jueves, 10 de octubre de 2013

Tres…dos…uno… ¡Rombo y esférica!

Las 118 costuras centrifugarán con más vértigo que en los play offs y la Serie Mundial de Grandes Ligas. Ecos de una noche decembrina de 1968 traen la celebración de mis hermanos. La voz ebullente de Delio Amado León sacudía la tela blanca de las cornetas. El radio de tubos dominaba la escena del comedor. “La bola se va, se va, se va…joooooonróoooooon de Clarence Gaston. Magallanes deja en el terreno al Caracas. ¡Que momento tan emotivo señores, se puede sentir el latido cardíaco de los aficionados! Es una emoción que sólo se puede vivir en un juego de béisbol…” Ahora esperamos el vuelo de la esférica ante el inicio de una nueva temporada de béisbol profesional venezolano. Quizás un poco afectada por la ausencia del Winter Agreement que impide hasta el momento, la participación de todos los peloteros en roster de 40 de los 30 equipos de la Gran Carpa. Aún así, los equipos se las han ingeniado para diseñar sus equipos y mantener la esperanza de garantizar la competitividad del campeonato. Una etapa más en el largo camino de obstáculos que MLB ha venido incrementando en los últimos años con respecto a las ligas del Caribe. Hay quienes piensan que en los próximos días habrá acuerdo y los peloteros inhabilitados podrán jugar. Mientras tanto hay razones para pensar que habrá buen béisbol, a pesar de la ausencia de mucho del talento emergente venezolano. La tendencia en los últimos torneos es que esos peloteros cada vez juegan menos partidos y quienes terminan animando la parte decisiva de las temporadas son los mismos peloteros de ligas independientes, agentes libres, jugadores que se recuperan de lesiones. Son incontables los episodios de la historia cuando por diferentes razones el pelotero que debió suplantar al titular resultó tan bueno o mejor. Ahí están Wally Pip y Lou Gehrig, Humberto Pipita Leal y Luis Camaleón García. Es muy probable que en estas primeras de cambio de la 2013-14 varios peloteros asuman protagonismos dificiles de apagar, aún cuando lleguen después los peloteros de roster de 40. Ese será otro reto que pondrá más sabor a un evento que tantos momentos intensos ha proporcionado a sus seguidores. De hecho hay equipos que sin sus peloteros de roster de 40, presentan rostros respetables. ¿Quién sabe si Carlos Pérez se adueña de la receptoría caraquista? ¿O si Bob Abreu desbanca a alguno de los jardineros importados? Magallanes presentará una alineación casi completa, quizás se puedan colar Francisco Martínez y Reegie Corona se mantenga en la intermedia ante el impedimento de Rougned Odor y Wilfredo Tovar. En La Guaira Luis Sardiñas y Miguel González podrían convertirse en un agradable dolor de cabeza si están dando la talla cuando autoricen a jugar a Ehire Adrianza y Salvador Pérez. La LVBP presenta un manto de peculiaridades que quizás permita entender mejor temas de actualidad como la sabermetría, un recurso muy a tener cuenta en la conformación de cualquier equipo de béisbol, sin embargo la verdad absoluta pertenece a muchos conceptos, ideas y lugares equilibrados mediante un sin fin de circunstancias que evolucionan en una dinámica incandescente. De allí que cuando un pelotero debe partir en algún momento de la temporada, por más sabermetría que se aplique, existe un factor determinante, la actitud, la capacidad de adaptación y ajuste en un ambiente nuevo y ante contrincantes que se ajustaran a su vez de acuerdo a las fortalezas de cada quién. Es un gran reto detallar las costuras de la pelota a 140 km/h, tal vez similar al de apagarle el radio a mis hermanos aquella noche del jonrón de Gaston, tanto que una vez incrustados en la esencia del juego, resulta vertiginoso, como transcurren los días entre octubre y enero. Alfonso L. Tusa C.

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