viernes, 8 de mayo de 2015

Hablando de pelota con el autor de Gil Hodges: Una Vida de Salón de la Fama

Bruce Markusen. 15-04-2015 Uno de los mejores libros de beisbol nuevos de esta primavera es la biografía de Gil Hodges por Mort Zachter, sin discusión la mejor narrativa publicada sobre el antíguo primera base de los Dodgers de Brooklyn. Como dijo Jim Burns de Library Journal en su revisión de Gil Hodges: Una Vida de Salón de la Fama, “Zachter presenta un exhaustivo recuento de la vida de Hodges, profusamente documentado pero altamente leible…Los aficionados quienes recuerdan a los vagos de Brooklyn y a los milagrosos Mets harán de este libro una lectura obligada”. Si eres un seguidor del trabajo de Hodges con los Dodgers o de su estadía de cuatro años como manager de los Mets de Nueva York, encontrarás mucho material que revisar en la biografía de Zachter. Profusamente detallado y altamente recomendado, el libro explora a Hodges desde muchos ángulos, incluyendo un examen de los factores que desembocaron en su muerte prematura la primavera de 1972. A finales de marzo, entrevisté a Zachter en referencia al libro, cubrimos tópicos desde la segunda guerra mundial hasta los esfuerzos del autor por entrevistar a la viuda de Hodges, Joan. Markusen: Gil Hodges perdió dos temporadas completas sirviendo en la marina durante la segunda guerra mundial. ¿Piensas que habría pasado esas dos temporadas en Brooklyn, o habría regresado a las ligas menores? Zachter: Él probablemente habría ido a las ligas menores. Si, pienso que habría estado en las menores. Si la guerra no hubiese ocurrido y no hubiese existido la regla de los tres años (una vez que habían pasado tres años desde el momento cuando un veterano militar había sido puesto en el roster por primera vez, no podía ser regresado a las ligas menores sin pasar por waivers), entonces probablemente él habría ido de vuelta a las menores. Con la regla de los tres años para los jugadores en servicio militar, ellos solo podían mantenerlo en las menores por otra temporada después de la guerra. La regla de los tres año era un instrumento para proteger a los jugadores quienes habían jugado en las mayores antes de la guerra. Si los Dodgers hubieran tenido un cátcher de confianza en 1944 (lo tenían en Mickey Owen), no habrían mantenido a Hodges en la banca. LO hubieran querido desarrollándose en las ligas menores. Él era muy valioso como bateador de poder para permanecer sentado en la banca como tercer cátcher y no jugar. Tenía un swing muy rápido y podía atacar cualquier pelota en la esquina de adentro. Él sacrificó su promedio de bateo para cumplir la tarea que los Dodgers le asignaron, halar la pelota y empujar carreras con poder. Sin esa situación, la guerra y la regla de los tres años, Hodges habría ido a las menores, probablemente por otra temporada. Si no hubiera una guerra, él probablemente habría tenido dos temporadas adicionales en las Grandes Ligas, 1945 y 1946. Por supuesto, todo es una conjetura. Markusen: ¿Cuan difícil piensas que fue para Hodges hacer la transición desde cátcher hacia primera base? Zachter: Debido a que estaba motivado a estar en las Grandes Ligas, y él era un atleta increíble, un baloncetista, esto fue retador, pero no era algo que no pudiera hacer. En una era más moderna, en el caso de Mike Piazza (a quien le pidieron moverse a primera base), el fue un cátcher toda su carrera, y no estoy seguro que él fuese el atleta completo que era Hodges. Hodges fue un atleta multideportivo. Jugó baloncesto y también fue estrella de pista y campo; hizo lanzamiento de bala. Algunos dicen que era el mejor atleta de los Dodgers, quizás mejor que Jackie Robinson. Hodges era muy rápido de pies. Podía anticipar los toques por primera base. También era increíblemente adepto a los aspectos mentales del juego. Era inteligente para el beisbol. Markusen: Uno de los pocos peloteros quien criticó a Hodges fue su compañero de equipo Dick Williams, quién se quejaba de que Hodges y otros veteranos de los Dodgers se aislaban de los novatos en Brooklyn. ¿Cómo reconcilias esa visión con la percepción de Hodges como uno de los líderes de los Dodgers? Zachter: Pienso en el caso de Dick Williams, él estaba en el roster de Grandes Ligas debido a una regla similar a la de los tres años que afectó la carrera de Hodges. Williams tenía que estar en el equipo debido