie divisional de la Liga Americana en 1981, cuando bateó para .556 con dos jonrones, incluyendo uno durante la victoria del quinto juego sobre los Cerveceros de Milwaukee. Los Yanquis enfrentaron a los Dodgers de Los Angeles en la Serie Mundial, en la cual Gamble bateó dos imparables y empujó una carrera en la derrota de Nueva York ante los Dodgers en seis juegos.
Oscar charles Gamble nació el 20 de diciembre de 1949, en Ramer, Ala., a una 25 millas al sureste de Montgomery. Su padre, Sam, era aparcero, y su madre, Mamie Scott, era ama de casa. Empezó a jugar beisbol semiprofesional para equipos locales cuando tenía 13 años de edad.
Luego de la escuela secundaria, fue drafteado por los Cachorros de Chicago en 1968; el renombrado scout, Buck O’Neill, antiguo jugador de las ligas negras y manager, había tenido la gran corazonada de que Oscar llegaría a las grandes ligas.
“Este muchacho es el prospecto más grande que he firmado desde Ernie Banks”, le dijo O`Neill a The Associated Press en 1969, en referencia al primera base inquilino del Salón de la Fama de los Cachorros.
Gamble jugó brevemente con los Cachorros en 1969 antes de empezar su patético viaje por las ligas mayores.
Además de su esposa, le sobreviven su hija Sheena Maureen Gamble, y sus hijos Sean y Shane, todos de su primer matrimonio; sus hijas Kalani Lee y Kylah Lee Gamble, ambas de su segundo matrimonio; dos hermanas, Annette Connors y Bettye Snead; y cuatro nietos. Su matrimonio previo, con Juanita Kenner, terminó en divorcio.
Gamble tuvo una segunda estadía con los Medias Blancas antes de retirarse en 1985. Los años posteriores ha trabajado como agente de peloteros y entrenador. Fue ingresado al Alabama Sports Hall of Fame en 2016.
Aun con el cabello corto obligado por Steinbrenner, y el corte al rape que uso en sus últimos años, Gamble no pudo escapar de su famoso afro.
“Me gustaba, pero parece que me causaba una mala reputación”, le dijo al Sporting News en una entrevista. Pero agregó: “Estoy muy contento. Nunca trato de ofender a nadie”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Nota del traductor: Oscar Gamble jugó con las Águilas del Zulia en las temporadas 1972-73 y 1973-74.
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