jueves, 9 de julio de 2015

Esquina de las barajitas: Satchel Paige

13-11-2009. Bruce Markusen. Con disculpas para el crónicamente subestimado Smokey Joe Williams, el consenso de los historiadores de beisbol considera a Leroy “Satchel” Paige como el pitcher más grande en la historia de las Ligas Negras. También pudo haber sido el más excéntrico, con una lista de incidentes y citas que podían haber llenado pilas de cuadernos. Mientras era joven en Mobile, Ala., Leroy Paige a menudo se metía en dificultades. Peleaba frecuentemente con otros niños y se escapaba de la escuela. Mientras cargaba bolsas por dinero en una estación local del ferrocarril, asi fue como recibió el apodo de “Satchel”, Paige una vez trató de robar una pieza de equipaje. Las fechorías y el raterismo llevaron a Paige a la Industrial School for Negro Children en Mount Meigs, Ala. Permaneció en esa escuela especial hasta los 17 años. Durante se estancia en la escuela, aprendió como usar un movimiento que incluía levantar inusualmente el pie y un engañoso movimiento para soltar la pelota hacia el bateador. Gracias a Dios, Paige tenía suficiente talento como pitcher para sobreponerse a su errática conducta juvenil. Mientras jugaba con un equipo de beisbol semiprofesional, Paige exhibía un explosivo brazo derecho que pronto llamó la atención de los buscadores de talento de las Ligas Negras. Paige firmó con los Black Lookouts de Chatanooga, quienes le dieron la oportunidad de lanzar regularmente. Impresionaba mucho con una recta dinámica y un control afinado. Paige casi inmediatamente se convirtió en leyenda en todo el sur. Como lo ilustra Larry Tye en su detallado libro, Satchel: The Life and Times of an American Legend, Paige lanzaba una recta tan pesada que algunos de sus cátchers colocaban pedazos de carne cruda en sus mascotas para aliviar el impacto de la pelota en la palma de sus manos. Paige no duró mucho con los Lookouts, pero añadió un lanzamiento importante a su repertorio con Chatanooga. Aprendió como lanzar su famoso pitcheo incierto, el cual involucraba una pausa completa en el tope de una patada extremadamente alta, otra parte única de su dinámico y diferente estilo de pitcheo. En 1931, Paige se fue de los Lookouts, en busca de un salario mensual más alto con los Barons de Birmingham. Durante su carrera, Paige convertiría el proceso de saltar de equipo en equipo en una forma de arte, aprovechando las suaves restricciones contractuales de las Ligas Negras como ningún otro. Siempre a disposición del mejor postor, Paige elevó su salario astronómicamente, convirtiéndose de lejos en el pelotero mejor pagado de la pelota negra. La controversia alcanzó a Paige en Birmingham. Tuvo un encontronazo con el manager Bill Gatewood, al resistirse a tomar en cuenta su consejo acerca del pitcheo y sus esfuerzos por contener la agresividad del pitcher. Paige empeoró las cosas en un juego de junio contra los Stars de St. Louis. Golpeó a tres bateadores seguidos de los Stars, lo que detonó una furiosa batalla campal. Dado que Paige poseía un control muy fino, había poca duda de que él lanzó los pelotazos intencionalmente. Al salir de Birmingham por lo que él creía eran lugares de mejores recompensas, Paige pasó estadías cortas en un par de equipos desconocidos. Entonces hizo uno de los mejores movimientos de su carrera ( y vida), al establecerse con los Crawfords de Pittsburgh. Lanzó dos juegos sin hits ni carreras para los Crawfords, quienes eran sin duda el equipo más talentoso de las Ligas Negras para la época. Más importante aún, Paige se casó con Janet Howard, una mesera del renombrado Crawford Grill de Pittsburgh. Paige también se preocupó más por su salario. Ahora con una esposa que mantener, Paige buscó un trabajo extra en 1934. Firmó con un equipo semiprofesional en Bismarck, N.D. Al llegar a Bismarck, Paige se dispuso a mostrar a los locales que las historias de su legendario control no eran exageradas. Paige coloco un palillo de fósforo sobre un palo cercano al plato. Entonces hizo 20 pitcheos hacia el plato, golpeó el palillo de fósforo 13 veces. El calendario de Paige se hizo más ocupado en 1934 cuando firmó para jugar con el equipo Cuban House of David, un conjunto itinerario conformado por peloteros blancos. Todos los miembros del equipo tenían barba; también Paige, quien usaba una barba postiza en vez de una de autentica vello facial. La apariencia de Paige cambió, pero su recta y su característico pitcheo incierto permanecieron casi imbateables. Esos pitcheos se mantuvieron imbateables para los Crawfords de 1935, quienes ensamblaron sin discusión el mejor equipo de la historia de las Ligas Negras. Los Crawfords del ’35 tenían a Paige y otros cuatro inquilinos del Salón de la Fama: el cátcher legendario Joshua Gibson, el tercera base de excelsa defensa Judy Johnson, el ágil jardinero central Cool Papa Bell y el poderoso jardinero derecho Oscar Charleston. Desafortunadamente, los Crawfords no pudieron mantener ese grupo élite por mucho tiempo. Ese mismo año, Paige tuvo desaveniencias con el dueño de los Crawfords