martes, 28 de junio de 2016

Tommy Leach y su Legado.

The Hard Ball Times. Frank Jackson. 10 de mayo de 2016. Cuando aparece el tema de las marcas que nunca serán batidas, Tommy Leach, cuya carrera de Grandes Ligas se extendió desde 1898 hasta 1915 más 1918, no es probablemente el primer nombre que venga a la mente. Pero él tiene un par que resisten la prueba del tiempo. Primero, el tiene la marca de triples en una Serie Mundial. Leach, jugando con los Piratas tuvo cuatro en la primera Serie Mundial de 1903. Haciendo honor al apodo “Wee Tommy” (de estatura pequeña y un pesode 67 kilogramos cuando debutó en las Grandes Ligas a los 20 años en 1898), Leach era ligero de piernas. Haciendo comparaciones era tan alto como José Altuve, pero aún teniendo una complexión similar pesaba 7 kilogramos menos que Altuve. La velocidad de Leach también figura en su segunda marca. Es el único pelotero en liderar su liga en jonrones sin sacar una pelota del parque. Lo hizo con seis jonrones dentro del parque en 1902. (También lideró la Liga Nacional en triples con 22, así que él estaba levantando un poco las pelotas y volando bajito mucho esa temporada). Eso suena como un clásico logro de “solo en la época de la pelota muerta”, pero no estén tan seguros. En 1979, Willie Wilson de los Reales bateó cinco jonrones dentro del parque de su gran total de seis. Bien, después de seis jonrones dentro del parque (el total más bajo que lideró la liga en el siglo veinte), ¿Qué más podía hacer Tommy Leach para mejorar eso? Bien, la próxima temporada, todos sus siete jonrones fueron dentro del parque, pero ese no fue el tope de la liga (Jimmy Sheckard de Brooklyn terminó como líder con nueve). De los 63 jonrones vitalicios de Leach (compilados en 19 temporadas, 13 con los Piratas) 48 fueron dentro del parque. En otras palabras, se fue para la calle (en el sentido tradicional), en promedio, menos de una vez por temporada. Thomas William Leach casi podría ser el muchacho del afiche de la era de la pelota muerta. Para los registros, Leach compiló 2143 imparables y bateó para .269 en su carrera. Terminó seis veces entre los primeros diez mejores bateadores de triples, jonrones y bases totales. Como era el caso de muchos veteranos de Grandes Ligas de su tiempo, Leach regresó a las ligas menores por siete temporadas más, y finalmente se retiró a los 44 años. Leach se ubica cuarto en la lista de todos los tiempos de bateadores de jonrones dentro del parque y comanda a la Liga Nacional en esa categoría. El líder de todas las grandes Ligas fue Jesse Burkett, quien bateó 55 (de un total de 75 jonrones) entre 1890 y 1905 en las Ligas Nacional y Americana. Le sigue Sam Crawford, quien bateó 51 (de un total de 97) en ambas ligas entre 1899 y 1917, seguido de Ty Cobb ( el líder de todos los tiempos de la Liga Americana) con 46 (de 117) empatado con Honus Wagner (46 de 101),. Para completar los mejores diez están Jake Beckley y Tris Speaker con 38, Roger Hornsby con 33, Edd Roush con 31, y Jake Daubert y Willie Keeler empatados con 30. De todos los nombres de esos primeros 10, solo Leach y Daubert no están en Cooperstown. También es importante notar que existe alguna duda en cuanto a los números oficiales. Los de arriba son de la página web Baseball Almanac, The SABR Baseball List and Record Book, publicado en 2007, tiene pequeñas diferencias totales para algunos de esos peloteros. Es poco sorprendente que intentar determinar cuales jonrones salieron del parque y cuales no en juegos efectuados hace más de un siglo es un reto investigativo. Al decidirme por Baseball Almanac, asumo que sus estadísticas reflejan los totales más actualizados. Tan inusuales como los seis jonrones dentro del parque de Leach puedan parecer, el total estaba lejos de ser considerado como