a una regla similar luego de la guerra de Corea. Los jugadores de los Dodgers sabían eso. Sabían que una temporada se podía reducir a una jugada o un juego. Pienso que había resentimiento hacia personas como Williams, quienes estaban en el equipo y no deberían haber estado. Sandy Koufax, quién era un novato con bono, dijo que lo afectó algo similar, como le ocurrió a Williams. Para otros peloteros jóvenes como Don Drysdale y Bob Aspromonte, quienes merecían indiscutiblemente estar en el equipo, Hodges fue muy receptivo con ellos. Hodges era grande en la apreciación de todos los 25 puestos del roster y se aseguraba de utilizar a todos esos peloteros. Eso se convertiría en una de sus filosofías como manager. Pero aún como pelotero, el valoraba cada puesto del roster. Y si el pensaba que no pertenecías, podría existir algún resentimiento. Basicamente, Williams no era para nada el tipo de pelotero que le gustaba a Hodges. Algunas personas gustan de otras personas, y algunas no. Había un choque. Markusen: Como manager, Hodges parecía haber encaminado a los Senadores de Washington en la dirección correcta como franquicia. ¿Te sorprende que lo hayan dejado ir, aun cuando recibieron alguna compensación? Zachter: Por lo que leí e investigué, esa fue una situación relacionada a los 100000 $ que pendían sobre ellos. Los Senadores no era un equipo bien financiado, y enecesitaban el dinero. Hodges tenía una buena relación con el gerente general George Selkirk. Le agradaba a Selkirk, pero este sabía que Hodges quería regresar a Nueva York con su familia. Inicialmente, Hodges quería completar el contrato. Era un profesional y veía el progreso que había logrado en Washington. Profesionalmente sabía lo que había hecho en Washington, y no sabía lo que ocurriría en Nueva York. Pero llegó la oportunidad. Selkirk dijo que había varios equipos interesados en Hodges. Era reconocido como uno de los mejores managers del beisbol. Varios peloteros, incluyendo a Dave Baldwin, dijeron que el hombre que suplantó a Hodges, Jim Lemon, era un manager terrible. Los peloteros notaron que extrañaban a Hodges, quién era particularmente bueno con los pitchers. Era el manager perfecto para un equipo joven como los Senadores. Si un pelotero joven estaba dispuesto a trabajar duro, Hodges le dedicaba el tiempo para trabajar con él para mejorar. Se necesita de mucho para ser el manager. Frank Howard quizás dio lo mejor. Cuando diriges un equipo difícil, es cuando de verdad tienes que dirigir. Hodges trabajaba duro en Washington. Maximizó los resultados de aquellos equipos inferiores de los Senadores. Markusen: Acerca del famoso incidente del 30 de julio de 1969, cuando Hodges se fue hacia el jardín izquierdo y sacó a Cleon James del juego por no fajarse. Jones siempre ha dicho que estaba jugando con un tobillo adolorido. ¿Quién crees que estaba en lo correcto? Zachter. La palabra “correcto” puede tener significados diferentes. En un sentido, ambos estaban equivocados. Si Jones estaba lesionado, debió haberlo dicho y salirse del juego desde el comienzo. Luego de tomar la pelota, hasta el tiro que hizo al infield fue descrito como un globo. Él no hizo el esfuerzo que Hodges esperaba. Eso causó que Hodges rompiera una de las leyes cardinales de la dirección de un equipo. No se debe avergonzar o dejar en evidencia a los peloteros. Cuando él criticaba a los peloteros, lo hacía en la privacidad de su oficina. Hasta con una mirada, él podía reprimir al pelotero. Ambos cometieron falta. Jones no hizo el esfuerzo al 100%. Pienso que Hosges pudo haber manejado la situación sin salir al campo. Esa fue realmente una excepción respecto a la forma como usualmente él se comportaba. No se pudo contener. Markusen: ¿Cómo catalogarías la actuación de Hodges como manager en 1969? ¿Es justo decir que esa fue la demostración más grande de cómo dirigir un equipo en la historia moderna? Zachter: Diría que ese tiene que ser uno de los grandes logros en la dirección de un equipo de beisbol. Hodges fue el maestro de lo psicológico y lo pragmático. Era un maestro para conocer el momento preciso para dar una charla motivacional a los jugadores. Las personas piensan que el incidente de Jones fue el punto de partida, pero tuvieron marca de 7-8 en sus próximos 15 juegos. El verdadero punto de partida llegó después. Era 13 de agosto, los Mets estaban listos