sábado, 16 de enero de 2016

Monte Irvin, jardinero estrella quien perdiera sus mejores años por el racismo, fallece a los 96 años de edad.

Richard Goldstein. The New York Times. 12-01-2016. Monte Irvin, el jardinero de los Gigantes de Nueva York quien fuese uno de los primeros peloteros negros destacados en las Grandes Ligas y un inquilino del Salón de la Fama por su brillantez en las Ligas Negras, donde pasó la mayoría de sus mejores años antes que la barrera del color del beisbol fuese derrumbada, falleció la noche de este lunes 11 de enero en su hogar de Houston. El Salon de la Fama Nacional de Beisbol de Cooperstown, N-Y., anunció su muerte. Irvin fue elegido para ingresar al Salón en 1973 luego que este fuese abierto par las estrellas de las Ligas Negras. Irvin también se convirtió en el primer ejecutivo negro de la jerarquía de Major League Baseball, asignado para promover un juego que una vez lo había excluído debido a su raza y lo había dejado a él y sus seguidores preguntándose, ¿Qué hubiese ocurrido si…? Desde el tiempo cuando él crecía en New Jersey, donde había llegado desde Alabama, Irvin podía hacer cualquier cosa. En la escuela secundaria él fue atleta estadal en beisbol, baloncesto, futbol y atletismo, desarrolló su fuerza al ayudar a su padre a entregar la leche en caballo y carreta. En el terreno de beisbol él podía batear para promedio y poder, así como robar bases y retirar a un corredor desde los jardines con su portentoso brazo. Para el tiempo cuando él participó en su primer juego con los Gigantes, en 1949, luego de años de ser estrella para los Eagles de Newark en la Liga Nacional Negra, habiendo resistido largos viajes en autobús, hoteles de mala muerte y los precarios salarios del beisbol negro, ya tenía 30 años, dos años mayor que Jackie Robinson cuando este rompió la línea de color con los Dodgers de Brooklyn en 1947. Irvin sabía que sus mejores años habían quedado atrás. “Entonces ya había pasado mi pico”, dijo él después. “Mi único lamento es que nunca tuve la oportunidad a los 19 años, cuando era un pelotero de verdad”. Willie Mays, el gran jardinero central de los Gigantes, quien se unió al equipo en 1951, cuando tenía 20 años de edad, reconoció a Irvin como su mentor. En una declaración del martes 12 de enero, dijo, “Perdí alguien que me importaba y admiraba mucho, mucho, alguien quien fue como un segundo padre para mí”. Cuando los Gigantes dieron cuenta de los Dodgers en la histórica carrera por el banderín de la Liga Nacional en 1951, Irvin, jugando su primera temporada completa de Grandes Ligas, dio una idea de lo que pudo haber hecho ante el pitcheo de las mayores durante todos los años de espera.. Bateó para .312 con 24 jonrones y lideró la liga con 121 carreras empujadas durante la temporada regular, y bateó .458 y robó el plato en la derrota de Serie Mundial de los Gigantes ante los Yanquis. “La mayoría de los peloteros negros pensaban que Monte Irvin debió haber sido el primer negro en las mayores”, Cool Papa Bell, una estrella de las Ligas Negras e inquilino del Salón de la Fama, fue citado diciendo en el libro “Baseball for the Love of It” (1982), de Anthony J. Connor. “Monte fue nuestro mejor jugador joven de ese tiempo. Él podía batear largo; tenía un gran brazo; podía fildear; podía correr. Si, podía hacerlo todo”. Pero en 1945, cuando Branch Rickey firmó a Robinson para la organización de los Dodgers, Irvin regresaba del servicio militar. Él no llegó a las mayores hasta el 8 de julio de 1949, cuando él y Hank Thompson se convirtieron en los primeros peloteros negros de los Gigantes. Irvin jugó para dos ganadores de banderín con los gigantes: el equipo de 1951, recordado por el jonrón de playoff de Bobby Thomson ante Ralph Branca, y el equipo de 1954, el cual barrió a los Indios de Cleveland en la Serie Mundial. Un bateador derecho de cuerpo ancho, Irvin tuvo un promedio vitalicio de .293 con 99 jonrones en siete temporadas con los Gigantes y una con los Cachorros de Chicago, a pesar de su retrasada llegada a las Grandes Ligas y a una severa fractura de tobillo que sufrió en 1952. Él se convirtió en el primer ejecutivo negro del beisbol en 1968, cuando fue nombrado para manejar la promoción y las relaciones públicas por el Comisionado William D. Eckert. Permaneció en la oficina del comisionado, como asistente del sucesor de Eckert, Bowie Kuhn, hasta 1984. En 1971, Irvin fue señalado por un comité creado para abrir el Salón de la Fama a las estrellas de las Ligas Negras. Él fue elegido al Salón por ese cuerpo dos años después, siguió a Satchel Paige, Josh Gibson y Buck Leonard a Coperstown. Irvin había sido el segundo miembro viviente más viejo del Salón de la fama detrás de Bobby Doerr, el segunda base de los Medias Rojas de Boston, quien tiene 97 años. En segundo lugar está ahora