una nueva marca. Seis peloteros han bateado ocho jonrones dentro del parque en una temporada, y cinco peloteros han bateado nueve. La marca pertenece s Sam Crawford, quien recorrió los 360 pies 12 veces con los Rojos en 1901. Ty Cobb mantiene la marca de la Liga Americana con nueve en 1909. Al considerar que Crawford y Cobb fueron compañeros de equipo desde 1905 hasta 1917, los asistentes a los juegos en Detroit tuvieron una oportunidad decente de presenciar algun jonrón dentro del parque en ese período. Una estadística relacionada es que Crawford (309) y Cobb (295) son los lideres en triples de todos los tiempos en las Grandes Ligas. No es sorpresa que en esas 13 temporadas Cobb y Crawford jugaron en la esquina de Michigan y Trumbull donde había jardines espaciosos diseñados para ayudar sus totales de jonrones dentro del parque. Tanto Bennett Park (demolido después de la temporada de 1911) como Navin Field (cuyo entorno luego se convertiría en Tiger Stadium), fueron construidos con espaciosos jardines. Pudo haber sido terrenos como estos los que inspiraron el término del argot “suburbanitas” para los jardineros. El denso infield “urbano” ha permanecido igual a través de la historia del beisbol, a excepción de la adición gradual de árbitros, pero los suburbanitas tenían más terreno que patrullar en la era de la pelota muerta que el que tienen sus pares de hoy. Llamar a un jonrón dentro del parque una pelota bateada a lo lejos o un elevado grande suena inapropiado, pero no necesariamente es así, gracias a esos espaciosos jardines. En el libro del Bil Jenkinson, Baseball’s Ultimate Power, él ha compilado una lista de los jonrones dentro del parquet más largos de la historia. Sus primeros 10 abarca desde dos estacazos de 455 pies (ambos batazos solitarios en Polo Grounds) uno de Gil Hodges ante Dick Ellsworth de los Cachorros el 16 de mayo de 1962, el otro de Bill Terry ante Walter “Huck” Betts de los Bravos el 20 de septiembre de 1932; hasta uno de 478 pies, un batazo de dos carreras conectado por Lou Gehrig, en el League Park de Cleveland (conocido entonces como Dunn Field), ante Garland Buckeye el 19 de mayo de 1927. En los estadios de hoy, sería imposible batear pelotas a esa distancia y que se mantuvieran dentro del parque. Los pasillos extensos de los callejones y el jardín central de Polo Grounds eran legendarios (piense en la famosa atrapada de Willie Mays en 1954 ante el batazo de Vic Wertz), y el lado izquierdo del League Park (376 pies por el poste de foul del jardín izquierdo cuando Gehrig despachó su batazo) significaba que algunos bateadores, lentos de piernas, no podían relajarse luego de batear largo. El libro de Jenkinson, por cierto, no está limitado a los jonrones. No solo incluye los dobles y triples más largos de la historia del beisbol, ¡también incluye los elevados que fueron out! A través de los años, a medida que se ha reducido el terreno de los jardines, también han disminuido los jonrones dentro del parque. Consecuentemente, el número de peloteros que ha bateado dos jonrones de este tipo en un juego se ha hecho cada vez más raro. Eso ocurrió 17 veces en la Liga Americana y 34 veces en la Liga Nacional. Los totales de la Liga Nacional incluyen jonrones de finales del siglo 19, los cuales eran más numerosos en esos días debido a que algunos parques no tenían cerca. Entre los bateadores que conectaron dos jonrones dentro del parque en un juego está nuestro amigo Tommy Leach, quien lo hizo el 21 de mayo de 1903. Dan Brouthers, Jesse Burkett y Ed Delahanty cumplieron ese hecho dos veces en la Liga Nacional y Roger Breshan una vez en cada liga. Reconocimiento especial para Tom McCreery de los Colonels de Louisville (de la American Association), quien bateara tres el 12 de julio de 1897. Se llevó ese