para tomar un largo viaje desde Houston, donde habían perdido tres juegos seguidos. Hodges cerró la puerta del clubhouse y les dejó saber a los peloteros todo lo que sentía. Los fustigó. De acuerdo a Don Clendenon, fue una real “patada en el trasero”. El equipo respondió ganando nueve de sus próximos 10 juegos (y 12 de 13) Más adelante en su carrera, Jon Matlack dijo que Hodges fue el mejor manager de los últimos tres innings a quién vio dirigir. Era muy buena en la dirección del juego. Una de las mejores entrevistas que hice fue con Claude Osteen, quién jugara para Hodges con los Senadores. En 1970, Osteen estaba con los Dodgers. En el Juego de las Estrellas de 1970, Hodges pudo haber elegido a Hoy Wilhelm. Pero sabía que Osteen lo podía hacer, lo había entrenado, y confiaba en él. Hodges lo llamó y Osteen pitcheó tres innings en blanco para terminar el juego. Markusen: No quiero que esto suene incómodo, pero ¿piensas que Hodges y los Mets debieron prevenir el ataque cardíaco de 1972, dada su historia de fumador y su ataque cardíaco previo? En retrospectiva, ¿debieron ellos haber hecho algo diferente, en términos de la manera como manejaron su salud? Zachter. Ellos hicieron ciertas concesiones por su salud luego de su primer ataque cardíaco en 1968. Si terminaban una serie con un juego nocturno, no viajaban esa noche; esperaban hasta el próximo día de manera que Hodges pudiera descansar. Ellos, tampoco le permitían lanzar práctica de bateo. Entrevisté al que fue su doctor desde 1968; él falleció este pasado invierno. Me dijo que en aquel entonces no había mucho que pudieran hacer. En tiempos más modernos, una cirugía de corazón o un stent habrían sido una opción. Nadie de la gerencia iba a decirle que se lo tomara con calma; él era muy independiente. Nadie le habría dicho que hacer. No sé que más podrían haber hecho. Markusen: Estoy fascinado por la relación de Hodges con Tom Seaver. Ellos solo tuvieron una pocas conversaciones largas, pero Seaver siempre ha declarado que Hodges fue el mejor manager que tuvo. Zachter: A grandes rasgos, Hodges de alguna manera dirigía a través del miedo que inspiraba en sus peloteros. Era físicamente intimidante, un tipo alto y fuerte, que cuando se molestaba, lo hacía con mucha intensidad. Parte de la manera como dirigía estaba relacionada con mantenerse poco amigable con los peloteros. Estoy seguro de que eso era intencional. Él había sido entrenado por los militares; quería mantener distancia, porque sabía que en cualquier momento tendría que prescindir de un pelotero o cambiarlo. En el caso de Seaver, ellos solo hablaron de beisbol una media docena de veces . Aquí está otro ejemplo. Ralph Kiner, quién empezó a narrar juegos de los Mets en 1962, conocía a Hodges desde que eran peloteros activos. Y él todavía narraba juegos en 1968 cuando Hodges regresó a Nueva York. Kiner nunca salió a cenar con Hodges. Gil también mantenía su distancia con los narradores. El tenía un círculo de allegados cerrado, sus coaches, incluyendo a Joe Pignatano y Rube Walker. Como lo dijera Dave Baldwin, si le oías algo a Walker, era como si lo oyeras del propio Hodges. Por una parte, Hodges era un tipo muy agradable, muy bueno con los niños y los aficionados, amable con los reporteros. Pero por otro lado, era muy reservado. No era un gran conversador. El propio tipo tranquilo. Markusen: Pregunta final para Mort Zachter. La viuda de Hodges, Joan, prefirió no hablar con usted para este proyecto de libro. ¿Tiene usted alguna idea de porqué ella le negaría una entrevista? Zachter: Mi parecer es que cuando conseguí el contrato en 2006 y la contacté por primera vez, nunca había publicado un libro. Ella probablemente sintió que yo no era el escritor que mereciera escribir sobre Gil. Esa es mi sospecha. Dos o tres años después, ella acordó trabajar con dos tipos veteranos, Danny Peary y Tom Clavin. Bruce Markusen es el gerente de Digital and Outreach Learning en el Salón de la Fama del beisbol. Él ha escrito siete libros de beisbol, incluyendo biografías de Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Ted Williams, y A Baseball Dynasty: Charlie Finley’s Swingin’ A’s, el cual fue premiado con la Medalla Seymour de SABR. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

martes, 5 de mayo de 2015

Elston Howard se convirtió en el Jackie Robinson de los Yanquis hace 60 años.

