viernes, 27 de mayo de 2016

Esquina de las Barajitas: 1972 Topps: Bobby Tolan.

The Hard Ball Times. 29-06-2012. Bruce Markusen. Solo por una vez me gustaría ver a un bateador de Grandes Ligas pararse en el plato usando un sweater. Supongo que habría un pitcher o dos quienes han bateado usando una chaqueta, pero no puedo recordar haber visto eso en 40 años de ver beisbol de Grandes Ligas Cierto, el bateador quien entrara a la caja de bateo usando un sweater sentirá restringidos los movimientos de sus brazos, pero luciría bien, ¿no? Al posar para su barajita Topps de 1972, Bobby Tolan no solo nos da la apariencia del sweater, sino que también provee una visión de su particular estilo de bateo. Tolan siempre colocaba sus manos tan ridículamente por encima de su cabeza que te hacía preguntar como podía poner el bate en posición de conectar lo suficientemente rápido para impactar una recta de Grandes Ligas. Puedo recordar otros dos peloteros quienes bateaban en una posición similar, ellos son el inquilino del Salón de la Fama Carl Yastrzemski y el eterno pero ahora retirado infielder utility, Craig Counsell, pero pienso que Tolan se gana el premio por mantener sus manos más arriba que cualquiera. Otro elemento sobresale en la barajita de Tolan. Nótese que Topps lo nombra como “Bob” Tolan. De hecho, hasta su última barajita Topps en 1980, la compañía continuó identificándolo como Bob. No puedo recordar muchas instancias donde haya oído que lo llamaran así. Desde que llegó a mi consciencia durante la Serie Mundial de 1972, ha sido “Bobby” Tolan, como Bobby Bonds, o Bobby Murcer, o Bobby Bonilla. Cualesquiera sean mis recuerdos de su nombre o estilo de bateo, no hay duda de que Tolan fue un buen bateador en su apogeo. Firmó originalmente con los Piratas en 1963, pero como primera base, no como jardinero. Conocidos por su voluntad para firmar y promover peloteros afroamericanos, los Piratas apreciaban el supremo atleticismo de Tolan, su velocidad como corredor, un cuerpo ideal para el beisbol. Pero los Piratas lo perdieron luego de solo una temporada de ligas menores; fue seleccionado en el ahora extinto draft de primer año por la astuta organización de los Cardenales, la cual también reconocía el gran potencial de talentos que Tolan poseía. Sabiamente, los Cardenales sacaron ventaja de la velocidad de Tolan al moverlo desde primera base a los jardines. Tolan avanzó rápidamente en el sistema de los cardenales. En 1964 y 1965 bateó por encima de .290, robó más de 30 bases, y mostró poder ocasional. Al final de la temporada de 1965, los Cardenales decidieron darle su primera dosis de pitcheo de Grandes Ligas, pero claramente no estaba listo. Solo tenía 19 años, la misma edad que tiene Bryce Harper hoy, pero no tan desarrollado en sus destrezas. Tolan bateó un pálido .188 en algunos juegos al final de la temporada y regresó a AAA al comienzo de la temporada de 1966. Un buen comienzo en la nueva temporada llevó a Tolan de vuelta a San Luis en mayo de 1966. Aún seguían con dificultades en el plato, necesitó otro boleto de retorno al Tulsa AAA. No sería hasta 1967 que Tolan ganaría alguna estabilidad en San Luis. Con los veteranos Lou Brock, Curt Flood y Roger Maris sólidamente establecidos como regulares, el manager Red Schoendienst ubicó a Tolan como su cuarto jardinero. Al jugar como respaldo de Flood en el centro y Maris en la derecha, y también proveer descanso ocasional a Orlando Cepeda en primera base, Tolan se convirtió en un decente colaborador en el papel de respaldo, le daba a los pájaros rojos una dosis de velocidad y un soplo de poder. Jugó lo suficientemente bien para permanecer en el roster todo el verano, y en la Serie Mundial contra los Medias Rojas. Tolan no jugó mucho en la serie, pero se ganó un anillo cuando los Cardenales se apoderaron del campeonato. Tolan siguió como respaldo con los cardenales de 1968, pero su producción disminuyó, porque siguió mostrando una alarmante falta de paciencia en el plato (solo negoció 13 boletos en casi 300 apariciones en la caja de bateo). Aún así, Tolan se ganó otro puesto en un roster de Serie Mundial, mientras los Cardenales perdían la serie en siete juegos ante los Tigres. Para ese