viernes, 7 de agosto de 2015
Cooperstown Confidencial: Dos zurdos diferentes
20-05-2011. Bruce Markusen.
El inconformista
En el Salón de los Muy Buenos (http://www.hallofverygood.com), están celebrando el cuadragésimo aniversario del debut en Grandes Ligas de Ross Grimsley, uno de los grandes espíritus libres de la era de la expansión. Con su “afro” de blanco, un par de ojos profundos, y sus cuentos de brujería, Grimsley era un personaje inusual durante los años ’70.
Grismley hizo su primera aparición en 1971 con los Rojos, el equipo que lo seleccionó originalmente en la primera ronda del draft de 1969. Si los Rojos hubiesen sabido desde el principio cuan diferente era Grimsley, pudieron haberlo dejado pasar. Para ese momento, los Rojos eran la organización más conservadora del beisbol. Ellos demandaban que sus peloteros mantuvieran el cabello corto, sus caras afeitadas, y sus bocas cerradas. Estas eran prácticas que Grimsley tenía poco interés en cumplir.
Pero Grismley tenía lo que los Rojos querían, un brazo zurdo vivo con habilidad para lanzar rectas altas a los bateadores en desventaja. También tenía la habilidad para cambiar velocidades. Por eso no fue una sorpresa que avanzara rápidamente en la organización, forzando su llegada al roster de los poderosos Rojos, los campeones defensores de la Liga Nacional, a comienzos de 1971.
A Grimsley no le fue bien en sus primeras aperturas con Cincinnati. Al creer que eso podría hacer mejorar al novato, un reportero de TV le presentó una bruja local. La bruja le dio un amuleto, una piedra azul-verdosa adosada a una cadena. Despues de recibir el amuleto, él lanzó bien y ganó cuatro juegos en fila. Luego perdió el amuleto. Pronto perdió sus próximos dos juegos. Él telefoneó a la bruja, quién gentilmente le envió otro amulet. Grimsley perdió el amuleto de reemplazo; cuando trató de contactar otra vez a la bruja, se dio cuenta que había perdido su número telefónico.
Los Rojos no estaban impresionados por la publicidad ligada a la historia de la bruja. Grimsley se quejaba de la política conservadora de los Rojos. Él quería dejar crecer su cabello y usar bigote, pero la oficina de los Rojos no permitía nada de eso. Como incrementaran las desaveniencias, los Rojos decidieron que debían hacer un cambio, he hicieron uno de los peores negocios de la década, enviaron a Grimsley, quién había sido efectivo en tres temporadas seguidas, a los Orioles por el jardinero Merv Rettenmund durante el invierno de 1973-74. Rettenmund había visto pasar sus mejores años en Baltimore, mientras Grimsley se convertiría en un abridor confiable con los Orioles.
Mientras estuvo con los Orioles, Grimsley perdió algo de velocidad en su recta, pero él siguió refinando su cambio y su curva. Apoyado por un movimiento engañoso, Grimsley agenció efectividades por debajo de 4.00 en tres de sus temporadas con Baltimore.
Una organización de mucho más mente abierta que los Rojos, los Orioles dejaron a Grimsley hacer lo que quería. Dejó crecer su cabello negro rizado, característica a la que muchos se referían como el afro de un hombre blanco. También se dejó un frondoso bigote negro que hubiese hecho sentir orgulloso a Tom Selleck. Grimsley tenía unos grandes ojos verdes poco comunes, los cuales a veces parecían emerger debajo de su frente, eso le valió el apodo de “Ojos locos”. Con los ojos, el cabello y el bigote, Grimsley parecía como si debería ser el guitarrista de Grateful Dead antes que el pitcher de los Pájaros de Baltimore.
Mientras estaba con los Orioles, Grimsley también se ganó una reputación por higiene inusual. Aunque algunos de sus defensores decían que los reporteros exageraban, Grimsley no se bañaba tan frecuentemente como lo dictan las normas de decencia de la sociedad. Con su cabello largo y supuestamente sucio, se hizo conocido como “Scuzz”.
Aunque él es mejor conocido como un Oriol, Grimsley tuvo su mejor temporada luego de firmar un contrato como agente libre con los Expos en 1978. Ponchó solo 84 bateadores en 263 innings, pero la falta de poder no importaba. Ganó 20 juegos por única vez, logró la mejor efectividad de su carrera, 3.05, y básicamente hacía desesperar a los bateadores de la Liga Nacional quienes se atornillaban a si mismos en el suelo tratando de conectar su cambio lento.
La carga de trabajo de esa temporada pudo haber pasado factura. Nunca se acercaría a ese nivel de éxito otra vez, y para 1982 ya estaba fuera del beisbol, a la edad de 32 años.