Elston Howard se unió a Mickey Mantle y todos los Yanquis blancos en 1955 y se convirtió en un pelotero legendario John Rosengren. Lunes 13-04-2015. El 13 de abril de 1955 fue un buen día para los Yanquis. Arrancaron su temporada triturando a los Senadores de Washington 19-1 en el Bronx. Mickey Mantle bateó tres imparables, incluyendo un vuelacercas; Yogi Berra también jonroneó; y Whitey Ford lanzó juego completo mientras permitía menos imparables (dos) que los que él bateó (tres más cuatro carreras empujadas). Pero el jugador más significativo de Nueva York ese día, nunca salió de la banca. A dos días de cumplirse ocho años exactos de que Jackie Robinson saltara la barrera racial delas Grandes Ligas, Elston Howard se convirtió en el primer pelotero afroamericano que vistió el uniforme rayado de los Yanquis. El retraso del equipo más popular y exitoso de Estados Unidos en la integración había generado todo tipo de cosas desde editoriales hasta artículos de advertencia, todo o cual había sido ignorado por la alta gerencia de Nueva York. En su libro, Baseball’s Great Experiment, el autor Jules Tygiel cita al gerente general George Weiss diciendo: “Los Yanquis no van a promover a un jugador negro al estadio simplemente para decir que tienen ese tipo de jugador. No vamos a caer en la presión de ciertos grupos sobre este tema”. Para ser honestos, el roster de Nueva Yolrk no tenía muchos huecos en aquellos años, era un equipo que había ganado seis Series Mundiales entre 1947 y 1954. Pero había ciertos puntos débiles que habrían podido ser mejorados si los Yanquis no hubieran sido tan lentos en aceptar la integración. El debut de Howard convirtió a Nueva York en el equipo 13 de 16 franquicias de Grandes Ligas para aquel entonces, en emplear a un pelotero afroamericano. Weiss previamente había dejado pasar oportunidades de firmar a Ernie Banks y Willie Mays, entre otros, los comentarios entre los allegados a los Yanquis sugerían que los prejuicios habían influido en mantener la alineación del equipo con puros peloteros blancos. En Baseball’s Great Experiment, el secretario de viajes Bill McCorry es citado hablando del entonces joven Mays de 19 años, “Ese muchacho no puede batear la curva” y luego, del éxito tempranero de Mays con los Gigantes, “No lo necesito a él ni ninguno de ellos. Ningún negro tendrá oportunidad en cualquier tren que esté manejando”. Como se recuerda en el libro de Roger Kahn, The Boys Of Summer, Weiss había dicho en 1952 que tener un jugador negro llevaría indeseables al estadio. “No queremos ese tipo de multitud”, dijo él. “Eso ofendería a los abonados de Westchester compartir asientos con negros”. El dinero fue otro factor que influyó en la resistencia de los Yanquis a la integración. En agosto de 1946, el entonces dueño y gerente general del equipo, Larry McPhail, dirigía un comité especial que le reportaba al nuevo comisionado Happy Chandler. El reporte decía en parte, “la relación de los peloteros negros, y la existencia de las Ligas Negras en el beisbol profesional es un verdadero problema”, en gran parte porque la integración de MLB podría causar la desaparición de las ligas negras. Eso, notó el comité de McPhail, le costaría a equipos como los Yanquis los casi 100000 $ que recaudaban anualmente por rentar el estadio a los Yanquis Negros, un equipo de las Ligas Negras. Sin embargo, a finales de 1953, Nueva York parecía listo para llamar a Vic Power, un puertorriqueño de piel oscura que estaba quemando la liga AAA, American Association, a punta de batazos. En lugar de eso, Weiss sorprendió a la prensa y aficionados al promover a Gus Triandos, un pelotero blanco, desde AA. “Parecía que la única ventaja que tenía Triandos era la circunstancia de no haber nacido negro”, escribió Joe Bostic en The New York Amsterdam News. Power era un fuerte