momento, los Cardenales se habían frustrado con las fallas de Tolan para mejorar su bateo y corrido de bases, esto último se hacía evidente en su mediocre número de bases robadas. Aunque solo tenía 22 años, los Cardenales se preguntaban si alguna vez se desarrollaría como jardinero a tiempo completo. Así que pocos días después de la Serie Mundial, los Cardenales cambiaron el potencial de la juventud por la cantidad conocida de un veterano probado. Enviaron a Tolan y al relevista del lado del brazo Wayne Granger a los Rojos por Vada Pinson, una estrella que venía de su peor temporada en las mayores como regular. Coincidencialmente, Pinson era uno de los peloteros que Tolan había admirado desde joven. Algunas veces un cambio de escenario puede ser el mejor remedio para un pelotero en dificultades, y ese fue el caso de Tolan y los Rojos. Al jugar en el jardín derecho y el central, Tolan se estableció en la alineación diaria de los Rojos, a menudo bateaba segundo detrás de Pete Rose y delante de un joven Alex Johnson. El juego de Tolan explotó, al descargar 21 jonrones, robar 26 bases, y registrar un OPS de .821. El único lunar en el juego de Tolan era su contínua tendencia a hacerle swing a pelotas malas; negoció boleto solo 27 veces en 152 juegos. Tolan corrigió ese defecto en 1970. Consiguió más del doble de los boletos del año anterior, elevó su total hasta 62. Lideró la Liga Nacional con 57 robos y bateó un reluciente .316, lo suficientemente bueno para recibir unos votos para el premio al jugador más valioso. Continuó su buen juego en la postemporada, al batear un jonrón en el segundo juego de los playoffs y empujar la carrera ganadora en el tercer juego. Tolan también agregó un jonrón durante la derrota de los Rojos ante los Orioles en la Serie Mundial. A la edad de 24, Bobby Tolan se había convertido en una estrella legítima. Los Rojos creían tener al verdadero sucesor de Pinson en el jardín central. Mientras Tolan no tenía tanto poder como Pinson en sus mejores años, si tenía más velocidad, más alcance, y un mejor swing. Todo estaba bien en el jardín central en Cincinnati. O así parecía. Durante el invierno, Tolan decidió jugar algo de baloncesto, violando una clausula del contrato con los Rojos. Como Jim Lonborg (accidente de ski) antes de él y Aaron Boone (baloncesto) después de él, la actividad de postemporada le costó mucho a Tolan. Mientras jugaba un juego de exhibición a beneficio, Tolan se dobló completamente el tendón de Aquiles, una lesión severa para cualquier pelotero pero particularmente devastadora para un jardinero quien basaba su juego en la velocidad. Antes que empezara la temporada de 1971, la campaña de Tolan había terminado. Tolan había puesto su carrera en peligro. Así que para el momento cuando su barajita Topps de 1972 estaba siendo distribuída, los Rojos ya sabían que no recibirían nada de Tolan esa temporada. Los Rojos no estaban complacidos. Como la organización más conservadora del juego, la gerencia de los Rojos, liderada por Bob Howsam, estaba furiosa porque Tolan había violado una clausula específica de su contrato que le prohibía jugar baloncesto en el invierno. Con Tolan fuera de la temporada, los Rojos optaron por el Plan B, el cual implicaba mover al joven de 22 años George Foster al jardín central. Foster tenía poder con el madero, pero sus destrezas defensivas estaban mejor adaptadas para jugar en el jardín izquierdo, y fue claramente sobre exigido en el centro. Las opciones de respaldo eran aun menos apropiadas: los jardineros Buddy Bradford y Ty Cline. Con un gran hueco en el jardín central, y poca producción procedente del bateo ligero de sus infielders centrales, los Rojos terminaron cuartos en el oeste de la Liga Nacional. La gerencia de los Rojos descargó mucha de la culpa por la mala temporada en los pies del lesionado Tolan. Aunque Tolan tenía poco como defenderse por el pobre juicio que había mostrado al jugar baloncesto en invierno, empezó a trabajar en un esfuerzo por recuperarse de una lesión que esencialmente había terminado la carrera de otros peloteros. Para su crédito, Tolan puso todo su empeño en la rehabilitación, trabajó para fortalecer su talón lesionado y piernas. Anonadó