lunes, 4 de julio de 2016
Ellos Estuvieron Ahí: Bob Locker.
“Finley era un personaje real y muchas personas...no le prestaban atención al hombre. Pero yo lo respetaba porque hacía lo que pensaba y se mantenía con eso mientras todos lo llamaban pájaro loco y muchas otras cosas que no puedo repetir”.
Bob Locker lanzón en las mayores desde 1965 hasta 1975 con los Medias Blancas de Chicago, Pilotos de Seattle/Cerveceros de Milwaukee, Atléticos de Oakland y Cachorros de Chicago. A los 27 años de edad, Locker debutó con los Medias Blancas, al lanzar dos innings y permitir tres carreras. Se estableció e hizo diez apariciones esa temporada luego de esa presentación inicial y terminó su año de novato con una respetable efectividad de 3.15. En 1969, Locker fue cambiado al equipo de expansión Pilotos de Seattle, registró una efectividad de 2.18 para un equipo que terminó último en la división.
En 1970, el contrato de Locker fue comprado por los Atléticos, donde fue miembro clave de los campeones de la Serie Mundial de 1972 al tener marca de 6-1 con 2.65 de efectividad preparando el camino para Rollie Fingers. Locker apareció en la serie de campeonato de la Liga Americana ese año, permitió dos carreras en tres innings. El 21 de octubre, Locker hizo su primer y única aparición en Series Mundiales, al relevar a Vida Blue en el sexto inning del sexto juego. Permitió un sencillo a Tany Pérez pero consiguió el último out del inning. Un mes después, Locker fue cambiado a los Cachorros de Chicago por el jardinero Billy North. Locker concluyó su carrera con los Cachorros, estuvo inactivo en la temporada de 1974, se sometió a una cirugía para remover depósitos de calcio de su codo de lanzar. En 1975, Locker hizo 22 apariciones y agenció una efectividad cercana a 5.00, con lo cual terminó su carrera de beisbol.
En la actualidad, Locker y su esposa viven en Lafayette, California y él pasa mucho de su tiempo libre pescando y cazando. Es graduado de Iowa State University y miembro del Salón de la Fama de esa escuela.
Como le fue contado a Ed Attanasio, This Great Game
Sobre los Pilotos de Seattle de 1969: “Fui cambiado desde los Medias Blancas a los Pilotos por Gary Bell en junio de 1969. Seattle ciertamente no fue el fin de mi carrera, pero pasé mucho tiempo en Chicago tratando de encontrar mi pitcheo de afuera y creo que ellos se cansaron de esperar. Los Medias Blancas me cambiaron luego de un par de semanas de pobre pitcheo, lo cual terminó siendo un error, porque dos o tres semanas malas no son una carrera y ellos debieron ser más pacientes conmigo, en mi opinión. Yo estaba molesto y no quería ir a Seattle, pero ellos no te dan mucho de donde escoger, ellos te cambian y te vas.
En Seattle encontré mi pitcheo de afuera, mi sinker, y como resultado tuve una efectividad de 2.18 y permití solo ocho carreras en 30 apariciones para los Pilotos. A Seattle le faltaba una cosa: Talento. Era un grupo que tenía muchas personalidades diferentes, pongamoslo de esa manera. Joe Schultz fue el manager de los Pilotos, y el no era un estratega de beisbol, pero era muy bien manager porque conocía su trabajo, el cual era poner a 24 tipos en la misma página. Y con un grupo de peloteros tomados de aquí y de allá, estuvimos en tercer lugar hasta uno o dos meses del final de la temporada. Pienso que nos miramos en un punto y dijimos, ¿Qué estamos haciendo aquí? Así que no jugamos a nuestra capacidad después de eso.