bateador quien estaba en camino de ganar la corona de bateo de la American Association con .349 de promedio. Los Yanquis parecían más preocupados de sus citas con mujeres de piel clara, una convención común en su nativo Puerto Rico, pero que iba contra las costumbres estadounidenses de la época. Weiss cambió a Power a los Atléticos de Filadelfia ese invierno. “Tal vez el puede jugar, pero no para nosotros”, Weiss es citado en el libro de Kahn, The Era: 1947-57. “Él no tiene pudor y busca mujeres blancas. Power no es del tipo de los Yanquis”. La próxima primavera, Nueva York invitó a un jardinero de gran brazo llamado Elston Howard a su campamento, el equipo lo sorprendió con la idea de convertirlo en cátcher. Los Yanquis ya tenían a un cátcher indómito en Berra, quien esa temporada ganaría su segundo de tres premios al jugador mas valioso de la Liga Americana. Los teóricos de la conspiración dijeron que esto era una treta del equipo para sumergir a Howard en su sistema de granjas, de hecho Nueva York lo asignó a AAA. El afroamericano de Baltimore, Sam Lacy caracterizó a Howard como una “víctima” y lo citó quejándose por el tratamiento recibido. Howard negó la cita y declaró, “Yo debería golpear a ese tipo en la cabeza”. Howard dio su declaración más grande en el campo, donde ganó el premio al jugador más valioso de la liga ese verano, se ganó una promoción al Bronx para la temporada de 1955. Él hizo su debut en Grandes Ligas el 14 de abril en Boston, entró a jugar en el jardín izquierdo en el cierre del sexto inning. Hizo su primera y única aparición del día en el plato en el octavo inning, conectó una línea sólida imparable al jardín central para remolcar a Mantle, aunque Nueva York perdió 8-4. Howard no empezó un juego hasta el 28 de abril, cuando bateó de 5-3 con dos carreras anotadas y dos empujadas en una victoria 11-4 sobre Kansas City. Jugó 97 encuentros en toda la temporada, terminó con promedio de .290, 10 jonrones y 43 carreras empujadas y ayudó a los Yanquis a llegar a la Serie Mundial. Allí participó en los siete juegos del clásico de otoño, bateó un jonrón en el primer juego, pero sólo bateó .192 y entregó el último out en la derrota en siete juegos de Nueva York ante los Dodgers. En su momento, Howard se convertiría en una estrella. Ganó el premio al jugador más valioso de la Liga Americana en 1963, ayudó a los yanquis a ganar nueve banderines y cuatro Series Mundiales y su número 32 fue retirado en 1984. Pero el prejuicio que enfrentó no terminó con su promoción a las Grandes Ligas. Su manager Casey Stengel, es citado en la biografía de Robert Creamer, Stengel, llamando a Howard “negro” y “bolaocho”. Sin embargo varios compañeros de Howard, le dieron la bienvenida al novato. Moose Skowron lo fue a buscar a la estación del tren; Hank Bauer lo invitó a compartir con otros peloteros en el comedor del hotel; Berra y Phil Rizzuto socializaron con él. Quizás la señal más notable de su aceptación llegó un mes después de su debut- El 14 de mayo, él fue a batear en el cierre del noveno iknning con dos outs, dos hombres en base y los Yanquis perdiendo 6-5. Howard descargó un triple a la izquierda para impulsar a Joe Collins y Mantle, y así darle la victoria a Nueva York 7-6. Cuando Howard llegó al clubhouse, encontró que Collins y Mantles habían desplegado una alfombra honoraria de toallas blancas desde su casillero hasta la ducha. Se había convertido oficialmente en uno de ellos. John Rosengren es un laureado autor de ocho libros. El más reciente es The Fight of their Lives: How Juan Marichal and John Roseboro Turned Baseball’s Ugliest Brawl into a Story of Forgiveness and Redemption. (La Pelea de sus vidas: Como Juan Marichal y John Roseboro convirtieron la golpiza más fea del Beisbol en una Historia de Disculpa y Redención). Traducción: Alfonso L. Tusa C.