a los escépticos, se recuperó lo suficiente para regresar a tiempo con los Rojos para la inauguración, la cual había sido retrasada por la huelga de peloteros. Tolan participó en 142 juegos en 1972, destacable para un pelotero que regresaba de una torcedura del tendón de Aquiles. Pero hizo algo más que jugar, recuperó una buena parte de su antigua producción. Bateó un respetable .288, impulsó un tope en su carrera de 88 rayitas, y lo más increíble, robó 42 bases. Tolan jugó tan bien que ganó el premio al Regreso del Año de la Liga Nacional y también estuvo nominado al Hutch Award, dado al pelotero quien mejor ejemplifique el espíritu de lucha del antíguo manager de Grandes Ligas Fred Hutchinson. Tolan jugó su cuarta Serie Mundial ese otoño, cuando los Rojos enfrentaron a los insurgentes Atléticos de Oakland. Robó cinco bases contra Oakland, pero hizo un error clave en el séptimo juego, lo que llevó a una carrera crítica y una eventual derrota ante los Atléticos en un memorable clásico de siete juegos. Nadie lo pudo haber sabido en ese momento, pero la temporada de 1972 representaría el último gran momento de Tolan con el uniforme de los Rojos. Aunque todavía tenía 26 años, y había recuperado buena parte de su velocidad luego de la lesión del tendón de Aquiles, su carreras empezaría a caer en baches. La temporada de 1973 se convirtió en un desastre épico para Tolan. Tuvo la peor temporada ofensiva de su carrera, su promedio de bateó declinó hasta casi .200. Perdió su trabajo en el jardín central para hacerle espacio a César Gerónimo. Su actuación afectó su actitud, lo cual resultó en varios altercados con la gerencia de los Rojos, la cual aún estaba enojada por haberse lesionado el tendón de Aquiles. Específicamente, Tolan tenía una espalda adolorida que precipitó muchos de los problemas. El director de personal de peloteros, de los Rojos Sheldon “Chief” Bender, ordenó a Tolan reportarse temprano en la mañana para una cita médica. Tolan se quejó con Bender por lo temprano de la cita, lo cual encendió un asalto de gritos en el cluhouse, entre los dos hombres. Tolan no asistió a la cita programada. Los Rojos lo multaron con 200 $ por insubordinación y lenguaje abusivo, y 100 $ por perder la cita. También trataron de ponerlo en la lista de incapacitados, pero el presidente de la Liga Nacional, Chub Feeney determinó que Tolan no estaba lo suficientemente lesionado. Tolan permaneció en el roster activo, pero se encontró ocupando el banco, había su posición en el jardín derecho aon el joven Ken Griffey. Tolan respondió introduciendo una demanda contra los Rojos a través de la Asociación de Peloteros. (En retrospectiva, Tolan había reclamado que estaba legítimamente lesionado, pero que los Rojos no le creyeron y lo forzaron a seguir jugando esa temporada estando lesionado. El dolor de espalda se pudo haber manifestado en el mal juego de Tolan). El descontento general de Tolan se mostró también con los rivales. Mientras los Rojos se preparaban para un juego en Dodger Stadium, Tolan gritó al veterano Willie Crawford. Habían sido amigos desde que jugaban pelota en la escuela secundaria, y Crawford simplemente estaba tratando de ofrecer su ayuda en un momento difícil, pero Tolan lo retó a pelear. Más tarde en agosto, Tolan abandonó el equipo sin permiso por dos días. Cuando regresó, tenía barba, lo cual violaba la política estricta de los Rojos contra el vello facial . Sparky Anderson le recordó a Tolan las reglas, y el jardinero respondió afeitándose la barba. Pero varias semanas después, empezó a dejarse la barba de nuevo. Tolan también empezó a negarse a participar en las prácticas de fildeo y bateo, Además de enfrentarse a la gerencia, ahora era un paria entre sus compañeros de equipo. Hacia finales de septiembre los Rojos se hastiaron; el 27 de septiembre la gerencia lo suspendió por el resto de la temporada, incluyendo la serie de playoff contra los Mets. Tolan nunca jugaría otra vez con los Rojos. Ese invierno, Cincinnati lo cambió a los Padres por el joven pitcher derecho Clay Kirby. Mientras estaba con los Padres a principios de 1974, Tolan supo que había ganado su demanda contra los Rojos. Un árbitro demandó que los Rojos le