lunes, 11 de mayo de 2015
Estos Medias Rojas son jóvenes, pero el recordado equipo de 1975 era todavía mas joven.
Brian MacPherson. Providence Journal. 06-05-2015.
Boston.- Como el jardinero central detrás de él, el campocorto era notoriamente joven cuando llegó a las ligas mayores con los Medias Rojas, particularmente en una posición de tanta importancia. No siempre tenía un desenvolvimiento fluido. Él resistía las altas y bajas de ser un pelotero joven en las Grandes Ligas, particularmente en el plato. Mirando de nuevo hacia ese momento, Rick Burleson sabe que lo preparó para las altas y bajas de las ligas mayores. “The Rooster” le da crédito a su habilidad para manejar el juego en su nivel más alto, a los más de 500 juegos donde había participado y a las más de 2000 apariciones al plato que había acumulado en las ligas menores.
Fue aprendiendo de las dificultades en las menores lo que le permitió triunfar en las mayores.
“El juego trata de cómo se enfrentan los errores”, dijo él. “Es muy fácil autoflagelarse y no ser capaz de salir de los momentos difíciles del juego. Yo tuve muchos de ellos en las ligas menores. Tuve algunas dudas de si iba o no a ser tan bueno como quería ser. Esos errores me ayudaron porque me hicieron perseverar. Me mantenía en buen nivel siendo tenaz y jugando duro todo el tiempo”.
Burleson fue uno de más dos docenas de miembros del equipo de Boston que jugó la Serie Mundial de 1975, quienes se reunieron en Fenway Park el martes 5 de mayo para celebrar los 40 años de aquella gesta. Lo más impresionante del grupo era cuan jóvenes son todavía. Cuatro décadas después, muchos de los contribuyentes más memorables de ese equipo todavía no cumplen 65 años, una reflexión de cuan jóvenes eran en aquella temporada mágica.
Jim Rice tenía 22 años. Dwight Evans 23. Fred Lynn 23. Burleson tenía 24. Todos jugaron papeles muy importantes esa temporada, con Burleson y Lynn jugando las posiciones claves de campocorto y jardinero central, respectivamente. Lynn, Rice y Burleson recibieron votos para el premio al jugador más valioso de la Liga Americana.
“No se esperaba mucho de nosotros”, dijo Lynn. “En una era cuando los tipos jóvenes raramente eran parte de los equipos, ellos no empezaban los juegos muy a menudo, nosotros teníamos jóvenes en todos lados”.
Cuatro décadas después, los Medias Rojas han patinado temprano con un roster que tiene jóvenes de 22 años en el campocorto y jardín central en Xander Bogaerts y Mookie Betts, así como un recién llamado de 23 años en Blake Swihart, a quien le entregaron los deberes de receptor a tiempo completo debido a la lesión de Ryan Hanigan. En el transcurso de un mes, Betts y Bogaerts han mostrado potencial de grandeza y brillo. Swihart también ha mostrado promesa pero aún es un trabajo en proceso.
“Llegar a las Grandes Ligas es difícil”, dijo Evans, ahora consultor en el desarrollo de peloteros quien trabaja con los peloteros de ligas menores durante el entrenamiento primaveral. “Todavía más difícil es mantenerse. Bogaerts y Betts están entendiendo eso. Están en el proceso de llegar aquí. Ahora es el momento de lograr algo”.
Burleson y Lynn le dieron crédito a los veteranos que estaban alrededor de ellos y a sus años de experiencia en las ligas menores por permitirles adaptarse a la intensidad de la carrera una vez que llegaron a las Grandes Ligas.
Una escogencia del draft de enero de 1970, Burleson acumuló más de 500 turnos al bate en AA en 1972 y AAA en 1973, jugó en McCoy Stadium ambos años, antes que los Medias Rojas lo llamaran temprano en 1974. Lynn pasó como un cohete por las ligas menores pero estuvo tres años con Rob Dedeaux en Southern California y pasantías con el equipo de beisbol de Estados Unidos en los veranos, incluyendo una medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Colombia en 1971.
“Cuando llegué aquí, tenía mucha experiencia bajo el cinturón”, dijo Lynn. “Yo había jugado contra algunos de los mejores jugadores del planeta, no solo en los Estados Unidos. No estaba acostumbrado a fallar, pero sabía como ganar. Sabía lo que tomaba hacer eso”.
Burleson dijo, “Jugué cientos de cientos de encuentros antes de tener la oportunidad de subir”.
Bogaerts jugó casi 400 juegos en las ligas menores antes que los Medias Rojas lo llamasen a finales de la temporada de 2013, pero la menor parte de esos jugos fueron en AA y AAA. Betts actuó a un nivel tan alto la temporada pasada que solo jugó 99 juegos combinados en AA y AAA, todo en una temporada, antes de atorarse con los Mdias Rojas por su bien.
Lo que Bogaerts y Betts tienen a su alrededor es una estirpe de veteranos como aquella del equipo de la Serie Mundial de 1975. Carl Yastrzemski ya era un ícono de los Medias Rojas para entonces, pero ambos también nombraron al tercera base Rico Petrocelli y al utility Denny Doyle como influencias importantes.
(Petrocelli y Yastrzemski fueron los únicos bateadores de más de 30 años en ir al plato más de 350 veces para aquel equipo de los Medias Rojas).
No cuesta mucho establecer paralelismos con David Ortiz y Dustin Pedroia, dos íconos quienes ahora fijan el tono de los Medias Rojas. Betts tiene un casillero al lado de Pedroia en Fenway Park y le ha dado crédito a la influencia de Pedroia más de una vez por ayudarle a mantenerse optimista a través de un abril incómodo.
“Ellos tienen alrededor grandes personajes en Ortíz y Pedroia”, dijo Evans, “y van a aprender de esos tipos. Es como estar alrededor de tipos como Petrocelli, como Yaz. Ellos todavía están trabajando en conseguir el sentimiento. Una vez que lo consigan, van a despegar”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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