lunes, 4 de mayo de 2015

Memorias agradables de las gradas de Wrigley Field

Terence Moore. MLB.com 07-03-2015 Imagínese a Fenway Park sin el monstruo verde. ¿Qué tal un rascacielos en vez del almacén que está detrás del jardín derecho en Camden Yards? Esas visiones no son tan impactantes como estas: La Estatua de la Libertad sin la dama de la antorcha, o nadie sentado en la silla del Lincoln Memorial, o nada en el monumento de Mount Rushmore. O la ausencia de las gradas en Wrigley Field. El asunto de las gradas es lo peor. Estoy prejuiciado como alguien quien a menudo alcanzaba el cielo en La Tierra al sentarse más allá de las paredes cubiertas de hiedra cuando era un joven aficionado de la zona norte de Chicago, y luego como periodista profesional.Dicho esto, aún cuando no sepa diferenciar un triple de un touchdown, debería saber que las gradas de Wrigley Field importan tanto como cualquier símbolo nacional o internacional de este lado del sol. Explicaré porque importan las gradas de Wrigley Field, pero lo haré solo luego de mencionar lo siguiente con un suspiro: Ellas no están más allí. Si, ellas regresarán, y lo harán como una espléndida combinación de lo viejo (la misma apariencia) y lo nuevo (más cómodas). Es sólo que por estos días han sido reemplazadas por polvo de construcción y maquinaria pesada. Fueron removidas luego de la temporada pasada como parte de una renovación del estadio de los Cachorros que ha permanecido en la esquina de Addison y Clark por más de un siglo. Cuando se complete el trabajo en Wrigley Field, habrá pantallas de video por primera vez, y las gradas regresarán a sus sitios originales detrás de los jardines izquierdo, central y derecho. Por el momento no regresarán. Debido a las temperaturas más frías en el medio oeste por mucho tiempo, los retrasos en las labores de construcción han diferido la culminación de estos trabajos para después del juego inaugural de los Cachorros en casa el 5 de abril. Como resultado, las gradas de los jardines izquierdo y central están programadas para abrir a mediados de mayo, y las gradas del jardín derecho están proyectadas para funcionar a partir de junio. Ya extraño las gradas. Otros sienten igual, especialmente porque la última edición de las gradas de Wrigley Field se ha mantenido por 77 años, desde que la ordenara Philip K. Wrigley, el dueño del equipo para ese momento. Él hizo algo más. Dejó a Bill Veeck convertirse en Bill Veeck. Durante la primera pasantía de Veeck con los Cachorros, él hizo de todo desde vender boletos hasta trabajar en el mantenimiento del terreno de juego de Wrigley Field. Luego que se construyeran aquellas gradas en 1937, Veeck sembró hiedra en las paredes de los jardines, y el resto es historia conocida. Las gradas de Wrigley Field importan, porque tienen hiedra, hacen la versión de los Cachorros de la mantequilla de maní y la mermelada. O, ¿son esas gradas de mantequilla de maní y de mermelada la inmensa pizarra manual que se extiende en el jardín central? Esa pizarra fue otra de las ideas de Veeck, la instalaron dos años antes de las gradas. Ahora, décadas después, la pizarra y las gradas son consideradas un dueto. Piense en esto, no se puede separar la pizarra de las gradas debido a la hiedra. También hay que incluir a Waveland Avenue que está detrás del jardín izquierdo y Sheffield Avenue detrás del jardín derecho, junto a la brillantez del sol y la luna sobre los confines de Wrigley. Las estatuas de las estrellas de los Cachorros. Los bares deportivos. El tren “L”. Los sonidos del ógrano clásico. Los postes con banderas mostrando los numeros retirados de jugadores de los Cachorros. La constante interpretación de canciones de los Cachorros. La divertida celebración del séptimo inning. El viento, siempre el viento, soplando notoriamente hacia adentro o más notoriamente hacia afuera. Cierre sus ojos y ubíquese en un día perfecto de verano en Wrigley Field, y verá todo lo que he mencionado. Sobre todo, verá personas instaladas en las gradas. Verá a Ronnie “Woo Woo” Wickers antes que a nadie, pero primero lo oirá. Sus pulmones son legendarios. Desde finales de los años ’50, él ha liderado cánticos tan frecuentes y potentes desde las gradas de Wrigley Field que el National Bobblehead Museum decidió darle a los interesados la oportunidad de comprar bobbleheads de Woo Woo en su página web. Wickers es uno de los Bleachers Bums (Vagabundos de los Bleachers) originales, un grupo de leales quienes empezaron a apoyar en masa a los Cachorros en los años ’60, con su presencia y sus voces, de manera incondicional. Ellos fueron la inspiración de una obra de tatro que se convirtió en película. Ellos abrazaron a una franquicia que no ha ganado un campeonato de Serie Mundial desde 1908 o un banderín de la Liga Nacional desde 1945. Aún así, los Bleachers Bums siguen asistiendo, siguen animando, siguen la tradición que hicieron popular de lanzar al campo las pelotas de los jonrones rivales para crear una algarabía en todo el estadio. Así que las gradas de Wrigley Field importan por esos Bleachers Bums, pero también importan porque Babe Ruth una vez dirigió su jonrón anunciado de 1932 a un punto de las gradas del jardín central que fueron reemplazadas por las que fueron removidas el año pasado por las renovaciones. El jonrón 500 de Banks 12-05-1970: Ernie Banks batea el jonrón 500 de su carrera en Grandes Ligas. Las gradas de Wrigley Field importan