Varios años después de su retiro, Grimsley le jugó una broma al notable periodista deportivo de Cleveland, Terry Pluto. El veterano reportero le preguntó al zurdo que hacía en su retiro. Grimsley orgullosamente le dijo que era dueño de una finca de cría de cachicamos, en la cual tenía unos 300 ejemplares. Entonces le dio una charla intensiva a Pluto sobre cachicamos, sus hábitos, características, y probablemente sus costumbres alimenticias.
Dada la naturaleza peculiar de Grimsley, todo le pareció muy normal a Pluto, quién escribió sobre la finca de cachicamos en su columna del periódico. En su próxima visita al clubhouse de los Indios, los jugadores saludaron a Pluto con oleadas de carcajadas. La historia de Grimsley sobre la finca de cachicamos había sido un completo invento. Aparentemente armó esa historia para tomar desquite por las críticas que Pluto le había hecho durante sus días con Cleveland.
¿Una finca de cachicamos? Hasta un gran periodista como Pluto puede ser burlado por el hombre de los ojos locos.
El profesor.
Paul Splittorff no podría ser catalogado como un zurdo espigado en el molde de Grimsley. Aunque era un pitcher de estilo similar y tuvo un éxito más consistente. Tristemente, el nombre de Splitorff apareció en las noticias esta semana, de acuerdo a reportes venidos de KansasCity, Splittorff de 64 años fue hospitalizado debido a cáncer oral y melanoma, y aparentemente está próximo a morir. Estas son noticias especialmente tristes para los aficionados de los Reales de 35 y más años quienes recuerdan la presencia anual de Splittorff a través de finales de los años ’70 y comienzos de los ’80. (Por coincidencia, Splittorff y Harmon Killebrew, quién falleció recientemente de cáncer de esófago, fueron compañeros de equipo en 1975 con los Reales).
Al carecer de una recta poderosa, Splittoff fue seleccionado originalmente en la ronda 25 del draft de 1968, pobre indicativo de que se trataba de un prospecto valioso. Los Reales estuvieron dispuestos a arriesgarse con él debido a su estatura y a que era zurdo. Rápidamente se convirtió en una ganga en ascenso, debutó en Grandes Ligas en 1970 con una taza de café y luego ganó algunos votos para el Novato del Año de la Liga Americana en 1971.
Para mediados de los ’70, él había emergido como un consistente segundo o tercer abridor. Con su recta que se hundía (la cual fue algunas veces traicionada por la grama artificial de Royals Stadium), su destreza para cambiar velocidades, y su habilidad para estudiar y analizar a los bateadores rivales, Splittorff se convirtió en un bastión de aquellos maravillosos Reales inspirados por Whitey Herzog, quienes ganaron tres títulos divisionales seguidos entre 1976 y 1978. Primero terció con Dennis Leonard y Al Fitzmorris y después con Leonard y el zurdo Larry Gura. Splittorff ayudó a conformar uno de los mejores tríos de abridores de la Liga Americana.
Splittorff mostraba una imagen conspícua en el montículo. Usaba anteojos grandes de montura metálica que lo hacían lucir como un profesor universitario. También tenía un estilo distintivo que exhibía una patada pronunciada. Particularmente recuerdo a Splittorff dándole dificultades a los Yanquis, escarbando una alineación llena de zurdos donde destacaban Reggie Jackson, Chris Chambliss y Graig Nettles. Splittorf tenía cuatro lanzamientos que mezclaba bien: la recta que se hundía, una slider, una curva y el cambio. Él era especialmente efectivo cuando tenía un reporte de escauteo detallado desde el cual trabajar. Quizás eso explica porqué era tan efectivo en la postemporada. En siete juegos dispersos en cinco series de postemporada (principalmente contra los Yanquis), Splittorff dejó una efectividad de 2.79.
Cuatro de esas series terminaron en eliminación para los Reales. Splittorff se retiró en 1984, victima de un brazo de 37 años desgastado. Desafortunadamente, eso fue un año antes que los Reales ganaran su primer campeonato mundial en la historia de la franquicia.
Dada su inteligencia y naturaleza estudiosa, fue un poco sorpresivo cuando Splittorff siguió una carrera como narrador después de sus días como pitcher. Splittorff se tomó el trabajo en serio, primero hizo el jugada a jugada a nivel de escuela secundaria antes de ir a la caseta de transmisión de los Reales. Al trabajar duro, se convirtió en un analista efectivo y popular, proveía visiones sutiles sobre el arte del pitcheo y las estrategias para enfrentar a los bateadores.
A diferencia de muchos en la industria de las transmisiones, a Splittorff no le gustaba promocionarse por su trayectoria como pelotero. Se resistía a hablar de sí, aún después de enfermar, Splittorff permaneció siendo un hombre privado a quien no le gustaba quejarse por su enfermedad o buscar la compasión de otros. Prefería discutir de los Reales y sus esfuerzos por recuperar la gloria de los ’80.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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