viernes, 8 de junio de 2018

Red Schoendienst, estrella de los Cardenales de San Luis e inquilino viviente más viejo del Salón de la Fama, fallece a los 95 años de edad.

Richard Goldstein. The New York Times. 06 de junio de 2018. Red Schoendienst el segunda base inquilino del Salón de la Fama de los Cardenales de San Luis, manager y coach quien tuvo una carrera de más de 70 años en las grandes ligas, falleció este miércoles en la noche en su hogar de Town $& County, Mo., en las afueras de San Luis. Su muerte fue confirmada por su hija Eileen Schless. El epítome del hombre de beisbol, Schoendienst se convirtió en figura reverenciada en San Luis. La primera vez que se puso el uniforme de los Cardenales fue en un campo de entrenamiento en 1942, era un adolescente pelirrojo, de rostro pecoso, del medio oeste quien después fue conocido en los medios escritos como un Huckleberry Finn de su época. Mientras que cuando tenía más de 90 años, fue nombrado asistente especial del gerente general. Al jugar segunda base, su posición de casi toda su carrera de pelotero activo, Schoendienst hizo pareja con el campocorto Marty Marion en una combinación de dobleplays maravillosa, principalmente en el equipo de los Cardenales de 1946 que venció a los Medias Rojas de Boston en una Serie Mundial de siete juegos. Bobby Doerr, el segunda base de Boston en esa serie, había sido el inquilino viviente más viejo del Salón de la Fama, antes que Schoendienst, cuando falleció a los 99 años de edad en noviembre de 2017. “No era deslumbrante, no era un tipo como Ozzie Smith que se lanzaba en todas direcciones”, dijo Marion a The St. Louis Dispatch en 1989. “Red siempre estaba en el lugar apropiado en el momento justo. No hacía muchos errores”. La placa de Schoendienst en el Salón de la Fama cita a Stan Musial, su compañero por mucho tiempo diciendo que tenía “el par de mano más grandiosas que hubiese visto”. Con la muerte de Schoendiesnt, el inquilino viviente más viejo del Salón de la Fama es ahora Tommy Lasorda, el antiguo manager de los Dodgers de Los Angeles. Tiene 90 años de edad. En abril de 1999, los Cardenales homenajearon a Schoendienst con una imagen de bronce en las afueras del viejo Busch Stadium que lo mostraba en medio del aire, pivoteando en un dobleplay. Cuando los Cardenales efectuaron su juego final en ese estadio en septiembre de 2005, Schoendienst recibió la pelota en la ceremonia del primer pitcheo. Su imagen ahora está en el nuevo Busch Stadium junto a la de otras estrellas de los Cardenales de todos lo tiempos. “Para Red Schoendienst, el beisbol era pura diversión”, escribió una vez Red Smith en The New York Times. “Disfrutaba cada minuto del juego, hasta aquellos recorridos relámpago que los equipos solían hacer en viajes de dos semanas desde el entrenamiento primaveral hasta casa”. Al jugar en la Liga Nacional desde 1945 hasta 1963, 15 de esas temporadas con los Cardenales, Schoendienst estuvo 10 veces en el equipo de estrellas. Bateador ambidiestro que preparaba la escena para Musial en la alineación, Schoendienst bateó .300 siete veces y acumuló 2449 imparables en su carrera. Su turno al bate más memorable ocurrió en el juego de estrellas de 1950 en el Comiskey Park de Chicago, cuando conectó el jonrón para ganar el juego en el décimo cuarto inning. Su mejor temporada ofensiva llegó en 1953, cuando bateó .342, fue segundo de Carl Furillo de los Dodgers de Brooklyn, quien bateó .344, en la carrera por el título de bateo. Luego de ser coach de los Cardenales, Schoendienst sucedió a Johnny Keane como manager solo días después que Keane llevara a San Luis a ganar la Serie Mundial en siete juegos sobre los Yanquis en 1964, entonces renunció para reemplazar a Yogi Berra como manager de los Yanquis. Schoendienst dirigió a los Cardenales desde 1965 hasta 1976, la estadía más larga en la historia del