debido al “Homer in the Gloamin” (“Jonrón al atardecer”) de Gabby Hartnett que aterrizó en las gradas del jardín derecho en 1938, a pocos metros de donde caería el jonrón 500 de Ernie Banks 32 años después. Las gradas de Wrigley Field importan debido a esos momentos icónicos entre los peloteros y los aficionados. Gary “Sarge” Matthews recibía el saludo de los muchachos de las gradas del jardín izquierdo cada vez que tomaba su puesto. Andre Dawson recibía una reverencia de todos en las gradas del jardín derecho luego de trotar hacia su posición.. También estaba Sammy Sosa, quién corría hacia su posición en la derecha mientras levantaba la mano hacia aquellos que gritaban su nombre en los bleachers del jardín derecho. Principalmente, las gradas del Wrigley Field importan, porque sin ellas, abril cumpliría las palabras del poeta T.S. Eliot… Abril es el más cruel de los meses. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

Kirk Gibson el héroe de Serie Mundial, diagnosticado con enfermedad de Parkinson

29-04-2015. Associated Press. Detroit.- El jugador más valioso de la Liga nacional en 1988 reveló la noticia este martes 28 de abril en una declaración transmitida por Fox Sports Detroit. “He enfrentado diferentes obstáculos en mi vida, y siempre he mantenido la convicción de que a pesar de las circunstancias, yo podría superarlos”, dijo Gibson. “Este diagnóstico significa un nuevo reto para mí, me mantendré fiel a mis creencias. Con el apoyo de mi familia y amigos, recibiré este reto con la misma determinación e intensidad que he mostrado en toda mi vida. Espero regresar al estadio tan pronto como sea posible”. Gibson de 57 años fue despedido en septiembre de su cargo de manager de los cascabeles de Arizona luego de poco más de cuatro temporadas. Él ahora comenta los juegos de los Tigres de Detroit en Fox Sports Detroit, pero Gibson no ha estado en la cabina de transmisión desde el día inaugural (6 de abril) debido a que se ha stado haciendo exámenes médicos. Gibson fue protagonista de uno de los momentos más memorables de la historia del beisbol con su jonrón como emergente en el noveno inning del primer juego de la Serie Mundial de 1988 mientras jugaba con los Dodgers.Él también ganó un campeonato en 1984 con los Tigres, donde jugó 12 de sus 17 temporadas de Grandes Ligas. “Fue muy duro para nosotros”, dijo el presidente de los Cascabeles Derrick Hall antes del juego de Arizona en casa contra Colorado. “Gibby significa mucho para esta organización. Él tuvo un par de años maravillosos aquí como manager y siempre será parte de esta familia”. Hall promovió a Gibson de coach de banca a manager durante la temporada de 2010. “Deben ser noticias devastadoras para él como lo son para nosotros”, dijo Hall. “Pero él tiene a su familia y amigos para que lo apoyen y especialmente aquí están los Cascabeles”. El antíguo compañero de los Dodgers, MikE Scioscia, el manager de los Angelinos, llamó a este un “día triste”. “Él siempre ha sido un competidor y sé que nunca se rendirá”, dijo Scioscia. “Oir que ahora su batalla es contra la enfermedad de Parkinson, es muy triste. Sé que va a dar todo lo que tiene y se mantendrá intentándolo hasta regresar al estadio. Eso es lo que el ama. Él ama estar en el estadio”. Los Tigres publicaron una declaración deseándole a Gibson lo mejor y esperan que esté de vuelta en el estadio pronto. “Él es una tremenda persona, siempre ha sido grande para mí.Uno de los competidores más fieros que haya visto. Esto es muy duro para él y su familia”, dijo el manager de Detroit, Brad Ausmus. “No me imagino a Kirk Gibson doblegándose y gateando hacia una esquina. Pienso que eso no está en su ADN”. La enfermedad de Parkinson es un desorden progresivo que afecta el sistema nervioso. Entre las figuras famosas que sufren la enfermedad se encuentran Muhammad Ali y el actor Michael J. Fox. El antíguo grande liga Dave Parker reveló en 2013 que batallaba con la enfermedad de Parkinson. “Eso es mujy duro. Conozco a Kirk”, dijo el manager de los Piratas de Pittsburgh, Clint Hurdle antes del juego de los filibusteros en Chicago. “Conozco a Kirk desde que jugábamos en ligas menores. Él siempre ha estado listo para los retos. Nunca quieres ver a nadie enfrentar este tipo de reto…Que competidor. Que buen hombre. Buen hombre en el juego. Buen hombre en la vida…Iré a visitarlo”. Chip Hale, el manager de los Cascabeles fue el coach de tercera base de Arizona cuando Gibson era el coach de banca. Hale dijo que aprendió mucho de Gibson y compartió buenos momentos y conversaciones con su amigo. “Él atacará esto con el mismo fervor que siempre ha tenido”, dijo Hale. “Todos deseamos que se mejore…Es duro cuando oyes de esto”. Los jugadores de los cascabeles expresaron sus sentimientos via Twitter. El pitcher Daniel Hudson tuiteó que estaba “devastado de saber lo que le ocurría a Gibby”. Si él pone la mitad de la tenacidad que llevaba al estadio en esta batalla, pienso que saldrá con bien de esto”. El pitcher Brad Ziegler tuiteó que está rezando por Gibson. El entrenador de futbol americano de Michigan, Jim Harbaugh también tuiteó acerca de Gibson, e hizo referencia a un juego de futbol donde Gibson jugó para Michigan State en Michigan. “Mis pensamientos están con Kirk Gibson y su batalla contra la enfermedad de Parkinson”, tuiteó Harbaugh. “¡Recordamos y respetamos su gran actuación de 1978 en la Big House!” Traducción: Alfonso L. Tusa C.