Red Schoendienst quien tiene 92 años, mejor conocido por sus años con los Cardenales de San Luis. Monford Merrill Irving nació el 25 de febrero de 1919, en Haleburg, Ala., uno de 11 hijos levantados por Cupid Alexander Irvin, un cosechador, y su esposa, Mary Eliza. Cuando tenía 8 años, él y su familia se mudaron a Bloomfield, N.J., y se establecieron en Orange, N.J., dos años después. Él pronto desarrolló un fuerte físico, fortaleció sus piernas al subir y bajar de un caballo ajustado a una carreta que su padre y sus hermanos usaban para llevar la leche a una empresa láctea. Irvin logró renombre a mediados de los años ’30 como atleta en Orange High School, y asistió a la históricamente negra Lincoln University de Pennsylvania, donde estudió historia, planeaba ser maestro. Pero también jugaba a medio tiempo para los Eagles de Newark, usando el nombre de un amigo y apareciendo solo en juegos de gira, donde no pudiera ser reconocido, para retener su elegibilidad en los deportes colegiales. Se fue de Lincoln en su segundo año para jugar a tiempo completo con los Eagles. Irvin jugaba en los jardines y el cuadro para Newark. Apareció en el Juego de Estrellas de las Ligas Negras, Este-Oeste, en 1941, jugó en México por la mayor parte de la temporada siguiente y entonces, luego de servir en la armada en la segunda guerra mundial, regresó a los Eagles y fue un Todos Estrellas desde 1946 hasta 1948. El fue compañero de Larry Doby en los Eagles, otro futuro inquilino del Salón de la Fama, quien se convirtió en el primer pelotero negro de la Liga Americana cuando se unió a los Indios de Cleveland en 1947. A finales de 1948, Rickey firmó a Irvin para un equipo de las granjas de los Dodgers, evidentemente creyendo que él era agente libre debido a que estaban vendiendo al equipo de Newark. Pero cuando los Eagles reclamaron que Irvin todavía estaba bajo contrato, Rickey renunció a sus derechos. Los Eagles entonces vendieron sus derechos a los Gigantes por 5.000 $ en enero de 1949. Irvin dividió el tiempo entre los Gigantes y su equipo granja de Jersey City en 1949 y 1950 antes de mudarse al Polo Grounds para quedarse. Él tuvo un comienzo lento en el plato en 1951 mientras jugaba primera base, donde no se sentía cómodo. Pero luego que el manager Leo Durocher lo mudara a los jardines temprano en la temporada, lo alternaba con Whitey Lockman, el bateo de Irvin mejoró, y él fue una figura clave en la carrera por el banderín que fue conocida como el Milagro de Coogan Bluff. Irvin recordaba como Durocher y sus compañeros, incluyendo los sureños, le dieron la bienvenida. “En aquellos días, el asunto racial aun era un gran problema en el beisbol”, dijo él en una entrevista para el libro de Thomas Kiernan, “The Miracle at Coogan’s Bluff”. “Y aún así nunca hubo sentimiento ‘anti’ en el equipo. Todos se apoyaban, sin importar el color”. La carrera de Irvin sufrió un descarrilamiento el 2 de abril de 1952, cuando se fracturó el tobillo derecho al deslizarse en tercera base en un juego de exhibición contra los Indios en Denver. Fue sacado del campo en camilla y estuvo fuera de acción hasta el 27 de julio. Él favorecía su pierna mala cuando regresó lo cual le hacia inclinar la espalda fuera de su alineación natural. Aunque bateó .329 en 1953, sus problemas con la espalda le afectaron por el resto de su carrera. Él se retiró en 1957 luego de jugar cuatro encuentros para el equipo de ligas menores Los Angeles Angels. Los Gigantes retiraron el número 20 de Irvin en San Francisco, en junio de 2010, aunque el nunca jugó ahí para la franquicia, la cual abandonó Nueva York en 1958. Cuando los Gigantes inauguraron la Serie Mundial contra los Rangers de Texas en octubre de 2010, Irvin lanzó la primera pelota. Los Gigantes hicieron los arreglos para que Irvin asistiera a la recepción de junio de 2015 que el Presidente Obama brindó en la Casa Blanca para el equipo campeón de la Serie Mundial de 2014, cuando supieron que él no conocía a Obama, e Irvin se sentó al lado de Mays en la ceremonia. “Estoy particularmente honrado por tener dos grandes inquilinos del Salón de la Fama aquí”, dijo el presidente. Los sobrevivientes de Irvin incluyen a sus hijas Pamela Irvin y Patricia Irvin Gordon. Su esposa, Dorinda, conocida como Dee, falleció en 2008. Cuando Irvin fue inducido al Salón de la Fama, él reflexionó no solo en sus logros sino también en las oportunidades perdidas. “Perdí mis mejores años en las Ligas Negras”, dijo él. Pero agregó: “Soy filosófico acerca de eso. No tiene sentido amargarse. No estas feliz con la manera como ocurren las cosas, pero ¿para qué enfermarte por dentro? Hubo muchos tipos quienes podían jugar muy bien y nunca tuvieron una oportunidad”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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