Gus Greenlee debido a una amarga disputa contractual. Al salir de los Crawfords, Paige regresó al equipo semiprofesional para el que había jugado en Bismarck. Eso terminó siendo una proposición de trabajo de corta duración. Cuando los oficiales del equipo notaron que Paige había estado durmiendo con mujeres blancas en Nebraska, lo expulsaron de la ciudad. Con Paige suspendido de la Liga Nacional Negra por una temporada debido a su violación del contrato con los Crawfords, buscó refugio en la Liga Americana Negra. Firmó con los legendarios Monarchs de Kansas City y jugó la temporada con ellos antes de recibir una oferta para encabezar su propio equipo, los “Alls Stars de Satchel Paige”. Era un testamento al nivel de popularidad único de Paige, el que un esquipo de todos estrellas llevando su nombre como carta de presentación pudiera existir en el circuito itinerario Mientras Paige continuaba rebotando de un equipo a otro, hasta regresó a Pittsburgh en determinado momento, él jugó algo parecido a un calendario interminable de juegos. Lanzaba una temporada en las Ligas Negras durante el verano y luego salía de gira en el invierno. Como Tye señala en su libro, es “factible” que Paige lanzara en tantos como 250 equipo, como a menudo decía. En el trayecto, Paige desarrolló una relación con los periodistas de diarios y revistas, se convirtió en uno de los peloteros más citados del beisbol profesional. Él suplía a los reporteros con historias ilimitadas y sarcasmos pintorescos. Algunas de sus citas más famosas incluyen las siguientes gemas: “Generalmente no me gusta correr. Creo en el entrenamiento de levantarme y sentarme suavemente en el banco”. “El único cambio es que el beisbol ha convertido a Paige de un ciudadano de segunda clase a un inmortal de segunda clase”. La habilidad de Paige para alterar una frase solo sirvió para aumentar su leyenda. Otra parte intrigante de su historia involucraba a su certificado de nacimiento. Algunos reporteros se obsesionaron con la verdadera edad de Paige, lo cual se convirtió en una fuente constante de debate a medida que su carrera avanzó en los años ’40 y ’50. Paige se contradecía continuamente en referencia a su edad; algunas veces su respuesta a las preguntas indicaba que había nacido en 1906, mientras en otras entrevistas ubicaba su cumpleaños en 1908, o hasta en 1903. En verdad no era responsabilidad de Paige, su madre tampoco parecía saber su año de nacimiento, ella suministraba información contradictoria a los periodistas y a su hijo. Cualquiera que haya sido su edad verdadera, generalmente se creyó que Paige había sobrepasado sus cuarenta años para el momento cuando debutó en las Grandes Ligas con los Indios de Cleveland en 1948. (Cinco años después, se produjo su primera barajita de beisbol. Ni siquiera la gran fama de Paige pudo evitar que se escribiera mal su primer nombre en la barajita). Una industria que no se preocupaba por la edad de Paige era Hollywood. Luego que su carrera en las Grandes Ligas terminó en 1957, Paige se aprovechó de su notoriedad y apareció en la película “The Wonderful Country”. La película de 1959, protagonizada por Robert Mitchum, presentó a Paige en un papel significativo como un sargento de la Armada en una unidad segregada de soldados negros. Para el momento del estreno de la película, en muy pocas cintas habían aparecido soldados afroamericanos con prominencia. La fecha de nacimiento de Paige volvió a la palestra en 1965, cuando él regresó a las Grandes Ligas luego de varias apariciones en las ligas menores. Traído de vuelta a las mayores por otro hombre espectáculo, Charlie Finley, Paige lanzó en un juego para los Atléticos de Kansas City a la supuesta edad de 59 años. Entre innings, él se sentaba en una mecedora en el bullpen y sorbía el café que le servía una “enfermera”. Cuando Paige salió del juego luego de lanzar unos espléndidos tres innings en blanco contra los Medias Rojas de Boston, el locutor interno y la multitud del Municipal Stadium en Kansas City lo premiaron cantándole “The Old Gray Mare”. Paige siguió llamando la atención luego de sus días de jugador. En 1971, se convirtió en el primer hombre elegido al Salón de la Fama basado en su actuación en las Ligas Negras. Hace varios años, el Salón agregó otro honor al erigir una estatua de bronce de Paige, la cual está ubicada entre la biblioteca y el museo del Salón. Cuando camino subiendo la rampa desde la galería de placas del Salón hacia la biblioteca, usualmente miro afuera por la ventana y veo esa estatua. Es un buen recordatorio del personaje más grande que haya producido el beisbol negro. Sobre Bruce Markusen. Bruce Markusen es el gerente de Digital and Outreach Learning en el National Baseball Hall of Fame. Ha escrito siete libros de beisbol, incluyendo biografías de Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Ted Williams, y A Baseball Dynasty: Charlie Finley’s Swingin’ A’s, el cual fue premiado con laMedalla Seymour de SABR. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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