record a su tumba en 1941. Aún sin un apocalipsis de zombies, es más probable que McCreery se levante de la tumba que su record sea igualado o batido. Los últimos dos jonrones dentro del parque fueron bateados hace tres décadas cuando Greg Gagne de los Mellizos lo hizo el 4 de octubre de 1986, en el penúltimo juego de la temporada. Bateó ambos jonrones ante Floyd Bannister en el Metrodome. El primero fue un batazo solitario en el segundo inning, y el segundo un estacazo de tres carreras, dos innings después. Hay que ir a un juego Gigantes-Dodgers en Polo Grounds el 16 de agosto de 1950 para los últimos dos jonrones dentro del parque en un juego de la Liga Nacional. En el cierre del primer inning, Hank Thompson descargó un batazo de tres carreras ante Carl Erskine. Siguió con un estacazo solitario ante Dan Bankhead en el séptimo inning. Tan raro como son los juegos de dos jonrones dentro del parque, aún son mas raros los juegos con jonrones seguidos dentro del parque. Esto ha ocurrido solo dos veces, una en cada liga. La más reciente fue el 27 de agosto de 1977 cuando los Rangers realizaron el hecho en Yankee Stadium. De hecho, lo hicieron ante lanzamientos seguidos. En la apertura del séptimo inning, Lou Piniella se estrelló contra la pared del jardín derecho en un intento por atrapar un batazo de Toby Harrah. El lento de piernas Piniella (32 robos en 18 temporadas) no se pudo recuperar antes que Harrah circulara por todas la bases. Luego Bump Wills bateó una pelota al centro que burló el guante de Mickey Rivers y rodó lo suficientemente lejos para permitir que el veloz Wills completara el circuito. El pitcher Ken Clay oprobablemente fallo al apreciar la historia que estaba presenciando. Más de tres décadas antes, los Cachorros batearon jonrones dentro del parque seguidos contra los Gigantes. La fecha fue 23 de junio de 1946, y la víctima fue Nate Andrews, quien permitió batazos solitarios a Marv Rickert y Eddie Waitkus para abrir el cuarto inning. Eso fue suficiente para sacar a Andrews del juego, pero en el cierre del inning los Gigantes anotaron nueve carreras para rescatarlo del gancho de la derrota. Hoy, si usted atestigua solo un jonrón dentro del parque en su vida, es tan extraño como llegar a tener oportunidad de ver un unicornio. El jonrón de “la bola se va…se va…” es el protagonista de los avances publicitarios de ESPN y el derby de jonrones es sin discusión más entretenido que el propio Juego de Estrellas. Aún así, los aficionados contemporáneos podrían estarse perdiendo algo. Para la última palabra sobre el tema, dejemos hablar a Tommy Leach, como fue citado en The Glory of Their Times, el clásico de Lawrence Ritter: Hoy ellos parecen pensar que el batazo más excitante del beisbol es el jonrón. Pero en mi libro el batazo más emocionante es el triple, o un jonrón dentro del parque. Se solía ver un buen número de ellos en el pasado, pero ahora son los batazos más raros del beisbol. En lo referente a emociones pienso que nada puede superar a ver ese tipo corriendo alrededor de las bases y deslizarse en tercera base o en el plato, con la pelota viniendo en línea directa desde los jardines al mismo tiempo. Ahora si hay algo de que escribir al volver a casa. ¿Trote de jonrón o galope de jonrón? Literalmente ¡un cambio de paso! Para ver más galope, sugiero nuevos estadios con cercas más lejanas…o sin cercas. No tengo confianza en que mi sugerencia será implementada. I have no confidence that my suggestions will be implemented. Acerca de Frank Jackson Frank Jackson escribe de beisbol, cine e historia, algunas veces de todo a la vez. Ha visitado 47 estadios de Grandes Ligas, muchos de los cuales todavía existen. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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