devolvieran los 300 $ con que lo habían multado. Pero esas no fueron suficientes buenas noticias para Tolan. El demandó que los Rojos se disculparan públicamente por haberlo agraviado, pero la gerencia de Cincinnati rechazó cumplir ese deseo. El cambio a San Diego marcó el inicio de la etapa vagabunda de la carrera de Tolan. A pesar de que él se había establecido como una estrella con los Rojos, no pasó de ser más que un jugador promedio con los Padres. Fue incapaz de recuperar la forma de su regreso en 1972, y se quedó corto respecto a los niveles de jugador de juego de estrellas que había establecido en 1969 y 1970. Despues de dos temporadas mediocres en el sur de California, los Padres le dieron su libertad incondicional. Desempleado por primera vez desde su debut profesional en 1963, Tolan firmó un contrato de bajo presupuesto como agente libre con los Filis. Tolan bateó .261 como jardinero a medio tiempo con los Filis, quienes avanzaron a la serie de campeonato de la Liga Nacional antes de perder con el antiguo equipo de Tolan, Cincinnati. Un comienzo terrible en la temporada de 1977, significó su despido. Tolan firmó con los Piratas, pero continuó con dificultades con un promedio de bateo por debajo de .200, por lo cual volvió a ser agente libre al final de la temporada. Por segunda vez en su carrera, Tolan se encontraba en una encrucijada. Cuando ningún equipo de Grandes Ligas mostró interés en él, optó por irse al lejano oriente, donde firmó con los Hawks de Nankai. Luego de una pobre temporada en Japón, y sin otra opción que escoger, Tolan firmó para jugar en la Liga Interamericana. Cuando la liga desapareció 3 meses después, Tolan quedó desempleado. Sorpresivamente recibió un llamado de los Padres a finales del verano, lo agregaron como jardinero de reserva. Pero solo bateó .190 en 25 apariciones y quedó en libertad a mediados de octubre. Aunque solo tenía 33 años, la carrera de Tolan como jugador activo había terminado. Así como había empezado su carrera a la temprana edad de 19, sus días en Grandes Ligas terminaron muy prematuramente. Afortunadamente, Tolan le gustaba a los Padres. Cuando emplearon a Jerry Coleman como manager para la temporada de 1980, le ofrecieron un puesto a Tolan en su cuerpo técnico, en el cual se mantuvo hasta 1983. Durante la huelga de 1981, los Padres reasignaron a Tolan para trabajar con sus bateadores jóvenes en el equipo filial Clase A de Walla Walla. Fue allí donde Tolan se convirtió en el primer coach de bateo de un joven jardinero llamado Tony Gwynn. Tolan está retirado del beisbol organizado. Aunque aún entrena a un equipo perennemente exitoso de una liga de verano colegial en Houston. Aún lejos de la escena de las ligas mayores, él ha estado ligado a la controversia, aunque no estuvo involucrado directamente en el incidente original. A finales de 2008, su hijo Robbie de 23 años de edad, jugador de ligas menores para ese momento, recibió un disparo de un policía en su propia calle de Bellaire, Tex. La bala perforó el pulmón del joven Tolan, antes de alojarse en el hígado. Las lesiones causadas por la bala terminaron su carrera profesional. El oficial, quien es blanco, había confundido a Robbie Tolan con un ladrón de carros. Robbie estuvo desarmado a través del incidente y no violó la ley. Los Tolan reclamaron que Robbie había sido una víctima de un perfil racial y llevaron al departamento de policía a la corte, pero un jurado decidió que el disparo fue justificado. Luego un juez invalidó la demanda civil de los Tolan contra el oficial. He oído a Tolan discutir el incidente con los entrevistadores. Bien hablado y razonable en sus argumentos, Tolan me ha persuadido de que su hijo fue una víctima inocente, y hubiera salido ileso si hubiese sido blanco. No estuve allí, pero el recuento de Tolan del incidente es convincente. Desafortunadamente, como en sus dificultades con los Rojos, la situación con el hijo de Tolan terminó desfavorablemente. Debió haber terminado mejor, asi como sigo pensando que una carrera plagada por las lesiones y las controversias debió haber terminado mejor también. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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