Teníamos algunos verdaderos personajes poco convencionales en Seattle, así que yo me sentía a gusto. Mike Marshall era un genio, especialmente pitcheando, pero era básicamente un solitario. Jim Bouton estaba garabateando algo en su cuaderno todo el tiempo, pero nunca pensé dos veces en eso. (Bouton escribió Ball Four, considerado como el mejor libro de beisbol escrito jamás). Él recibió muchas críticas cuando su libro fue publicado y oi que Mickey Mantle nunca le volvió a hablar a Bouton. Las personas sentían que Bouton reveló secretos íntimos, pero todo lo que escribió fue lo que en realidad ocurrió. Había mucho de ese tipo de conducta, persecución de faldas y bebida en exceso, pero yo estuve claro con todos esos errores. Prefería pescar o cazar que sentarme en un bar o en un club nocturno cualquier día”.
Un manager joven en sus años de formación: “Tony LaRussa se sentaba en el banco con los Atléticos en los años ’70 cuando jugábamos en Oakland y absorbió toda la información acerca del juego que pudo. Los mejores managers son o cátchers o tipos quienes realmente no son talentosos pero pueden ingeniárselas para sacar lo mejor de cada situación, y Tony era uno de esos tipos. Justo ahora, él es el mejor manager del beisbol, porque entiende suficientemente el juego, el manejo de los pitchers, el uso de las mejores habilidades de cada pelotero y la manipulación del lado mental del juego para ventaja de su equipo”.
Sobre el dueño de Oakland Charles Finley: “Finley era un personaje real y muchas personas, tal vez la mayoría, no le prestaban atención al hombre. Pero yo lo respetaba porque hacía lo que pensaba y se mantenía con eso mientras todos lo llamaban pájaro loco y muchas otras cosas que no puedo repetir. Charlie no le gustaba a muchos de sus peloteros ni confiaban en él, pero al menos reconocían que él haría lo que fuera para poner un equipo ganador en el terreno. Aquellos equipos de los Atléticos de comienzos de los años ’70 son algunos de los mejores de todos los tiempos”.
Sobre Catfish Hunter: “Un príncipe en todos los aspectos, un amigo de mucha clase. Todo lo que quería en tu equipo. Gran pitcher, buena defensiva, buen bateador para ser un pitcher, nunca dijo una mala palabra de nadie; un consumado competidor; el gran competidor, y un gran pescador y cazador, él era mi tipo favorito de ese equipo. Cuando él se enfermó más adelante en la vida, fue terrible.”
Sobre la temporada de novato de Vida Blue: “1971 fue su año fenomenal y recuerdo eso con nitidez. Fue probablemente la actuación más impresionante de cualquier pitcher que haya visto. Observar lo que él estaba lanzando era sorprendente. Hay ciertos secretos de pitcheo, hay tipos que lanzan en las esquinas como Catfish lo hacía, tipos como Drysdale o Ryan quienes manejan la pelota y desafían las leyes de gravedad o lanzan curvas que se caen de la mesa. Pero, la recta de Vida era tan singular, al desplazarse en las cuatro direcciones. Iba a cualquier lugar excepto sobre el plato. Era un placer observar. Vida atraía grandes multitudes en las giras y había un zumbido alrededor del estadio cada vez que lanzaba”.
Sobre el manager de Oakland Dick Williams: “Dick fue el mejor manager que tuve, pero pienso que yo no le gustaba. Si le preguntabas, él diría algo no muy agradable de mi, me imagino. Yo era un espíritu libre, o como se quiera llamarlo y a Dick no le agradaba mi actitud. Pero yo lo respeté más que a cualquier manager. Él me llamaba “extraño” o algo así. Lancé bien para él en 1972 y no me puso a lanzar en la Serie Mundial excepto en una ocasión limitada, pero puedo entender eso. Él tenía a Vida Blue en el bullpen en esa serie y lo usó en casi todos los juegos, y sus abridores lanzaron bien, así que todo funcionó bien. No era un asunto personal. Yo fui básicamente un preparador para Rollie Fingers, quien era un cerrador muy decente (risas). Pero yo no era santo de la devoción de Williams, me imagino, porque me cambiaron a los Cachorros de Chicago por Billy North un mes después”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
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