martes, 29 de julio de 2014

El amor de la familia punto común entre los elegidos al Salón de la Fama.

Maddux, Glavine, Thomas cada uno grandemente influenciados por mamá y papá Phil Rogers. MLB.com. 27-07-2014. Cooperstown, N.Y. -Para casi todos nosotros, comienza de la misma forma. Mamá o papá nos dá un bate y una pelota, tal vez hasta un guante. No animan a salir a jugar y nos observan a ver que pasa. Nunca se sabe.Esa es la mejor parte del beisbol, tanto si son los mejores jugadores del mundo o los muchachos de tu cuadra. Algunas veces eres una estrella de la Pee Wee League, y atesoras el logo del uniforme por el resto de tu vida. Pero si tienes suerte, dedicado y con muchas destrezas, puedes terminar en un campo de grama al norte de la zona metropolitana de Nueva York, para ingresar al Salón de la Fama. De cualquier forma, cuando miras atrás, piensas en las personas que te metieron en el juego. El lazo eterno entre los padres y el beisbol fue un tema central en las inducciones de este domingo, como siempre lo es que el Salón recibe nuevos miembros. "No estuviera parado hoy aquí si no fuese por toda la gente positiva que he tenido en mi vida", dijo Greg Maddux. "Cuando tenía 6 años, mi papá, Dave, fue mi primer entrenador. Me enseñó a disfrutar el juego. Nos bateaba a mi hermano Mike y a mi incontables roletazos cada día luego del trabajo, y eramos felices haciéndolo". Maddux dijo que fue bendecido de que su madre, Linda, fuese la mamá perfecta. "Ella nos llevaba a cada práctica y cada juego, y se aseguraba de que nunca llegáramos tarde", dijo él. "La amo, y ella es mi seguidora más grande". Tom Glavine, compañero de Maddux en Atlanta entre 1993 y 2003, fue estrella de dos deportes cuando era un muchacho. En su juventud en Billerica, Mass., pasaba los inviernos jugando hockey y los veranos jugando beisbol, y sus padres siempre estaban ahí. "Tenía un par de metas en mente cada vez que me ponía un uniforme", dijo Glavine. "La primera era representar el logo de la parte frontal. Eso significaba jugar duro, jugar de manera correcta y darlo todo cada vez que salía al campo... La segunda era no avergonzar el nombre en la espalda. Quería representar a mis padres con lo mejor de mi habilidad. Ellos trabajaban duro para ganarse el respeto que tenían en la comunidad, y yo quería hacer todo lo que pudiese para proteger eso". Glavine dijo que siempre supo que iba a ser un atleta profesional. "Media Roja o Bruin, no me importaba", dijo. "Idolatraba a Bobby Orr, Carl Yastrzemski, Carlton Fisk, Jim Rice. Pero mis modelos era, y siempre han sido, mis padres, Fred y Millie. Ellos me dieron las mejores dos cosas que se pueden pedir para un muchacho. Me dieron su tiempo y me dieron su ejemplo". Glavine dijo como sus padres lo disciplinaron por lanzar bolas de nieve a los carros desde el portal de la casa, y como su papá rechazó cualquier indulgencia para el egocentrismo de su hijo luego de perder un juego de hockey en sus años pre-adolescentes. "Recuerdo un juego de hockey de muchacho donde no me fue muy bien, y en el carro de vuelta a casa, mi papá quería hablar del juego", dijo Glavine. "Él no quería criticarme, solo quería conversar. Luego de un rato de comportarme poco agradable en la conversación, porque no había tenido un buen juego, mi papá me dijo algo que nunca olvidé, y de hecho lo uso con mis hijos en el presente. El dijo, 'Vas a ir al camerino del equipo con una sonrisa en tu cara, y vas a salir de ahí con otra sonrisa, o no te traigo más". Frank Thomas sin duda tuvo charlas similares con su difunto padre, Frank Sr., quién falleció por dificultades cardíacas en 2001. La muerte de su padre es una herida con la que todavía lucha, de acuerdo a su hermana, Sharon Porter. La madre de Thomas, Charlie Mae, comandó la delegación que viajó desde Columbus Ga., para la inducción. Ella ha tenido sus propios problemas de salud, que la han forzado a usar andadera y algunas veces sillas de ruedas para movilizarse, y de acuerdo a Thomas, su madre no había salido de Georgia los últimos 15 años antes del viaje a Cooperstown. En la tarima en frente de los inquilinos del Salón de la Fama y una multitud de 48000 personas. Thomas lloró como un bebé cuando habló de sus padres. Le agradeció por inculcarle sus valores y ambición. "No teníamos mucho, pero mis padres trabajaban incansablemente para mi y mis cuatro hermanos", dijo Thomas. "Frank Sr., sé que estás mirando y sonriendo desde el cielo. Sin tí, sé, por completo, que no estaría aquí en Cooperstown hoy. Gracias por animarme y siempre decirme, 'Puedes ser alguien especial si de verdad trabajas en eso'". "Me lo tomé muy en serio, papá. Míranos hoy... Mamá, gracias por tu paciencia, y por creer en la misma visión. Sé que no fue fácil, pero te agradezco por todo tu amor maternal y apoyo. Criarnos a todos fue duro, pero tú y papá se aseguraron de que lo lográramos. Ustedes lo hicieron parecer fácil para nosotros". Mientras Thomas daba rienda suelta a sus emociones, Charlie Mae mantenía las suyas controladas. "Ella fue estoíca", dijo Thomas luego de la ceremonia. "Habíamos pasado un largo rato anoche en un fiesta, ella lloró todo lo que quiso anoche. Ella dijo, 'Sé que vas a llorar tan pronto como menciones el nombre de tu padre'...No entiendes que mi padre es todo para mí. Él me empujaba cada día para ir a practicar y hacer todas esas pequeñas cosas. El vivió para sus hijos, estaba muy orgulloso de mí. Me dejé llevar por las emociones. Lo siento, pero no lo siento. Es lo que soy". Somos lo que nos han dado nuestros padres. Ellos ponen el bate y la pelota en nuestras manos, y el misterio de la vida que nadie sabe lo que viene en el futuro. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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