Jim Fanning fallece a los 87 años; levantó el beisbol en Canadá con los Expos.

The Associated Press. 26-04-2015. Jim Fanning el ejecutivo por mucho tiempo de los Expos de Montreal, quién dirigió a la franquicia a su única aparición de playoff en Canadá, ha muerto. Su muerte fue confirmada el sábado25 de abril por los Azulejos de Toronto, para quienes él había trabajado como embajador en el beisbol amateur. El equipo no dijo donde o cuando falleció. Mr. Fanning fue el primer gerente general de los Expos. Empleado en 1968, un año antes de la primera temporada del equipo, pasó 25 años con la franquicia en varios cargos. En 2005, los Expos se mudaron a Washington y se convirtieron en Nacionales. Hacia finales de la temporada de 1981, Mr. Fanning, quién estaba a cargo del sistema de granjas de los Expos, reemplazó a Dick Williams como manager. “Cuando asumí el cargo, no le dí una charla informal al equipo porque no sabía como”, le dijo a The New York Times ese octubre. “Les di una charla situacional. Les dije que teníamos 27 días para ganar. Debido a que una huelga de peloteros interrumpió la temporada y no hubo juegos desde principios de junio hasta comienzos de agosto, ese año los equipos con los mejores desempeños en la primera y segunda mitad de cada división, se enfrentaron en series de playoff. Los Expos terminaron con el mejor desempeño de la segunda mitad en la división este de la Liga Nacional y vencieron a los Filis de Filadelfia en cinco juego, pero luego perdieron la serie de cinco juegos por el campeonato de la Liga Nacional ante los Dodgers de Los Angeles, quienes vencieron a los Yanquis de Nueva York en la Serie Mundial. Fue la única aparición de los Expos en postemporada antes de mudarse a Washington. Mr. Fanning permaneció como manager de los Expos hasta la temporada de 1982 y volvió a dirigir al equipo brevemente cuando Bill Virdon fue cesanteado cerca del final de la temporada de 1984. Luego regresó a la oficina. Su record general como manager fue 116-103. William James Fanning nació en Chicago el 14 de septiembre de 1927 y asistió a la escuela secundaria en Moneta, Iowa. Jugó beisbol universitario en Buena Vista en Iowa y la University of Illinois. Él fue un cátcher de reserva de los Cachorros de Chicago desde 1954 hasta 1957, bateó .170 con cinco carreras empujadas en 64 juegos. Luego dirigió en las ligas menores antes de llegar a la oficina de los Bravos de Milwaukee y permaneció con los Bravos cuando se mudaron a Atlanta. Entre sus sobrevivientes está su esposa, Maria; un hijo, Frank; y una hija, Cynthia. Un residente de London, Ontario, Mr. Fanning se hizo ciudadano canadiense en 2012. “Jim Fanning fue un pionero del beisbol en este país”, dijo Scott Crawford, director de operaciones del Salón de la Fama del Beisbol Canadiense, donde fue inducido en 2000. “Sin sus incansables esfuerzos podría no haber beisbol de Grandes Ligas en Canadá”. Traducción: Alfonso L. Tusa C. Jim Fanning jugó en la Liga Occidental venezolana en la temporada 1957-58 con Pastora. En 42 juegos, 163 turnos al bate, 28 carreras anotada, 52 imparables, 11 dobles, 1 triple, 3 jonrones, 23 carreras empujadas, 1 base robada, .319 de promedio. Defendió la receptoría.