viernes, 28 de marzo de 2014

Un jardinero de los Cascabeles de Arizona que lanza strikes.

Un jardinero de los Cascabeles de Arizona que lanza strikes. Tyler Kepner. The New York Times. 17-02-2014. Scottsdale, Ariz.- Los Cascabeles de Arizona tuvieron una práctica corta el lunes, justo lo suficiente para sudar antes de regresar a su clubhouse antes de las 11 am. Era el día de jugar a la guerra con esferas plásticas coloreadas, los Cascabeles se pusieron un uniforme de camuflaje y salieron a hacer un ejercicio en equipo, en el cual tratarían de imitar esencialmente a Gerardo Parra. Parra, su sublime jardinero derecho, dispara pelotas de beisbol, no esferas plásticas, con una fuerza y precisión extraordinarias. En 2013, Parra tuvo la mejor temporada defensiva que haya tenido un jardinero derecho, tiene un brazo izquierdo envidiable. "Cada vez que hace un lanzamiento, me sorprende, me paraliza", dijo J. Pollock, el jardinero central de los Cascabeles. "Es una actitud diferente a la que le haya visto a otro jardinero. El quiere que los corredores sigan. Los reta a que se vayan. Es tan rápido y preciso, él es como un shortstop a 300 pies de distancia". El guante y el brazo de Parra son tan reconocidos que parecía casi fuera de lugar con un bate en su mano la mañana del lunes, en un pasillo del clubhouse. Un compañero pasó por ahí, tocó el bate y le preguntó a Parra si sabía como usarlo. Otro lo llamó Billy Wagner, en referencia al cerrador retirado que lanzaba a 100 millas por hora. Parra desestimó la comparación, más por precisión que por modestia. Parra nunca podría lanzar 100 millas. Dijo que era más como el dos veces ganador del premio Cy Young Johan Santana. “Yo era pitcher antes de firmar”, dijo Parra. “Cuando firmé con los Cascabeles, lanzaba 92, 93 millas. Pero me gusta más la defensiva, me gusta jugar todos los días”. Parra, 26, puede batear lo suficientemente bien; la temporada pasada conectó para .268, con 43 dobles, 10 jonrones y 48 carreras empujadas. Pero históricamente, se distingue por su desempeño al campo. De acuerdo al sitio web de Baseball Reference, el cuatro en WAR defensivo( número de victorias adicionales que los Cascabeles consiguieron por el desempeño defensivo en referencia a las victorias que se hubieran logrado si el pelotero hubiese sido suplantado por un jugador de nivel) que logró Parra la temporada pasada fue el máximo para un jardinero derecho en una base de datos que se extiende por más de 100 años. Wilson lo nombró jugador defensivo de la Liga Nacional del año, y Rawlings le dio su segundo guante de oro. “Su brazo es un modificador del juego”, dijo el pitcher de Arizona Brandon McCarthy. “Se pudo ver a medida que avanzaba el año. Las personas se mantuvieron retándolo, por cualquier razón, y estoy completamente seguro que este año harán igual, luego a mitad de año, todos se quedarán tranquilos”. “Hay muy pocos peloteros que pueden mejorar a un equipo defensivamente, y él es uno de ellos, es del tipo de Andrelton Simmons. Se gana una carrera sólo con verlo sacar fuera a un corredor del otro equipo”. Simmons, de los Bravos de Atlanta, puede haber generado el mayor valor defensivo de cualquier jugador en la historia. Pero Simmons, como shortstop, tiene muchos lances en el terreno. Que Parra se haya aproximado al impacto defensivo de Simmons fue muy resaltante. “Cuando haces una buena jugada en los jardines, es igual a cuando bateas un jonrón”, dijo Parra, quien algunas veces realiza ambas acciones. El pasado 18 de mayo en Miami, bateó un jonrón ante el primer lanzamiento del juego y también hizo out a un corredor en el plato. Los Cascabeles ganaron 1-0. El relevista Brad Ziegler tenía otra jugada importante de Parra. Ziegler recordó un juego en Dodger Stadium donde Yasiel Puig ignoró una señal de pararse en tercera base para retar a Parra, quién fácilmente lo hizo out desde el jardín derecho corto. “Parra se voltea hacia el bullpen, nos mira y hace el movimiento con los dedos de Dikembe Mutombo”, dijo Ziegler. “Como diciendo: ‘Más les vale que no me corran’”. Los Cascabeles firmaron a Parra en Venezuela en 2004. Un reporte de buscadores de talento de la exposición de jugadores amateur Perfect Game lo definió como “extremadamente similar y tal vez un nivel mejor que Santana”, pero era considerado un mejor prospecto como jugador de posición y llegó a las Grandes Ligas en 2009. (Eventualmente, los Cascabeles firmarían a Parra como pitcher. El hermano de Gerardo, Geordy, tuvo 39 ponches en 27 innings con dos equipos de bajo nivel en las granjas de Arizona la temporada pasada). Parra refinó con estabilidad sus destrezas en el campo. Kirk Gibson, quien asumió como manager a mediados de la temporada de 2010, dijo que Parra había mejorado su precisión en parte porque aprendió a utilizar su fuerza. “Parra aplica tal efecto a la pelota”, dijo Gibson, “que sus tiros se desarrollan más bajos que la mayoría de los jardineros”. Ha aprendido donde hacer rebotar un tiro, si debe hacerlo, de manera que el otro jugador lo pueda controlar. Dave McKay, el nuevo coach de jardineros de los Cascabeles, dijo que Parra lo había impresionado con su sabiduría. En las prácticas, Parra usa un guante pequeño, lo que lo obliga a concentrarse en usar sus manos, en vez de depender de las dimensiones más grandes del guante que usa en el juego. También muestra un método digno de un libro en su juego con los cortadores. “Muchos tipos que tienen un gran brazo, tienden a querer hacerlo todo en la jugada”, dijo McKay. “Me imagino, que a través de los años, él ha llegado a la conclusión de que ‘No tengo que prescindir de todos, puedo interactuar con la gente’. El tiro perfecto ocurre a través del cortador, no sobre este”. Parra tiene la velocidad y los instintos para adaptarse a los amplios jardines del oeste de la Liga Nacional; solo Hunter Pence de los Gigantes de San Francisco tuvo un factor de rango mejor entre los jardineros derechos de la Liga Nacional. Pero el brazo es la diferencia, con la precisión de Jim Edmonds, dijo McKay, y el poder de Andre Dawson. Esos jardineros ganaron ocho guantes de oro cada uno, y Parra está construyendo un legado similar, lanzamiento a lanzamiento. “Él mejora cada año”, dijo el catcher Miguel Montero. “Estoy seguro, desde ahora, de que el guante de oro es para él”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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