equipo, luego tuvo períodos como manager interino en 1980 y 1990. Llevó a los Cardenales a ganar la Serie Mundial ante los Medias Rojas de Boston en 1967 y otro banderín en 1968, cuando perdieron ante los Tigres de Detroit en la Serie Mundial. Fue elegido al Salón de la Fama en 1989 por el Comité de Veteranos. Albert Fred Schoendienst nació el 2 de febrero de 1923, en Germantown, Ill., a unas 40 millas al este de San Luis. Su padre, Joe, era minero de carbón y cátcher de un equipo de beisbol de caimaneras. Su madre, Mary, era ama de casa. Firmó un contrato de 75$ al mes con el sistema de ligas menores de los Cardenales en 1942 y debutó en las grandes ligas en abril de 1945 luego de ser descartado del servicio militar debido a problemas con un ojo y hombro. Ese año, jugando en el jardín izquierdo, lideró la Liga Nacional en bases robadas con 26. Schoendienst siguió siendo figura clave de los Cardenales hasta junio de 1956, cuando fue cambiado hacia los Gigantes de Nueva York en una transacción múltiple que también envió a Nueva York al joven jardinero Jackie Brandt para obtener al campocorto Alvin Dark y al primera base Whitey Lockman. “Red fue el más duro para rendirse”, fue citado Frank Lane, gerente general de los Cardenales por The Associated Press. “Era el tipo de pelotero que podía salir y hacer cinco errores seguidos y los fanáticos no se disgustaban con él”. Un año y un día después, los Gigantes negociaron a Schoendienst hacia los Cerveceros de Milwaukee. Lideró la Liga Nacional en imparables en 1957 con 200, para ayudar a propulsar a los Bravos a ganar la Serie Mundial sobre los Yanquis. “Muchas personas reconocieron que ese cambio había sido la diferencia que los hizo ganar”, le dijo Joe Torre a The Kansas City Star en 1993, cuando Torre dirigía a los Cardenales y Schoendienst fue su coach de banca. “Era un líder, la chispa que encendía el equipo”. Schoendienst se sintió muy mal gran parte de la temporada de 1958, aunque bateó .300 en la Serie Mundial, que esa vez ganaron los Yanquis ante los Bravos. En noviembre de 1958, se determinó que tenía tuberculosis, y el siguiente febrero le fue extirpada una porción de su pulmón derecho. Estuvo incapacitado hasta septiembre de 1959. Schoendienst tenía una voluntad de acero. Se había sobrepuesto a una severa lesión en un ojo que tuvo mientras trabajaba en los New Deal’s Civilian Conservation Corps en su adolescencia, y luego se repuso de una molestia crónica en el hombro. Estaba determinado a seguir jugando al recuperarse de la tuberculosis. Fue jugador de banca de los Bravos en 1960, entonces regresó a los Cardenales, jugaba ocasionalmente pero probó ser efectivo como bateador emergente y también fue coach. Se retiró como pelotero activo durante la temporada de 1963 con un promedio de bateo vitalicio de .289. En sus 14 años como manager de los Cardenales, incluyendo sus dos períodos como manager interino, tuvo un enfoque de bajo perfil, asumía las críticas públicas de sus peloteros. Tuvo marca de 1041 victorias y 955 derrotas. Después de ser cesanteado luego de la temporada de 1976, fue coach por dos años con los Atléticos de Oakland, entonces regresó a los Cardenales como coach una vez más. Además de su hija Ms. Schless, le sobreviven sus hijas Colleen Schoendienst y Cathleen Reifsteck; su hijo Kevin; un hermano, Joseph; ocho nietos y siete bisnietos. Su esposa, Mary O’Reilly, falleció en 1999. Cuando Schoendienst fue inducido al Salón de la Fama, habló de su largo amorío con el beisbol. “Todo lo que siempre quise fue estar en la tarjeta de la alineación todos los días y convertirme en campeón”, dijo. “El beisbol ha sido mi único trabajo. Todavía me emociono al ponerme ese uniforme y al oir esas maravillosas palabras, ‘Play ball’”. Jacey Fortin colaboró reportando. Traductor: Alfonso L. Tusa C.

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